BBC Mundo: tres imágenes que ilustran la tensión en Brasil antes del Mundial
Brasil, BBC
Una de ellas mostró a un grupo de profesores en huelga rodeando el autobús de la selección brasileña en Río de Janeiro el lunes, reclamando por los costos astronómicos de la Copa. Otra imagen salió de Brasilia cuando policías a caballo lanzaron gas lacrimógeno a activistas anti-Mundial e indígenas con arcos y flechas cerca del moderno estadio mundialista.
La tercera apareció en las redes sociales: un texto compartido por la directora ejecutiva del Comité Organizador Local (COL) de la Copa diciendo que “lo que había de ser gastado, robado, ya fue”.
¿Qué dicen estas imágenes acerca del Mundial que llega a Brasil?
lo tapizaron de adhesivos con reclamos gremiales y algunos llegaron a golpearlo. La situación demoró varios minutos el avance del bus.
La protesta buscó mostrar “el tamaño de la crisis que existe en Brasil en relación a la educación”, declaró allí Vera Nepomuceno, miembro del sindicato de profesores de Río. Uno de los gritos de los manifestantes decía que “un educador vale más que Neymar”.
Pero la escena también expuso fallas en el operativo de seguridad montado para proteger a las estrellas verde-amarelas, que fue fácilmente vulnerado por los docentes.
“El sistema de seguridad no esperaba semejante osadía por parte de los manifestantes”, dijo Paulo Storani, experto en seguridad pública y exdirector del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de Río, a BBC Mundo.
Este hecho llevó al gobierno de Dilma Rousseff a pedir al Ejército que asuma la seguridad de aeropuertos, hoteles y calles donde pasarán las 32 selecciones del Mundial, informó el jueves el diario O Globo.
Los ministros de Rousseff insisten en que los extranjeros que vengan a la Copa estarán seguros.
Pero Storiani sostuvo que la imagen de esta semana fue preocupante. “Si hubiera alguna manifestación que pueda llegar a algo próximo o peor de lo que ocurrió el lunes, hay posibilidades de crear una crisis en la Copa, porque es lógico que cualquier delegación extranjera va a exigir un mínimo de seguridad”, indicó.
Cuando Brasil fue elegido en 2007 como sede del Mundial de este año, sus autoridades esperaban que el evento proyectase al planeta la imagen de un país pujante y en desarrollo.
Pero la foto que salió el martes de Brasilia, con policías montados lanzando gases lacrimógenos a activistas anti-Copa e indígenas apuntando con arcos y flechas a los uniformados, muestra otra cosa.
Fue una de las tantas protestas de grupos sociales en Brasil por los US$11.000 millones que costó organizar el Mundial. Y los indígenas, que estaban en la capital para oponerse a un proyecto que cambia las reglas de demarcación de sus tierras, se unieron en el momento a la marcha.
La confrontación ocurrió cuando más de 1.000 manifestantes intentaron acercarse al Estadio Nacional de Brasilia y la policía lo impidió con gases lacrimógenos.
En medio de la confusión, algunos indígenas llegaron a lanzar flechas, una de las cuales hirió levemente a un policía.
Los incidentes obligaron a cancelar la exhibición de la Copa del Mundo en el estadio, el cual tendrá un costo cercano a US$850 millones, cerca del triple de lo proyectado inicialmente.
“Brasil fue muy ingenuo con el Mundial: se creía que sólo iba a ganar”, dijo Renzo Taddei, un antropólogo de la Universidad Federal de São Paulo especializado en conflictos sociales.
Pero agregó que imágenes como las del martes en Brasilia muestran otra cosa y, respecto a los indígenas, exponen un viejo conflicto acerca de sus derechos “que nunca se resolvió”.
Esta imagen de un texto contra las protestas en el Mundial apareció en la red social Instagram y rápidamente se volvió viral y polémica.
Quien la publicó en su cuenta personal el martes fue Joana Havelange, directora ejecutiva del COL del Mundial, nieta del expresidente de la FIFA Joao Havelange e hija del expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira.
“Lo que había de ser gastado, robado, ya fue. Si era para protestar, tenía que haberse hecho antes”, se lee en un pasaje del texto.
La controversia por la referencia a robos llevó a un diputado estatal de Río, Marcelo Freixo, a solicitar al Ministerio Público que exija explicaciones a Havelange.
El COL indicó luego que la autoría de la carta no habría sido de su directora y ésta negó vía internet que haya prestado atención a la frase sobre los robos, que negó compartir y retiró del texto.
Pero la imagen del texto inicial rozó un nervio sensible en un país donde muchos creen que el Mundial fue aprovechado por corruptos y descreen del discurso oficial sobre el “legado” del evento.
“Cualquiera que haya acompañado la Copa sabe que la probabilidad de tener mucho robo de recursos públicos en esas obras de infraestructura y demás es muy alta”, dijo Claudio Abramo, director ejecutivo de Transparencia Brasil.
