Más de 50 dirigentes mundiales asisten a la Cumbre de Seguridad Nuclear
Madrid, EP
Más de 50 jefes de Estado y de Gobierno asistirán a partir de este lunes en La Haya a la Cumbre de Seguridad Nuclear, la tercera de este tipo que se celebra y cuyo principal objetivo es incrementar los controles sobre el material nuclear que podría ser utilizado por una organización terrorista para fabricar lo que se conoce como una "bomba sucia".
El encuentro, que durará dos días, servirá para que los dirigentes mundiales hagan balance de los logros conseguidos en los cuatro años que han pasado desde que se celebró la primera reunión de este tipo, en Washington. En concreto, revisarán los objetivos fijados en el Plan de Trabajo de Washington y en el Comunicado de Seúl, suscrito en 2012 en la capital surcoreana.
La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), la agencia de la ONU para la seguridad nuclear, estará presente en calidad de observador. La AIEA cuenta con una División de Seguridad Nuclear, encargada de asesorar a los gobiernos sobre cómo proteger sus instalaciones nucleares de atentados terroristas y cómo evitar que los materiales radiactivos se pierdan, sean robados o vendidos sin autorización.
La propia AIEA ha informado de que en 2013 recibió la comunicación de 140 casos de material nuclear o radiactivo perdido o utilizado sin autorización, la mayoría por pequeñas cantidades de material radiactivo.
"Incluso aunque no se puedan usar para fabricar una bomba nuclear, se pueden utilizar en artefactos de dispersión, lo que es preocupante", ha explicado el subdirector general de la AIEA, Denis Flory, en declaraciones a Reuters.
Flory se refiere a las conocidas como 'bombas sucias', una bomba de explosivo convencional que se utiliza para dispersar material radiactivo como el que puede utilizarse en hospitales o industrias.
La cifra de incidentes de 2013 supone un descenso con respecto al año anterior, cuando se informó a la AIEA de 160 incidentes: 17 de actividades criminales, 24 de robos o pérdidas y 119 de actividades no autorizadas, según los datos recogidos por la AIEA en su propia página web. Desde su creación, hace dos décadas, hay constancia de 2.500 incidentes de los que han informado los más de 120 países adheridos a la Base de Datos de Incidentes y Tráfico de la AIEA.
"Sigue habiendo, lo que significa que aún queda mucho trabajo que hacer para que descienda" esta cifra, ha indicado Flory. Sin embargo, ha destacado que cada vez hay "más y más países que informan de incidentes". "El número de incidentes de los que se nos informa probablemente ha descendido", ha argumentado.
En cuanto la Cumbre de Seguridad Nuclear de La Haya, Flory ha destacado que uno de los principales objetivos debe ser la aplicación de la enmienda introducida en 2005 a la Convención para la Protección Física de los Materiales Nucleares.
Aún hay 27 países, incluido Estados Unidos, que no han ratificado la enmienda, que obliga a controlar el tráfico de material nuclear no solo en desplazamientos internacionales, sino también dentro del propio país y en las instalaciones de almacenamiento. "Es extremadamente importante porque esta enmienda fortalece notablemente la seguridad nuclear", ha argumentado Flory.
Más de 50 jefes de Estado y de Gobierno asistirán a partir de este lunes en La Haya a la Cumbre de Seguridad Nuclear, la tercera de este tipo que se celebra y cuyo principal objetivo es incrementar los controles sobre el material nuclear que podría ser utilizado por una organización terrorista para fabricar lo que se conoce como una "bomba sucia".
El encuentro, que durará dos días, servirá para que los dirigentes mundiales hagan balance de los logros conseguidos en los cuatro años que han pasado desde que se celebró la primera reunión de este tipo, en Washington. En concreto, revisarán los objetivos fijados en el Plan de Trabajo de Washington y en el Comunicado de Seúl, suscrito en 2012 en la capital surcoreana.
La Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), la agencia de la ONU para la seguridad nuclear, estará presente en calidad de observador. La AIEA cuenta con una División de Seguridad Nuclear, encargada de asesorar a los gobiernos sobre cómo proteger sus instalaciones nucleares de atentados terroristas y cómo evitar que los materiales radiactivos se pierdan, sean robados o vendidos sin autorización.
La propia AIEA ha informado de que en 2013 recibió la comunicación de 140 casos de material nuclear o radiactivo perdido o utilizado sin autorización, la mayoría por pequeñas cantidades de material radiactivo.
"Incluso aunque no se puedan usar para fabricar una bomba nuclear, se pueden utilizar en artefactos de dispersión, lo que es preocupante", ha explicado el subdirector general de la AIEA, Denis Flory, en declaraciones a Reuters.
Flory se refiere a las conocidas como 'bombas sucias', una bomba de explosivo convencional que se utiliza para dispersar material radiactivo como el que puede utilizarse en hospitales o industrias.
La cifra de incidentes de 2013 supone un descenso con respecto al año anterior, cuando se informó a la AIEA de 160 incidentes: 17 de actividades criminales, 24 de robos o pérdidas y 119 de actividades no autorizadas, según los datos recogidos por la AIEA en su propia página web. Desde su creación, hace dos décadas, hay constancia de 2.500 incidentes de los que han informado los más de 120 países adheridos a la Base de Datos de Incidentes y Tráfico de la AIEA.
"Sigue habiendo, lo que significa que aún queda mucho trabajo que hacer para que descienda" esta cifra, ha indicado Flory. Sin embargo, ha destacado que cada vez hay "más y más países que informan de incidentes". "El número de incidentes de los que se nos informa probablemente ha descendido", ha argumentado.
En cuanto la Cumbre de Seguridad Nuclear de La Haya, Flory ha destacado que uno de los principales objetivos debe ser la aplicación de la enmienda introducida en 2005 a la Convención para la Protección Física de los Materiales Nucleares.
Aún hay 27 países, incluido Estados Unidos, que no han ratificado la enmienda, que obliga a controlar el tráfico de material nuclear no solo en desplazamientos internacionales, sino también dentro del propio país y en las instalaciones de almacenamiento. "Es extremadamente importante porque esta enmienda fortalece notablemente la seguridad nuclear", ha argumentado Flory.