Irak vota entre fuertes medidas de seguridad
Bagdad, AP
Desafiando la amenaza de bombas y atentados, los iraquíes votaron el miércoles bajo una fuerte vigilancia para elegir un nuevo parlamento en unos comicios cruciales, en momentos en que el país parece encaminarse cada vez más a una lucha sectaria.
Cientos de miles de efectivos y policías fueron destacados para vigilar los centros de votación en las que también constituyen las primeras elecciones nacionales desde el retiro estadounidense en 2011. Ataques dispersos ocurrieron en el norte y el oeste de Bagdad, con un saldo de al menos cinco muertos y 16 heridos.
Bagdad lucía desierta, con policías y soldados en retenes distanciados por unos 500 metros mientras camionetas con ametralladoras recorrían las calles que no exhibían los usuales atascos.
Las tiendas estaban cerradas y muchos votantes tuvieron que caminar kilómetros hasta los puestos de votación después de que las autoridades prohibieron los vehículos civiles para evitar ataques con coches bomba. Otros pidieron que los llevaran desde retenes de la policía o el ejército.
El primer ministro Nuri al-Maliki, en el poder desde hace ocho años, enfrenta crecientes críticas por la corrupción gubernamental y el permanente baño de sangre mientras las tensiones sectarias amenazan con llevar Irak de vuelta al borde de una guerra civil.
Se prevé que el chií de 63 años, líder del Partido Estado de Derecho, obtendrá el mayor número de escaños en el parlamento de 328 miembros, pero no la mayoría absoluta, de acuerdo con las predicciones de los analistas. Eso permitiría a al-Maliki mantener su cargo solo si es capaz de improvisar una coalición, una tarea que tomó nueve meses después de las elecciones de 2010.
"Si Dios quiere, vamos a celebrar una elección exitosa y derrotar el terrorismo", dijo al-Maliki luego de emitir su voto en Bagdad. Se mostró optimista acerca del desempeño de su partido.
"Nuestra victoria es segura, pero estamos hablando de cuán grande será ese éxito asegurado", dijo.
Incluso algunos de los partidarios chiíes de al-Maliki lo acusan de tratar de concentrar el poder, pero la mayoría de la secta mayoritaria no ve ninguna alternativa. Al-Maliki también cuenta con el apoyo de la vecina potencia Irán, que según han dicho sus asesores usará su peso para llevar a las facciones chiíes descontentas a respaldarlo de cara a un nuevo mandato.
La votación en este país rico en hidrocarburos comenzó a las siete de la mañana (0400 GMT) y concluyó a las seis de la tarde (1500 GMT). Unos 22 millones de electores estaban inscritos para elegir entre más de 9.000 candidatos.
Las autoridades no tienen un cronograma para entregar resultados, pero se espera que comiencen a llegar a los funcionarios electorales en los próximos días. En los comicios de 2010, se anunciaron los resultados dos semanas después de la jornada electoral.
Desafiando la amenaza de bombas y atentados, los iraquíes votaron el miércoles bajo una fuerte vigilancia para elegir un nuevo parlamento en unos comicios cruciales, en momentos en que el país parece encaminarse cada vez más a una lucha sectaria.
Cientos de miles de efectivos y policías fueron destacados para vigilar los centros de votación en las que también constituyen las primeras elecciones nacionales desde el retiro estadounidense en 2011. Ataques dispersos ocurrieron en el norte y el oeste de Bagdad, con un saldo de al menos cinco muertos y 16 heridos.
Bagdad lucía desierta, con policías y soldados en retenes distanciados por unos 500 metros mientras camionetas con ametralladoras recorrían las calles que no exhibían los usuales atascos.
Las tiendas estaban cerradas y muchos votantes tuvieron que caminar kilómetros hasta los puestos de votación después de que las autoridades prohibieron los vehículos civiles para evitar ataques con coches bomba. Otros pidieron que los llevaran desde retenes de la policía o el ejército.
El primer ministro Nuri al-Maliki, en el poder desde hace ocho años, enfrenta crecientes críticas por la corrupción gubernamental y el permanente baño de sangre mientras las tensiones sectarias amenazan con llevar Irak de vuelta al borde de una guerra civil.
Se prevé que el chií de 63 años, líder del Partido Estado de Derecho, obtendrá el mayor número de escaños en el parlamento de 328 miembros, pero no la mayoría absoluta, de acuerdo con las predicciones de los analistas. Eso permitiría a al-Maliki mantener su cargo solo si es capaz de improvisar una coalición, una tarea que tomó nueve meses después de las elecciones de 2010.
"Si Dios quiere, vamos a celebrar una elección exitosa y derrotar el terrorismo", dijo al-Maliki luego de emitir su voto en Bagdad. Se mostró optimista acerca del desempeño de su partido.
"Nuestra victoria es segura, pero estamos hablando de cuán grande será ese éxito asegurado", dijo.
Incluso algunos de los partidarios chiíes de al-Maliki lo acusan de tratar de concentrar el poder, pero la mayoría de la secta mayoritaria no ve ninguna alternativa. Al-Maliki también cuenta con el apoyo de la vecina potencia Irán, que según han dicho sus asesores usará su peso para llevar a las facciones chiíes descontentas a respaldarlo de cara a un nuevo mandato.
La votación en este país rico en hidrocarburos comenzó a las siete de la mañana (0400 GMT) y concluyó a las seis de la tarde (1500 GMT). Unos 22 millones de electores estaban inscritos para elegir entre más de 9.000 candidatos.
Las autoridades no tienen un cronograma para entregar resultados, pero se espera que comiencen a llegar a los funcionarios electorales en los próximos días. En los comicios de 2010, se anunciaron los resultados dos semanas después de la jornada electoral.