Moscú abre los brazos a la anexión de Crimea a la federación rusa
-Rusia advierte que Ucrania no ha pagado la cuenta de gas de febrero, por lo que se arriesga a que le corten el suministro
-Más de 65.000 ciudadanos se manifiestan frente al Kremlin en apoyo al referéndum sobre la incorporación de la región ucrania
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Rusia está dispuesta a incorporar a Crimea como una república más de la Federación tras el referéndum que se celebrará en la península el 16 de marzo. Así lo dieron a entender los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, Valentina Matviyenko y Serguéi Naryshkin. El presidente de la Duma (Cámara de Diputados) rusa anunció que los legisladores respaldarán la “opción histórica” que haga “libre y democráticamente” la población de Crimea y Sebastopol, dijo Naryshkin a una delegación crimea encabezada por el presidente del legislativo de la autonomía, Vladímir Konstantínov. Sebastopol, el puerto donde la Flota de Mar Negro rusa tiene su base principal, goza de un estatus especial.
“Si el pueblo de Crimea aprueba el referéndum la decisión de ingresar en la Federación Rusa, nosotros, como Cámara Alta, apoyaremos sin duda esa resolución”, declaró Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación.
Para muchos rusos, la incorporación de Crimea sería una decisión de justicia histórica, ya que esa península en el mar Negro fue traspasada administrativamente de Rusia a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschov.
A lo largo de la mañana de este viernes, más de 65.000 personas salieron al centro de Moscú, según el Ministerio del Interior ruso, para apoyar la iniciativa del Parlamento regional de la república autónoma ucrania de Crimea de incorporarse a Rusia. El multitudinario mitin se celebró al lado del Kremlin, en la calle Vasílyevski Spusk. “Creemos a Putin”, “Crimea es rusa” y “No rendimos a los nuestros”, fueron algunas de las consignas coreadas.
El jefe del comité para asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, el diputado Leonid Slutski, afirmó por su parte que “en los días inmediatamente posteriores al referéndum, la Duma Estatal aprobará los resultados” de la consulta crimea.
Mientras, las relaciones con EE UU siguen muy tensas, si bien los presidentes de ambas potencias volvieron a hablar por teléfono la noche del jueves durante una hora. En un comunicado, el Kremlin subrayó que Vladímir Putin le dijo a Barack Obama que “las autoridades ucranias actuales, que llegaron al poder como resultado de un golpe de Estado anticonstitucional, están imponiendo a las regiones de este y sureste decisiones completamente ilegítimas”, una situación ante la que Rusia no puede permanecer indiferente.
Además, el Ministerio de Exteriores ruso calificó de “propaganda de baja estofa” el documento con las “10 mentiras sobre Ucrania” que el Departamento de Estado de EE UU publicó en su web, y en la que se desmontan supuestas afirmaciones de Putin. Para Moscú, se trata de una “primitiva” tergiversación de la realidad, “llena de cinismo y de dobles raseros”. El portavoz de Exteriores, Alexandr Lukashévich, declaró que “EE UU no tiene y no puede tener ningún derecho a dictar moral sobre el cumplimiento de las normas internacionales y el respeto a la soberanía de otros países”, y recordó al respecto el bombardeo de la extinta Yugoslavia o la invasión de Irak con “un pretexto falsificado”. También enumeró otras invasiones norteamericanas tras la II Guerra Mundial. El Kremlin “no acepta el lenguaje de las sanciones y amenazas” y que si “se concretan”, tomarán las medidas de respuesta adecuadas, añadió.
Moscú también ha decidido preparar su arma gasística. El presidente ejecutivo del monopolio Gazprom, Alexéi Miller, informó de que Naftogaz, la compañía ucrania, no había pagado los suministros de febrero, con lo que su deuda ha aumentado ya a cerca de 1.400 millones de euros. “De hecho, Ucrania ha dejado de pagar por el gas. Esto es algo que contradice completamente los puntos del contrato firmado y la práctica comercial internacional. Nosotros siempre hemos cumplido nuestras obligaciones y lo seguiremos haciendo, pero no podemos suministrar el gas gratis. O Ucrania paga su deuda y paga por los suministros o nos enfrentamos el riesgo de volver a la situación de 2009”, cuando Rusia cesó de bombear el gas destinado a Ucrania durante 20 días.
La eficacia del corte de suministro como medio de presión será menor que en aquella ocasión, ya que entonces se dejó de bombear al país vecino el 1 de enero, es decir, cuando todavía quedaban por lo menos dos meses de invierno.
Mientras tanto, la intelectualidad rusa está dividida ante la posibilidad de guerra con Ucrania. Unos 30 miembros del Consejo de Derechos Humanos adjunto al presidente, prácticamente la mitad de ese organismo, firmaron una declaración contra la guerra. También conocidos directores de cine, escritores e investigadores han criticado al Kremlin por su política en Ucrania. La Unión de Escritores sacó, por su parte, una declaración de apoyo a la actuación del Kremlin en Crimea.
