Cuba y la Unión Europea inician el diálogo para normalizar sus relaciones
Este miércoles culmina en La Habana la primera ronda de negociaciones para la aprobación de un nuevo acuerdo de diálogo político y cooperación
Maye Primera
Miami, El País
Cuba y la Unión Europea han iniciado este lunes la primera ronda de negociaciones que conducirá a la aprobación de un nuevo acuerdo de diálogo político y cooperación, y a la normalización de sus relaciones bilaterales. Estas conversaciones también supondrán el levantamiento definitivo del veto impuesto en 1996 por el bloque comunitario contra La Habana conocido como la posición común: un instrumento diplomático que condicionaba el diálogo de cualquier índole al avance democrático y al respeto de los derechos humanos dentro de la isla. Hasta el momento, Cuba es el único país de la región con el que la Unión Europea no han suscrito ningún tipo de acuerdo bilateral, aún a pesar de que 14 países del bloque mantienen lazos de cooperación y intercambio político con La Habana.
El primer ciclo de conversaciones ha comenzado a las tres de la tarde de este martes (hora local) en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y culminará este miércoles por la tarde. Allí, ambas partes establecerán las condiciones bajo las cuales se construirá el nuevo acuerdo. El director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, ha dicho en la antesala de la reunión que Bruselas se incorpora el proceso “con mucha confianza”; el miércoles él será el encargado de informar a los medios sobre los resultados de este encuentro. Hasta el momento está prevista la convocatoria a rondas de negociación cada dos meses, según adelantó Leffler en marzo pasado.
La reunión ha sido posible después de que La Habana aceptara, el pasado 3 de marzo, la propuesta de la Unión Europea de discutir un acuerdo de diálogo político y de cooperación, aprobada un mes antes en Bruselas. “Cuba acoge con satisfacción esta propuesta del 10 de febrero de la alta representante (Catherine Aston), que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y acepta el inicio de negociaciones al respecto”, anunció en aquella oportunidad el canciller cubano, Bruno Rodríguez, durante una conferencia de prensa en la que aseguró que su Gobierno estaba dispuesto a discutir “cualquier tema”, incluyendo el del respeto a los derechos humanos. El bloque celebró la respuesta de la isla e informó que las discusiones se desarrollarían “con espíritu constructivo y de respeto mutuo”, sin revelar cuáles serían las directrices que guiarían la elaboración del acuerdo de diálogo político y de cooperación que el Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea estuvo considerando durante el último año.
El avance hacia el deshielo de las relaciones bilaterales ocurre en el contexto de un lento de apertura económica puesto en marcha por el Gobierno de Raúl Castro para actualizar el vetusto modelo socialista y atraer inversiones extranjeras que levanten las deprimidas finanzas de Cuba. La Habana y Bruselas entablaron relaciones diplomáticas el 29 de septiembre de 1998 y desde entonces el intercambio político ha sido interrumpido en dos oportunidades.
La primera vez, en 1996, después de que la Fuerza Aérea de Cuba derribara dos avionetas de la organización de exiliados cubanos Hermanos al rescate, afincada en Miami. A solicitud del presidente del Gobierno español, José María Aznar, el 2 de diciembre de ese año la Unión Europea aprobó la posición común, que condicionaba la cooperación con Cuba a su apertura democrática. Siete años más tarde, La Habana se incorporó como observador formal en las negociaciones comerciales entre la UE y el grupo de países ACP (de África, el Caribe y el Pacífico), y el 10 de marzo de 2003, el bloque inauguró una oficina en La Habana; pero el diálogo volvió a suspenderse después de que la Unión Europea anunciara sanciones contra la isla, el 5 de junio de 2003, tras el fusilamiento de tres disidentes y la imposición de severas condenas de prisión contra otros 75, en el periodo conocido como “la primavera negra”.
El 19 de junio de 2008, el Consejo de Ministros de Exteriores del grupo aprobó por unanimidad el levantamiento de las sanciones impuestas en 2003 contra La Habana y el inicio de un proceso de diálogo que condujo al restablecimiento de la cooperación. Aún a pesar de la vigencia de la posición común, 14 países comunitarios han suscrito acuerdos bilaterales y memorandos de entendimiento para el intercambio político con Cuba y, según datos de la Comisión Europea, la UE es en la práctica uno de los socios comerciales más importantes de La Habana, pues maneja casi la mitad de las inversiones extranjeras directas en la isla.
