China y EE UU se enfrentan en una guerra de espionaje mundial para controlar el “ciberpoder”
Pekín, DPA
Hasta ahora los papeles estaban claros: Washington era la víctima y China el atacante. El Pentágono dijo hace unos meses que Pekín y el Ejército Popular de Liberación eran responsables de miles de ataques informáticos contra instituciones gubernamentales y empresas norteamericanas. Pero las nuevas revelaciones de la prensa apuntan ahora en dirección contraria.
La revista alemana “Der Spiegel” y el “New York Times” informaron el sábado en base a documentos filtrados por Edward Snowden que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense espió sistemáticamente durante años a políticos chinos, ministerios y a empresas.
Así, de pronto Washington y Pekín se intercambiaron roles. “Estados Unidos siempre se muestran con el dedo acusador levantado. Pero ahora se pone en entredicho la supuesta moral tan alta de Estados Unidos”, señaló a dpa Cheng Xiaohe, de la Universidad del Pueblo de Pekín.
En su opinión ha quedado al descubierto la doble moral de Estados Unidos, gracias a las revelaciones de Edward Snowden, ex empleado de la NSA.
El jefe de Estado y de partido de China, Xi Jinping, podría abordar el tema con Barack Obama este lunes en La Haya, en el marco de la cumbre sobre seguridad nuclear, durante la cual tendrán un encuentro bilateral. También el encuentro entre ambos en California en junio pasado estuvo ensombrecido por las revelaciones del espionaje norteamericano, que había hecho por primera vez apenas dos días antes Snowden.
“En su opinión ha quedado al descubierto la doble moral de Estados Unidos, gracias a las revelaciones de Edward Snowden”
Cheng reconoce sin embargo que es muy poco probable que la cúpula china esté realmente sorprendida. “El gobierno chino sabe bastante bien lo que ocurre y qué objetivos persiguen los servicios de Estados Unidos”, señala este politólogo.
Con todo, es de esperar que Pekín refuerce sus medidas antiespionaje. Si la inteligencia norteamericana realmente pudo espiar al ex jefe de Estado Hu Jintao, esto sería un gran éxito para los estadounidenses, incluso aunque los expertos chinos saben que sus principales dignatarios son objetivos prioritarios de los servicios secretos del país rival. Que por otro lado ha vigilado incluso los teléfonos de sus aliados, como ocurrió en el caso de la canciller alemana Angela Merkel.
En cambio, para la segunda compañía mundial de equipamiento de redes de telecomunicaciones, la china Huawei, las revelaciones sobre el espionaje realizado a su firma y productos cae como un jarro de agua fría. La empresa lleva años rechazando las acusaciones procedentes de Estados Unidos de que los militares chinos o los servicios secretos “pinchan” las comunicaciones hechas a través de sus productos. Y ahora, si se confirman las versiones de prensa, fue en verdad Estados Unidos el que realizó la vigilancia.
De cualquier modo, que ahora el “malo” sea Washington no implica que Pekín sea inocente. Muy por el contrario, Xi Jinping acaba de ponerse al mando, hace unas tres semanas, de un nuevo grupo de ciberseguridad. “Tenemos que esforzarnos para hacer de nuestro país una ciberpotencia”, citaron a Xi los medios estatales.
A su vez, en su informe de trabajo ante la Asamblea del Pueblo, el primer ministro chino, Li Keqiang, declaró hace unas dos semanas: “Protegeremos nuestra ciberseguridad”. Simultáneamente anunció la modernización del Ejército Popular de Liberación para convertirlo en una tropa de alta tecnología y un aumento de los gastos en defensa hasta la cifra récord de 808.000 millones de yuan (94.000 millones de euros/casi 130.000 millones de dólares).
Hasta ahora los papeles estaban claros: Washington era la víctima y China el atacante. El Pentágono dijo hace unos meses que Pekín y el Ejército Popular de Liberación eran responsables de miles de ataques informáticos contra instituciones gubernamentales y empresas norteamericanas. Pero las nuevas revelaciones de la prensa apuntan ahora en dirección contraria.
La revista alemana “Der Spiegel” y el “New York Times” informaron el sábado en base a documentos filtrados por Edward Snowden que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense espió sistemáticamente durante años a políticos chinos, ministerios y a empresas.
Así, de pronto Washington y Pekín se intercambiaron roles. “Estados Unidos siempre se muestran con el dedo acusador levantado. Pero ahora se pone en entredicho la supuesta moral tan alta de Estados Unidos”, señaló a dpa Cheng Xiaohe, de la Universidad del Pueblo de Pekín.
En su opinión ha quedado al descubierto la doble moral de Estados Unidos, gracias a las revelaciones de Edward Snowden, ex empleado de la NSA.
El jefe de Estado y de partido de China, Xi Jinping, podría abordar el tema con Barack Obama este lunes en La Haya, en el marco de la cumbre sobre seguridad nuclear, durante la cual tendrán un encuentro bilateral. También el encuentro entre ambos en California en junio pasado estuvo ensombrecido por las revelaciones del espionaje norteamericano, que había hecho por primera vez apenas dos días antes Snowden.
“En su opinión ha quedado al descubierto la doble moral de Estados Unidos, gracias a las revelaciones de Edward Snowden”
Cheng reconoce sin embargo que es muy poco probable que la cúpula china esté realmente sorprendida. “El gobierno chino sabe bastante bien lo que ocurre y qué objetivos persiguen los servicios de Estados Unidos”, señala este politólogo.
Con todo, es de esperar que Pekín refuerce sus medidas antiespionaje. Si la inteligencia norteamericana realmente pudo espiar al ex jefe de Estado Hu Jintao, esto sería un gran éxito para los estadounidenses, incluso aunque los expertos chinos saben que sus principales dignatarios son objetivos prioritarios de los servicios secretos del país rival. Que por otro lado ha vigilado incluso los teléfonos de sus aliados, como ocurrió en el caso de la canciller alemana Angela Merkel.
En cambio, para la segunda compañía mundial de equipamiento de redes de telecomunicaciones, la china Huawei, las revelaciones sobre el espionaje realizado a su firma y productos cae como un jarro de agua fría. La empresa lleva años rechazando las acusaciones procedentes de Estados Unidos de que los militares chinos o los servicios secretos “pinchan” las comunicaciones hechas a través de sus productos. Y ahora, si se confirman las versiones de prensa, fue en verdad Estados Unidos el que realizó la vigilancia.
De cualquier modo, que ahora el “malo” sea Washington no implica que Pekín sea inocente. Muy por el contrario, Xi Jinping acaba de ponerse al mando, hace unas tres semanas, de un nuevo grupo de ciberseguridad. “Tenemos que esforzarnos para hacer de nuestro país una ciberpotencia”, citaron a Xi los medios estatales.
A su vez, en su informe de trabajo ante la Asamblea del Pueblo, el primer ministro chino, Li Keqiang, declaró hace unas dos semanas: “Protegeremos nuestra ciberseguridad”. Simultáneamente anunció la modernización del Ejército Popular de Liberación para convertirlo en una tropa de alta tecnología y un aumento de los gastos en defensa hasta la cifra récord de 808.000 millones de yuan (94.000 millones de euros/casi 130.000 millones de dólares).