Más desnutrición entre niños refugiados sirios
Kab Elias, AP
Atrapada por la guerra en su aldea del norte de Siria, Mervat advertía cómo su bebé recién nacida perdía peso. Los ojos oscuros de su hija parecían crecer a medida que se le demacraba el rostro. Finalmente Mervat pudo escapar al vecino Líbano, donde una enfermera le dijo que la niña estaba desnutrida.
Fue una noticia aterradora. "Tuvieron que sostenerme cuando me lo dijeron. Lloré", dijo la madre de 31 años en el campamento de tiendas de campaña donde vive con su esposo en Kab Elias, en el este del Líbano.
Su hija Shurouk, en tratamiento desde hace tres meses, todavía se siente débil. A los nueve meses pesa 3,2 kilos, aunque ahora sonríe más. Mervat habló a condición de ser identificada sólo por su nombre, por temor a las represalias que pudiera sufrir su familia en Siria.
Su caso pone bajo una cruda luz el desmoronamiento de la sociedad siria en una guerra que ya está en su cuarto año. La desnutrición era casi desconocida en un país cuyo régimen autocrático, presidido por Bashar Assad, mantenía un sistema de salud pública casi gratuito para la población.
Ese sistema, como la mayoría de las instituciones estatales, se ha derrumbado en las partes del país donde se libra la lucha entre las fuerzas de Assad y los rebeldes que buscan derrocarlo. La guerra ha matado a más de 140.000 personas y obligado a casi un tercio de la población de 28 millones a abandonar sus hogares. De estos, 4,2 millones permanecen en Siria y 2,5 millones han huido a países vecinos. Casi la mitad de los desplazados son niños.
Los socorristas creen que la hambruna va en aumento en las zonas de guerra en Siria y la desnutrición cunde entre los refugiados más pobres.
Antes del conflicto, los médicos registraban menos de un caso mensual de un niño en riesgo de su vida por desnutrición, pero ahora han dicho a la UNICEF que ven por lo menos 10 casos por semana, dijo Juliette Touma, portavoz en Medio Oriente de la organización de la ONU para la infancia.
En Líbano, la desnutrición aumentó de 4,4% en 2012 a 5,9% de los niños refugiados sirios, según una encuesta de la UNICEF. Se calcula que unos 10.000 niños sirios en el Líbano padecen desnutrición, dijo Dima Ousta, de la organización Caridad Cristiana Ortodoxa Internacional, una ONG que encabeza los esfuerzos para enfrentar el problema en el Líbano. La UNICEF dijo que casi 2.000 corrían riesgo de morir de desnutrición aguda si no recibían tratamiento inmediatamente.
Una encuesta en Jordania concluyó que 4% de los refugiados sirios menores de cinco años requerían tratamiento por desnutrición de moderada a aguda, dijo el Programa Alimentario Mundial el lunes.
La desnutrición es consecuencia de varios problemas cada vez mayores e interrelacionados.
Dentro de Siria, los combates en las zonas más afectadas pueden restringir el acceso a los alimentos y la atención médica. Allí y en los campamentos de refugiados, los niños son vulnerables a la diarrea y otros males por beber agua sucia o estar en contacto con desechos. Estas condiciones pueden agravar la desnutrición y a la vez los niños desnutridos son menos resistentes a las enfermedades.
Los factores sociales también afectan la situación. Las mujeres sirias del campo tienden a casarse en la adolescencia y dependen de la ayuda de sus madres u otros familiares para criar a los niños. Pero en los campos de refugiados pierden esa red de apoyo y no saben amamantar correctamente a los hijos, lo que conlleva el riesgo de desnutrición. A medida que se les acaba el dinero y no consiguen trabajo, muchas madres no pueden comprar alimentos.
La pobreza y la falta de higiene que son la raíz del problema se agravarán a medida que se prolonga la guerra.
"La desnutrición no es un problema relacionado con los alimentos. Es un problema de salud", dijo Zeroual Azzeddine, de la UNICEF.
