Ucrania acepta amnistiar a los milicianos prorrusos a cambio de su rendición
Ginebra, EFE
Rusia y Ucrania alcanzaron hoy, apoyados por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), un acuerdo diplomático para frenar la escalada de tensión en el este ucraniano, que contempla una amnistía para los milicianos prorrusos que se han levantado contra la autoridad de Kiev a cambio de su rendición.
Rusia ha prometido por su parte cooperar para que entreguen las armas y abandonen las dependencias estatales que ocupan desde hace más de diez días, todo lo cual será supervisado por observadores internacionales.
Los jefes de la diplomacia de Ucrania, Andriy Deschitsa, de la Unión Europea, Catherine Ashton, de Rusia, Serguei Lavrov, y de EEUU, John Kerry, se reunieron hoy durante siete horas por iniciativa de estos dos últimos países en un intento por evitar que los desórdenes en el este de Ucrania se conviertan en un conflicto abierto.
Del acuerdo alcanzado Rusia consiguió excluir cualquier mención a la situación de Crimea, territorio que se anexionó el pasado mes, una acción a la que siguieron los levantamientos de grupos prorrusos en distintas localidades de la región oriental de Donestk.
En cambio, Moscú no arrancó -como había adelantado que lo intentaría- del Gobierno de Ucrania ninguna promesa de que este país se convertirá en una federación en la que las autoridades locales tengan amplios poderes.
Contrariamente a las bajas expectativa que generaba este encuentro, las cuatro partes acordaron pasos concretos para reducir los riesgos de un enfrentamiento mayor entre Rusia y Ucrania: desarme de las milicias prorrusas, liberación de los edificios y otros lugares púbicos que ocupan y una amnistía a su favor, salvo para los que hayan cometido crímenes graves.
El buen cumplimiento de tales acciones estará a cargo de una misión de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que ya se encuentra en Ucrania, pero que ahora deberá trasladarse a los lugares donde han ocurrido los disturbios y garantizar la vuelta a la normalidad por medios pacíficos.
Al comentar estos resultados ante la prensa, el ministro Deschitsa consideró que "los próximos días serán cruciales y se requerirá del esfuerzo sincero de todos para poner en práctica las fórmulas que hoy se han diseñado cuidadosamente".
Preguntado sobre la confianza que puede tener su país en que Rusia cumpla con lo acordado, el responsable ucraniano de Exteriores recalcó que ese país asumió el compromiso formal "de ser parte de este proceso".
Kerry también incidió en que "los próximos días son muy importantes" y adelantó que "si no vemos pasos en la dirección correcta, entonces tendremos que implementar más sanciones".
Washington ha señalado que tiene listo un tercer paquete de sanciones contra Rusia, a las que la UE es reticente ante el próximo diálogo que entablará con Moscú y Ucrania para resolver los problemas de suministro energético causados por esta crisis.
Durante una conferencia de prensa separada, el ministro ruso puso énfasis en que la solución a los problemas surgidos debe ser encontrada "entre los propios ucranianos", para lo cual instó a las autoridades de Kiev a lanzar un "diálogo nacional inclusivo y transparente".
Lavrov consideró "desafortunado" que el acuerdo de hoy no haga referencia a Ucrania como una futura federación y defendió que, cualquiera que sea el modelo de Estado que se adopte en el marco de una próxima reforma constitucional, debe concederse "más competenciaa a las regiones" y un mayor rol "al idioma ruso".
"Cada región debe preservar su identidad cultural y su lenguaje", dijo.
En la zona oriental de Ucrania reside una significativa minoría de origen ruso, que Moscú ha afirmado pretender defender de abusos y discriminación a través de su apoyo a las milicias prorrusas.
Sin embargo, observadores de derechos humanos de la ONU han desmentido cualquier tipo de opresión o maltrato contra los rusohablantes repartidos en el este ucraniano.
Rusia y Ucrania alcanzaron hoy, apoyados por Estados Unidos y la Unión Europea (UE), un acuerdo diplomático para frenar la escalada de tensión en el este ucraniano, que contempla una amnistía para los milicianos prorrusos que se han levantado contra la autoridad de Kiev a cambio de su rendición.
Rusia ha prometido por su parte cooperar para que entreguen las armas y abandonen las dependencias estatales que ocupan desde hace más de diez días, todo lo cual será supervisado por observadores internacionales.
Los jefes de la diplomacia de Ucrania, Andriy Deschitsa, de la Unión Europea, Catherine Ashton, de Rusia, Serguei Lavrov, y de EEUU, John Kerry, se reunieron hoy durante siete horas por iniciativa de estos dos últimos países en un intento por evitar que los desórdenes en el este de Ucrania se conviertan en un conflicto abierto.
Del acuerdo alcanzado Rusia consiguió excluir cualquier mención a la situación de Crimea, territorio que se anexionó el pasado mes, una acción a la que siguieron los levantamientos de grupos prorrusos en distintas localidades de la región oriental de Donestk.
En cambio, Moscú no arrancó -como había adelantado que lo intentaría- del Gobierno de Ucrania ninguna promesa de que este país se convertirá en una federación en la que las autoridades locales tengan amplios poderes.
Contrariamente a las bajas expectativa que generaba este encuentro, las cuatro partes acordaron pasos concretos para reducir los riesgos de un enfrentamiento mayor entre Rusia y Ucrania: desarme de las milicias prorrusas, liberación de los edificios y otros lugares púbicos que ocupan y una amnistía a su favor, salvo para los que hayan cometido crímenes graves.
El buen cumplimiento de tales acciones estará a cargo de una misión de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que ya se encuentra en Ucrania, pero que ahora deberá trasladarse a los lugares donde han ocurrido los disturbios y garantizar la vuelta a la normalidad por medios pacíficos.
Al comentar estos resultados ante la prensa, el ministro Deschitsa consideró que "los próximos días serán cruciales y se requerirá del esfuerzo sincero de todos para poner en práctica las fórmulas que hoy se han diseñado cuidadosamente".
Preguntado sobre la confianza que puede tener su país en que Rusia cumpla con lo acordado, el responsable ucraniano de Exteriores recalcó que ese país asumió el compromiso formal "de ser parte de este proceso".
Kerry también incidió en que "los próximos días son muy importantes" y adelantó que "si no vemos pasos en la dirección correcta, entonces tendremos que implementar más sanciones".
Washington ha señalado que tiene listo un tercer paquete de sanciones contra Rusia, a las que la UE es reticente ante el próximo diálogo que entablará con Moscú y Ucrania para resolver los problemas de suministro energético causados por esta crisis.
Durante una conferencia de prensa separada, el ministro ruso puso énfasis en que la solución a los problemas surgidos debe ser encontrada "entre los propios ucranianos", para lo cual instó a las autoridades de Kiev a lanzar un "diálogo nacional inclusivo y transparente".
Lavrov consideró "desafortunado" que el acuerdo de hoy no haga referencia a Ucrania como una futura federación y defendió que, cualquiera que sea el modelo de Estado que se adopte en el marco de una próxima reforma constitucional, debe concederse "más competenciaa a las regiones" y un mayor rol "al idioma ruso".
"Cada región debe preservar su identidad cultural y su lenguaje", dijo.
En la zona oriental de Ucrania reside una significativa minoría de origen ruso, que Moscú ha afirmado pretender defender de abusos y discriminación a través de su apoyo a las milicias prorrusas.
Sin embargo, observadores de derechos humanos de la ONU han desmentido cualquier tipo de opresión o maltrato contra los rusohablantes repartidos en el este ucraniano.