El Gobierno congoleño dice que "no hay nada que firmar" con el M23
Kinshasa, EP
La delegación del Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha abandonado este martes Uganda, donde se celebraban las negociaciones de paz con la derrotada milicia rebelde M23, porque "no hay nada que firmar", según ha declarado el portavoz gubernamental, Lambert Mende.
Asimismo, Mende ha acusado a Uganda, país que ejerce de mediador, del fracaso de las negociaciones, que se suspendieron ayer lunes sin que se alcanzara un acuerdo entre las dos partes. "Uganda parece actuar como parte interesada del conflicto en favor del M23", ha denunciado.
El portavoz ha asegurado que no está dispuesto a firmar un acuerdo con un movimiento rebelde que ya ha declarado su propia disolución y ha advertido de que lo que el único objetivo de Kinshasa es que el M23 renuncie a volver a las armas.
El ministro adjunto de Asuntos Exteriores de Uganda, Okello Oryem, se ha mostrado convencido de que habrá que esperar "pocos días" para que se firme un acuerdo, al tiempo que no ha querido entrar a valorar las acusaciones congoleñas.
La firma del acuerdo de paz, que estaba prevista para ayer lunes en la localidad ugandesa de Entebbe, ha sido aplazada por discrepancias respecto a cómo debía definirse teóricamente el texto puesto sobre la mesa, si "acuerdo de paz o declaración", según anunció el propio Oryem.
"Están de acuerdo en el contenido, pero no en el título", explicó el lunes a la agencia Reuters. El ministro congoleño de Exteriores, Raymond Tshibanda, declaró el pasado viernes a Reuters que el Gobierno daría de plazo al M23 hasta este lunes para firmar.
Apenas una semana después de que el presidente del M23, Bertrand Bisimwa, declarara el final de la revuelta armada, el movimiento rebelde ha dejado de existir como tal. El comandante en jefe del M23, Sultani Makenga, y cientos de sus correligionarios escaparon la semana pasada a Uganda y se entregaron a las autoridades de este país después de ser desalojados militarmente de sus últimas oposiciones en la provincia de Kivu Norte.
La delegación del Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha abandonado este martes Uganda, donde se celebraban las negociaciones de paz con la derrotada milicia rebelde M23, porque "no hay nada que firmar", según ha declarado el portavoz gubernamental, Lambert Mende.
Asimismo, Mende ha acusado a Uganda, país que ejerce de mediador, del fracaso de las negociaciones, que se suspendieron ayer lunes sin que se alcanzara un acuerdo entre las dos partes. "Uganda parece actuar como parte interesada del conflicto en favor del M23", ha denunciado.
El portavoz ha asegurado que no está dispuesto a firmar un acuerdo con un movimiento rebelde que ya ha declarado su propia disolución y ha advertido de que lo que el único objetivo de Kinshasa es que el M23 renuncie a volver a las armas.
El ministro adjunto de Asuntos Exteriores de Uganda, Okello Oryem, se ha mostrado convencido de que habrá que esperar "pocos días" para que se firme un acuerdo, al tiempo que no ha querido entrar a valorar las acusaciones congoleñas.
La firma del acuerdo de paz, que estaba prevista para ayer lunes en la localidad ugandesa de Entebbe, ha sido aplazada por discrepancias respecto a cómo debía definirse teóricamente el texto puesto sobre la mesa, si "acuerdo de paz o declaración", según anunció el propio Oryem.
"Están de acuerdo en el contenido, pero no en el título", explicó el lunes a la agencia Reuters. El ministro congoleño de Exteriores, Raymond Tshibanda, declaró el pasado viernes a Reuters que el Gobierno daría de plazo al M23 hasta este lunes para firmar.
Apenas una semana después de que el presidente del M23, Bertrand Bisimwa, declarara el final de la revuelta armada, el movimiento rebelde ha dejado de existir como tal. El comandante en jefe del M23, Sultani Makenga, y cientos de sus correligionarios escaparon la semana pasada a Uganda y se entregaron a las autoridades de este país después de ser desalojados militarmente de sus últimas oposiciones en la provincia de Kivu Norte.