Atrapada por la guerra en su aldea del norte de Siria, Mervat advertía cómo su bebé recién nacida perdía peso. Los ojos oscuros de su hija parecían crecer a medida que se le demacraba el rostro. Finalmente Mervat pudo escapar al vecino Líbano, donde una enfermera le dijo que la niña estaba desnutrida.
Fue una noticia aterradora. "Tuvieron que sostenerme cuando me lo dijeron. Lloré", dijo la madre de 31 años en el campamento de tiendas de campaña donde vive con su esposo en Kab Elias, en el este del Líbano.
Su hija Shurouk, en tratamiento desde hace tres meses, todavía se siente débil. A los nueve meses pesa 3,2 kilos, aunque ahora sonríe más. Mervat habló a condición de ser identificada sólo por su nombre, por temor a las represalias que pudiera sufrir su familia en Siria.
Su caso pone bajo una cruda luz el desmoronamiento de la sociedad siria en una guerra que ya está en su cuarto año. La desnutrición era casi desconocida en un país cuyo régimen autocrático, presidido por Bashar Assad, mantenía un sistema de salud pública casi gratuito para la población.
Ese sistema, como la mayoría de las instituciones estatales, se ha derrumbado en las partes del país donde se libra la lucha entre las fuerzas de Assad y los rebeldes que buscan derrocarlo. La guerra ha matado a más de 140.000 personas y obligado a casi un tercio de la población de 28 millones a abandonar sus hogares. De estos, 4,2 millones permanecen en Siria y 2,5 millones han huido a países vecinos. Casi la mitad de los desplazados son niños.
Los socorristas creen que la hambruna va en aumento en las zonas de guerra en Siria y la desnutrición cunde entre los refugiados más pobres.
Antes del conflicto, los médicos registraban menos de un caso mensual de un niño en riesgo de su vida por desnutrición, pero ahora han dicho a la UNICEF que ven por lo menos 10 casos por semana, dijo Juliette Touma, portavoz en Medio Oriente de la organización de la ONU para la infancia.
En Líbano, la desnutrición aumentó de 4,4% en 2012 a 5,9% de los niños refugiados sirios, según una encuesta de la UNICEF. Se calcula que unos 10.000 niños sirios en el Líbano padecen desnutrición, dijo Dima Ousta, de la organización Caridad Cristiana Ortodoxa Internacional, una ONG que encabeza los esfuerzos para enfrentar el problema en el Líbano. La UNICEF dijo que casi 2.000 corrían riesgo de morir de desnutrición aguda si no recibían tratamiento inmediatamente.
Una encuesta en Jordania concluyó que 4% de los refugiados sirios menores de cinco años requerían tratamiento por desnutrición de moderada a aguda, dijo el Programa Alimentario Mundial el lunes.
La desnutrición es consecuencia de varios problemas cada vez mayores e interrelacionados.
Dentro de Siria, los combates en las zonas más afectadas pueden restringir el acceso a los alimentos y la atención médica. Allí y en los campamentos de refugiados, los niños son vulnerables a la diarrea y otros males por beber agua sucia o estar en contacto con desechos. Estas condiciones pueden agravar la desnutrición y a la vez los niños desnutridos son menos resistentes a las enfermedades.
Los factores sociales también afectan la situación. Las mujeres sirias del campo tienden a casarse en la adolescencia y dependen de la ayuda de sus madres u otros familiares para criar a los niños. Pero en los campos de refugiados pierden esa red de apoyo y no saben amamantar correctamente a los hijos, lo que conlleva el riesgo de desnutrición. A medida que se les acaba el dinero y no consiguen trabajo, muchas madres no pueden comprar alimentos.
La pobreza y la falta de higiene que son la raíz del problema se agravarán a medida que se prolonga la guerra.
"La desnutrición no es un problema relacionado con los alimentos. Es un problema de salud", dijo Zeroual Azzeddine, de la UNICEF.