Abramo señaló que el COL no manejó dinero público para el Mundial, pero dijo que “por la posición que ocupa tal vez (Havelange) sepa cosas que sería bueno que explicase”.
Una de ellas mostró a un grupo de profesores en huelga rodeando el autobús de la selección brasileña en Río de Janeiro el lunes, reclamando por los costos astronómicos de la Copa. Otra imagen salió de Brasilia cuando policías a caballo lanzaron gas lacrimógeno a activistas anti-Mundial e indígenas con arcos y flechas cerca del moderno estadio mundialista.
La tercera apareció en las redes sociales: un texto compartido por la directora ejecutiva del Comité Organizador Local (COL) de la Copa diciendo que “lo que había de ser gastado, robado, ya fue”.
¿Qué dicen estas imágenes acerca del Mundial que llega a Brasil?
1. Falla de seguridad
De pronto, decenas de manifestantes rodearon el vehículo,La protesta buscó mostrar “el tamaño de la crisis que existe en Brasil en relación a la educación”, declaró allí Vera Nepomuceno, miembro del sindicato de profesores de Río. Uno de los gritos de los manifestantes decía que “un educador vale más que Neymar”.
Pero la escena también expuso fallas en el operativo de seguridad montado para proteger a las estrellas verde-amarelas, que fue fácilmente vulnerado por los docentes.
“El sistema de seguridad no esperaba semejante osadía por parte de los manifestantes”, dijo Paulo Storani, experto en seguridad pública y exdirector del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de Río, a BBC Mundo.
Este hecho llevó al gobierno de Dilma Rousseff a pedir al Ejército que asuma la seguridad de aeropuertos, hoteles y calles donde pasarán las 32 selecciones del Mundial, informó el jueves el diario O Globo.
Los ministros de Rousseff insisten en que los extranjeros que vengan a la Copa estarán seguros.
Pero Storiani sostuvo que la imagen de esta semana fue preocupante. “Si hubiera alguna manifestación que pueda llegar a algo próximo o peor de lo que ocurrió el lunes, hay posibilidades de crear una crisis en la Copa, porque es lógico que cualquier delegación extranjera va a exigir un mínimo de seguridad”, indicó.
2. Gases, arcos y flechas
Pero la foto que salió el martes de Brasilia, con policías montados lanzando gases lacrimógenos a activistas anti-Copa e indígenas apuntando con arcos y flechas a los uniformados, muestra otra cosa.
Fue una de las tantas protestas de grupos sociales en Brasil por los US$11.000 millones que costó organizar el Mundial. Y los indígenas, que estaban en la capital para oponerse a un proyecto que cambia las reglas de demarcación de sus tierras, se unieron en el momento a la marcha.
La confrontación ocurrió cuando más de 1.000 manifestantes intentaron acercarse al Estadio Nacional de Brasilia y la policía lo impidió con gases lacrimógenos.
En medio de la confusión, algunos indígenas llegaron a lanzar flechas, una de las cuales hirió levemente a un policía.
Los incidentes obligaron a cancelar la exhibición de la Copa del Mundo en el estadio, el cual tendrá un costo cercano a US$850 millones, cerca del triple de lo proyectado inicialmente.
“Brasil fue muy ingenuo con el Mundial: se creía que sólo iba a ganar”, dijo Renzo Taddei, un antropólogo de la Universidad Federal de São Paulo especializado en conflictos sociales.
Pero agregó que imágenes como las del martes en Brasilia muestran otra cosa y, respecto a los indígenas, exponen un viejo conflicto acerca de sus derechos “que nunca se resolvió”.
3. Copa y corrupción
Quien la publicó en su cuenta personal el martes fue Joana Havelange, directora ejecutiva del COL del Mundial, nieta del expresidente de la FIFA Joao Havelange e hija del expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira.
“Lo que había de ser gastado, robado, ya fue. Si era para protestar, tenía que haberse hecho antes”, se lee en un pasaje del texto.
La controversia por la referencia a robos llevó a un diputado estatal de Río, Marcelo Freixo, a solicitar al Ministerio Público que exija explicaciones a Havelange.
El COL indicó luego que la autoría de la carta no habría sido de su directora y ésta negó vía internet que haya prestado atención a la frase sobre los robos, que negó compartir y retiró del texto.
Pero la imagen del texto inicial rozó un nervio sensible en un país donde muchos creen que el Mundial fue aprovechado por corruptos y descreen del discurso oficial sobre el “legado” del evento.
“Cualquiera que haya acompañado la Copa sabe que la probabilidad de tener mucho robo de recursos públicos en esas obras de infraestructura y demás es muy alta”, dijo Claudio Abramo, director ejecutivo de Transparencia Brasil.
Abramo señaló que el COL no manejó dinero público para el Mundial, pero dijo que “por la posición que ocupa tal vez (Havelange) sepa cosas que sería bueno que explicase”.