Cientos de extranjeros intentan salir de República Centroafricana
Bangui, EP
Cientos de extranjeros están intentando salir de República Centroafricana huyendo de la violencia interreligiosa que ha sacudido al país en las últimas semanas y que continúa registrándose pese al despliegue de miles de militares bajo mandato de la ONU.
En el punto de mira estarían especialmente los ciudadanos del vecino Chad, de donde proceden gran parte de los milicianos del grupo Séléka, musulmán y afín al presidente Michel Djotodia. En contra de Séléka han surgido las milicias cristianas 'anti-balaka', responsables también de graves matanzas que en conjunto han costado un millar de vidas y más de 800.000 personas han huido de sus hogares.
Muchos de los extranjeros que esperan a salir del país en el aeropuerto de Bangui son ciudadanos musulmanes de países vecinos que temen represalias en este país de mayoría cristiana. "Nunca hemos conocido una violencia tan bárbara. El demonio se ha apoderado de nuestro país", ha explicado Aishatou Abdelkarim, de 31 años y esposa de un chadiano.
El ministro de Asuntos Exteriores chadiano, Musa Faki, ha señalado que ya han evacuado a unos 4.000 compatriotas, muchos de los cuales han pasado su vida entera en República Centroafricana. Sin embargo, aún hay cientos de miles de chadianos viviendo en el país.
En el aeropuerto de Bangui también se han refugiado decenas de miles de civiles que buscan la protección de la base de los 'cascos azules' franceses.
El viernes Camerún repatrió a 214 ciudadanos, con lo que ya suman 926 evacuados en lo que va de mes, según los datos difundidos por la radio pública camerunesa. Senegal y Níger, por su parte, han solicitado ayuda urgente a la Organización Internacional para las Migraciones para la evacuación de cientos de sus ciudadanos de República Centroafricana.
Pese al componente religioso de los enfrentamientos, dentro del propio país se atribuye el conflicto a la lucha por controlar los recursos naturales. "Vivíamos en perfecta armonía con los cristianos, pero son Séléka y los 'anti-balaka' los que intentan dividirnos", ha asegurado un comerciante musulmán chadiano que también espera su vuelo para salir del país, Issa Baro.
Cientos de extranjeros están intentando salir de República Centroafricana huyendo de la violencia interreligiosa que ha sacudido al país en las últimas semanas y que continúa registrándose pese al despliegue de miles de militares bajo mandato de la ONU.
En el punto de mira estarían especialmente los ciudadanos del vecino Chad, de donde proceden gran parte de los milicianos del grupo Séléka, musulmán y afín al presidente Michel Djotodia. En contra de Séléka han surgido las milicias cristianas 'anti-balaka', responsables también de graves matanzas que en conjunto han costado un millar de vidas y más de 800.000 personas han huido de sus hogares.
Muchos de los extranjeros que esperan a salir del país en el aeropuerto de Bangui son ciudadanos musulmanes de países vecinos que temen represalias en este país de mayoría cristiana. "Nunca hemos conocido una violencia tan bárbara. El demonio se ha apoderado de nuestro país", ha explicado Aishatou Abdelkarim, de 31 años y esposa de un chadiano.
El ministro de Asuntos Exteriores chadiano, Musa Faki, ha señalado que ya han evacuado a unos 4.000 compatriotas, muchos de los cuales han pasado su vida entera en República Centroafricana. Sin embargo, aún hay cientos de miles de chadianos viviendo en el país.
En el aeropuerto de Bangui también se han refugiado decenas de miles de civiles que buscan la protección de la base de los 'cascos azules' franceses.
El viernes Camerún repatrió a 214 ciudadanos, con lo que ya suman 926 evacuados en lo que va de mes, según los datos difundidos por la radio pública camerunesa. Senegal y Níger, por su parte, han solicitado ayuda urgente a la Organización Internacional para las Migraciones para la evacuación de cientos de sus ciudadanos de República Centroafricana.
Pese al componente religioso de los enfrentamientos, dentro del propio país se atribuye el conflicto a la lucha por controlar los recursos naturales. "Vivíamos en perfecta armonía con los cristianos, pero son Séléka y los 'anti-balaka' los que intentan dividirnos", ha asegurado un comerciante musulmán chadiano que también espera su vuelo para salir del país, Issa Baro.