Los talibán de Pakistán y Afganistán fortalecen sus relaciones

Campamento Thunder, EP
Milicianos talibán de Pakistán han establecido y fortalecido relaciones con la insurgencia que opera en áreas fronterizas de Afganistán, a la que han suministrado armas y personal entrenado, según ha declarado un oficial del Ejército afgano.


Los talibán paquistaníes, que han operado siempre al margen de sus homólogos afganos, han intentado derrocar al Gobierno electo de Islamabad para establecer un régimen islámico que se rija por la sharia.

Milicias afganas y paquistaníes han acordado en secreto trabajar juntos, aunque los milicianos de Pakistán han anunciado un alto el fuego con el Gobierno para poder mantener las bases que han utilizado para organizar ataques en territorio afgano.

El general de división Mohamed Sharef Yaftali, responsable de las operaciones en varias provincias fronterizas del este de Afganistán, ha declarado que la relación entre estos grupos armados se ha reforzado.

"Están trabajando juntos. Van a reforzar su relación. Les ayudan", ha comentado Yaftali en una base militar de la provincia de Paktia. "Los talibán afganos y paquistaníes tienen las misma ideología. Son la misma gente y han ido a las mismas escuelas", ha añadido.

La alianza ha complicado la labor del Ejército, que ya se ha estado enfrentando a milicias que operan en una de las regiones más violentas e inaccesibles de Afganistán, donde se refugian grupos armados vinculados a Al Qaeda.

Muchas personas se han mostrado escépticas con la capacidad de los talibán para causar grandes daños, señalando que no se han producido ataques importantes durante las elecciones presidenciales en Afganistán, comicios que estas milicias habían prometido interrumpir.

Afganistán, junto a su agencia de Inteligencia ISI, ha acusado en varias ocasiones a Pakistán de haber apoyado a milicianos que han realizado ataques en territorio afgano, acusación que Islamabad ha rechazado.

Los líderes guerrilleros talibán han reconocido que el alto el fuego ha sido impuesto por la red paquistaní Haqani, quien teme una ofensiva del Ejército en su bastión de Waziristán del Norte, lo que podría dificultar sus operaciones en suelo afgano.

La incertidumbre sobre la dirección que ha tomado el conflicto ha preocupado a los oficiales que se encuentran sobre el terreno, sobre todo a quienes están desplegados cerca de las regiones fronterizas, que viven al margen de la ley y en las que milicias talibán han realizado ataques contra las fuerzas de seguridad y la población civil.

FINAL DE LA MISIÓN INTERNACIONAL

También ha causado alarma la retirada de la misión internacional, liderada por Estados Unidos, que operaba en el país, lo que va a suponer que el Ejército afgano se enfrente en solitario a la insurgencia armada.

Las operaciones de la misión se han reducido en todo el país. En el Campamento Thunder, base militar cercana a la ciudad de Gardez, los oficiales estadounidenses han estado trabajando como asesores del Ejército afgano, que es quien combate contra los grupos armados.

Yaftali ha declarado que muchos estudiantes han sufrido un "lavado de cerebro" en madrasas, escuelas coránicas, de Pakistán. Estos jóvenes han cruzado la frontera y se han unido a las milicias talibán después de que se hayan cerrado 30.000 madrasas paquistaníes, lo que ha provocado un éxodo de guerrilleros radicales.

"Para estos grupos es fácil alistar nuevos combatientes cuando son derrotados", ha declarado Yaftali. También ha añadido que "los explosivos que se han utilizado para atentar proceden de Pakistán, ya que no hay factorías para producirlos en Afganistán".

"Estamos cerca de Waziristán, donde milicias talibán preparan a los combatientes y cuentan con fuentes de financiación", ha concluido.

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