Maye Primera
Miami, El País
Cuba y la Unión Europea han iniciado este lunes la primera ronda de negociaciones que conducirá a la aprobación de un nuevo acuerdo de diálogo político y cooperación, y a la normalización de sus relaciones bilaterales. Estas conversaciones también supondrán el levantamiento definitivo del veto impuesto en 1996 por el bloque comunitario contra La Habana conocido como la posición común: un instrumento diplomático que condicionaba el diálogo de cualquier índole al avance democrático y al respeto de los derechos humanos dentro de la isla. Hasta el momento, Cuba es el único país de la región con el que la Unión Europea no han suscrito ningún tipo de acuerdo bilateral, aún a pesar de que 14 países del bloque mantienen lazos de cooperación y intercambio político con La Habana.
El primer ciclo de conversaciones ha comenzado a las tres de la tarde de este martes (hora local) en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y culminará este miércoles por la tarde. Allí, ambas partes establecerán las condiciones bajo las cuales se construirá el nuevo acuerdo. El director para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Christian Leffler, ha dicho en la antesala de la reunión que Bruselas se incorpora el proceso “con mucha confianza”; el miércoles él será el encargado de informar a los medios sobre los resultados de este encuentro. Hasta el momento está prevista la convocatoria a rondas de negociación cada dos meses, según adelantó Leffler en marzo pasado.
La reunión ha sido posible después de que La Habana aceptara, el pasado 3 de marzo, la propuesta de la Unión Europea de discutir un acuerdo de diálogo político y de cooperación, aprobada un mes antes en Bruselas. “Cuba acoge con satisfacción esta propuesta del 10 de febrero de la alta representante (Catherine Aston), que significa el fin de las políticas unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y acepta el inicio de negociaciones al respecto”, anunció en aquella oportunidad el canciller cubano, Bruno Rodríguez, durante una conferencia de prensa en la que aseguró que su Gobierno estaba dispuesto a discutir “cualquier tema”, incluyendo el del respeto a los derechos humanos. El bloque celebró la respuesta de la isla e informó que las discusiones se desarrollarían “con espíritu constructivo y de respeto mutuo”, sin revelar cuáles serían las directrices que guiarían la elaboración del acuerdo de diálogo político y de cooperación que el Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea estuvo considerando durante el último año.
El avance hacia el deshielo de las relaciones bilaterales ocurre en el contexto de un lento de apertura económica puesto en marcha por el Gobierno de Raúl Castro para actualizar el vetusto modelo socialista y atraer inversiones extranjeras que levanten las deprimidas finanzas de Cuba. La Habana y Bruselas entablaron relaciones diplomáticas el 29 de septiembre de 1998 y desde entonces el intercambio político ha sido interrumpido en dos oportunidades.
La primera vez, en 1996, después de que la Fuerza Aérea de Cuba derribara dos avionetas de la organización de exiliados cubanos Hermanos al rescate, afincada en Miami. A solicitud del presidente del Gobierno español, José María Aznar, el 2 de diciembre de ese año la Unión Europea aprobó la posición común, que condicionaba la cooperación con Cuba a su apertura democrática. Siete años más tarde, La Habana se incorporó como observador formal en las negociaciones comerciales entre la UE y el grupo de países ACP (de África, el Caribe y el Pacífico), y el 10 de marzo de 2003, el bloque inauguró una oficina en La Habana; pero el diálogo volvió a suspenderse después de que la Unión Europea anunciara sanciones contra la isla, el 5 de junio de 2003, tras el fusilamiento de tres disidentes y la imposición de severas condenas de prisión contra otros 75, en el periodo conocido como “la primavera negra”.
El 19 de junio de 2008, el Consejo de Ministros de Exteriores del grupo aprobó por unanimidad el levantamiento de las sanciones impuestas en 2003 contra La Habana y el inicio de un proceso de diálogo que condujo al restablecimiento de la cooperación. Aún a pesar de la vigencia de la posición común, 14 países comunitarios han suscrito acuerdos bilaterales y memorandos de entendimiento para el intercambio político con Cuba y, según datos de la Comisión Europea, la UE es en la práctica uno de los socios comerciales más importantes de La Habana, pues maneja casi la mitad de las inversiones extranjeras directas en la isla.