Jefe militar: Elecciones en Tailandia en un año

Bangkok, AP
El dirigente de la junta militar que tomó control de Tailandia con un golpe de estado la semana pasada dijo el viernes que las elecciones podrían dilatarse más de un año porque la paz y las reformas se deben lograr primero.


El comandante del ejército, general Prayuth Chan-ocha, reveló los planes de la junta en su primer discurso directamente ante la población desde el golpe del 22 de mayo.

Prayuth reiteró las advertencias contra las protestas o la resistencia a la imposición del ejército, argumentando que esto retrasará el proceso para devolver "la felicidad" al pueblo tailandés.

Dijo que se necesitarán al menos dos o tres meses para lograr una reconciliación en el país ampliamente dividido y que se podría necesitar hasta un año para escribir una nueva constitución y establecer un gobierno interino. Sólo hasta entonces se podrían realizar las elecciones, dijo.

"Dennos tiempo para resolver los problemas por ustedes. Después los soldados darán un paso atrás para vigilar a Tailandia desde lejos", dijo.

Prayuth también explicó los planes de la junta para administrar el país, enfatizando la estabilidad financiera y la transparencia.

El golpe del ejército derrocó al gobierno que tuvo una impresionante victoria electoral hace tres años.

En la última semana, la junta ha hecho todo lo posible por silenciar a sus críticos y advirtió que no tolerará la disidencia.

El ejército mandó llamar a más de 250 personas, incluyendo miembros del gobierno que derrocó y otras importantes figuras políticas, periodistas, académicos y activistas considerados críticos del régimen. Cerca de 70 siguen detenidos.

El viernes, el ejército cerró por segundo día una importante intersección en Bangkok para evitar una posible protesta. La muestra excesiva de fuerza, involucrando a cientos de efectivos durante la hora pico de la noche, llegó como respuesta ante las pequeñas y constantes manifestaciones que han aumentado la tensión y las preocupaciones sobre las represalias del ejército contra los manifestantes.

En medio de la gran división política de Tailandia está Thaksin Shinawatra, un exprimer ministro apoyado por mucha gente del campo por sus programas populistas pero criticado por otros, especialmente por la élite de la capital y la clase media, y con acusaciones de corrupción, abuso de poder y falta de respeto a la monarquía. Fue derrocado con un golpe de estado en 2006 y vive en un exilio autoimpuesto, pero mantuvo gran influencia en el gobierno derrocado, que era encabezado por su hermana, hasta que una corte la destituyó en mayo.

A pesar de la revuelta política la vida ha continuado de forma regular en la mayoría del país, los turistas se siguen relajando en las playas y caminando por los templos budistas en la capital.

Un toque de queda continúa efectivo de la media noche a las 4 a.m. pero no ha afectado los viajes más urgentes, incluyendo los de los turistas que llegan a los aeropuertos.

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