-Más de 65.000 ciudadanos se manifiestan frente al Kremlin en apoyo al referéndum sobre la incorporación de la región ucrania
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Rusia está dispuesta a incorporar a Crimea como una república más de la Federación tras el referéndum que se celebrará en la península el 16 de marzo. Así lo dieron a entender los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, Valentina Matviyenko y Serguéi Naryshkin. El presidente de la Duma (Cámara de Diputados) rusa anunció que los legisladores respaldarán la “opción histórica” que haga “libre y democráticamente” la población de Crimea y Sebastopol, dijo Naryshkin a una delegación crimea encabezada por el presidente del legislativo de la autonomía, Vladímir Konstantínov. Sebastopol, el puerto donde la Flota de Mar Negro rusa tiene su base principal, goza de un estatus especial.
“Si el pueblo de Crimea aprueba el referéndum la decisión de ingresar en la Federación Rusa, nosotros, como Cámara Alta, apoyaremos sin duda esa resolución”, declaró Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación.
Para muchos rusos, la incorporación de Crimea sería una decisión de justicia histórica, ya que esa península en el mar Negro fue traspasada administrativamente de Rusia a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschov.
A lo largo de la mañana de este viernes, más de 65.000 personas salieron al centro de Moscú, según el Ministerio del Interior ruso, para apoyar la iniciativa del Parlamento regional de la república autónoma ucrania de Crimea de incorporarse a Rusia. El multitudinario mitin se celebró al lado del Kremlin, en la calle Vasílyevski Spusk. “Creemos a Putin”, “Crimea es rusa” y “No rendimos a los nuestros”, fueron algunas de las consignas coreadas.
El jefe del comité para asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, el diputado Leonid Slutski, afirmó por su parte que “en los días inmediatamente posteriores al referéndum, la Duma Estatal aprobará los resultados” de la consulta crimea.
Mientras, las relaciones con EE UU siguen muy tensas, si bien los presidentes de ambas potencias volvieron a hablar por teléfono la noche del jueves durante una hora. En un comunicado, el Kremlin subrayó que Vladímir Putin le dijo a Barack Obama que “las autoridades ucranias actuales, que llegaron al poder como resultado de un golpe de Estado anticonstitucional, están imponiendo a las regiones de este y sureste decisiones completamente ilegítimas”, una situación ante la que Rusia no puede permanecer indiferente.
Además, el Ministerio de Exteriores ruso calificó de “propaganda de baja estofa” el documento con las “10 mentiras sobre Ucrania” que el Departamento de Estado de EE UU publicó en su web, y en la que se desmontan supuestas afirmaciones de Putin. Para Moscú, se trata de una “primitiva” tergiversación de la realidad, “llena de cinismo y de dobles raseros”. El portavoz de Exteriores, Alexandr Lukashévich, declaró que “EE UU no tiene y no puede tener ningún derecho a dictar moral sobre el cumplimiento de las normas internacionales y el respeto a la soberanía de otros países”, y recordó al respecto el bombardeo de la extinta Yugoslavia o la invasión de Irak con “un pretexto falsificado”. También enumeró otras invasiones norteamericanas tras la II Guerra Mundial. El Kremlin “no acepta el lenguaje de las sanciones y amenazas” y que si “se concretan”, tomarán las medidas de respuesta adecuadas, añadió.
Moscú también ha decidido preparar su arma gasística. El presidente ejecutivo del monopolio Gazprom, Alexéi Miller, informó de que Naftogaz, la compañía ucrania, no había pagado los suministros de febrero, con lo que su deuda ha aumentado ya a cerca de 1.400 millones de euros. “De hecho, Ucrania ha dejado de pagar por el gas. Esto es algo que contradice completamente los puntos del contrato firmado y la práctica comercial internacional. Nosotros siempre hemos cumplido nuestras obligaciones y lo seguiremos haciendo, pero no podemos suministrar el gas gratis. O Ucrania paga su deuda y paga por los suministros o nos enfrentamos el riesgo de volver a la situación de 2009”, cuando Rusia cesó de bombear el gas destinado a Ucrania durante 20 días.
La eficacia del corte de suministro como medio de presión será menor que en aquella ocasión, ya que entonces se dejó de bombear al país vecino el 1 de enero, es decir, cuando todavía quedaban por lo menos dos meses de invierno.
Mientras tanto, la intelectualidad rusa está dividida ante la posibilidad de guerra con Ucrania. Unos 30 miembros del Consejo de Derechos Humanos adjunto al presidente, prácticamente la mitad de ese organismo, firmaron una declaración contra la guerra. También conocidos directores de cine, escritores e investigadores han criticado al Kremlin por su política en Ucrania. La Unión de Escritores sacó, por su parte, una declaración de apoyo a la actuación del Kremlin en Crimea.