El conflicto sirio sigue sacudiendo al Líbano
Los enfrentamientos entre alauitas y sunís se han cobrado 16 víctimas en la ciudad de Trípoli
Natalia Sancha
Trípoli, El País
Los enfrentamientos entre los barrios del Yabal El Mojsen y Bab el Tebene en la norteña ciudad de Trípoli prosiguen hoy por octavo día consecutivo dejando un balance de 16 muertos y cerca de un centenar de heridos.
El barrio de Yabal El Mojsen, mayoritariamente alauita -misma confesión que la familia El Asad y fieles defensores del régimen sirio- y el de Bab El Tebene – mayoritariamente suní que respalda a los rebeldes sirios- se han convertido en otro tablero donde librar el conflicto sirio.
Durante la mañana de ayer y tras un día de relativa calma, el fuego cruzado reanudaba tras que las Fuerzas Internas de Seguridad -ISF por sus siglas en inglés- convocaran al líder alauita de Yabal El Mojsen, Ali Eid, a declarar por su presunta implicación en el doble atentado con coche bomba que el pasado 23 de agosto dejo 45 muertos y 800 heridos. Ali Eid era citado tras que las autoridades libanesas arrestaran a su conductor intentado cruzar ilegalmente a Siria a uno de los inculpados por la investigación abierta para esclarecer la autoría del doble atentado.
Líder de la comunidad alauita en Líbano y padre del secretario general del Partido Demócrata Árabe, Ali Eid rehusaba compadecer ante las ISF. “No tengo ninguna confianza en las ISF porque su historial no les honra, especialmente en lo que se refiere a los aliados de Siria” apuntaba para añadir “ Me gustaría afirmar que siempre seré un soldado del Presidente Bachar El Asad” declaraba en una rueda de prensa. El ejército libanés que hasta ahora se erguía como única entidad neutra en un Líbano dividido frente al conflicto sirio se convierte en objetivo de ataques armados. Los grupos suníes que apoyan a los rebeldes sirios ven en los servicios de inteligencia libanesa la mano de Hezbolá - milicia chií aliada del régimen de Bachar el Asad. Mientras que los aliados del régimen sirio en Líbano como el alauita Partido Demócrata Árabe ven en las ISF un instrumento de los grupos suníes libaneses que respaldan a los rebeldes.
Tras sus declaraciones, el fuego reanudaba paralizando un día más la vida de los habitantes de Trípoli desbordando los dos barrios opuestos para extenderse al centro de la ciudad. “No salimos de casa, los niños no van al colegio y por las noches hombres enmascarados armados rondan las calles. Anoche dejaron moribundos a tres jóvenes por sospechar que eran de confesión alauita” protesta Muna Taher, que habita en el centro de Trípoli. Pocos son los vehículos que se aventuran a cruzar la rotonda de Abu Ali. Varios jóvenes en moto armados con kalashnikov y con la cara cubierta lo hacen a toda velocidad bajo el retumbar de las balas.
El ejército que se ha desplegado en toda la ciudad apostando tanques en las arterias principales y estableciendo controles militares cerraba ayer varias vías de entrada al centro de la ciudad. Ambos barrios proseguían ayer en un va y ven de ametralladoras e intercambios de granadas propulsadas por cohetes mientras que los civiles buscaban rutas alternativas para evitar a los francotiradores. “Lo peor son los francotiradores que disparan aleatoriamente. Solo tenemos un par de rutas alternativas y esta es una de ellas. Tardamos una hora y media en recorrer lo que habitualmente nos lleva 15 minutos y llevamos así una semana” protesta un vecino embutido en un traje mientras se resigna al tráfico. Entre el tráfico estalla una trifulca entre medio centenar de hombres provocando una estampida de los viandantes que temen quedar atrapados en un tiroteo.
Segunda ciudad más poblada del Líbano con medio millón de habitantes y bastión del sunismo conservador libanés, Trípoli se ve constantemente sacudido por el conflicto sirio. La entrada masiva de dinero llegado de los países del golfo ha permitido armar a los diferentes grupos conservadores que apoyan a los rebeldes sirios, mientras que el barrio alauita de Yabal El Mojsen con unos 40,000 habitantes y separado por la estrecha calle Siria de sus rivales de Bab El Tabene reciben apoyo del régimen de Bachar el Asad. Los vecinos de Trípoli les acusan de estar detrás del doble atentado con coche bomba que sacudió la ciudad.
El conflicto sirio hace mella en el Líbano exacerbando los roces en aquellas regiones libaneses donde cohabitan poblaciones chiíes y suníes a las que se suman un millón de refugiados sirios. El doble atentado de Trípoli sigue a otros dos coches bomba en la periferia chií de la capital y a una serie de atentados de menor envergadura en una dinámica de castigo por la participación de los diferentes grupos libaneses en el conflicto sirio.
A pesar de que le ejército ha puesto en marcha un plan con el fin de restaurar la seguridad y de las repetidas llamadas a la calma de los dirigentes libaneses los enfrentamientos proseguían en la mañana de hoy.
Natalia Sancha
Trípoli, El País
Los enfrentamientos entre los barrios del Yabal El Mojsen y Bab el Tebene en la norteña ciudad de Trípoli prosiguen hoy por octavo día consecutivo dejando un balance de 16 muertos y cerca de un centenar de heridos.
El barrio de Yabal El Mojsen, mayoritariamente alauita -misma confesión que la familia El Asad y fieles defensores del régimen sirio- y el de Bab El Tebene – mayoritariamente suní que respalda a los rebeldes sirios- se han convertido en otro tablero donde librar el conflicto sirio.
Durante la mañana de ayer y tras un día de relativa calma, el fuego cruzado reanudaba tras que las Fuerzas Internas de Seguridad -ISF por sus siglas en inglés- convocaran al líder alauita de Yabal El Mojsen, Ali Eid, a declarar por su presunta implicación en el doble atentado con coche bomba que el pasado 23 de agosto dejo 45 muertos y 800 heridos. Ali Eid era citado tras que las autoridades libanesas arrestaran a su conductor intentado cruzar ilegalmente a Siria a uno de los inculpados por la investigación abierta para esclarecer la autoría del doble atentado.
Líder de la comunidad alauita en Líbano y padre del secretario general del Partido Demócrata Árabe, Ali Eid rehusaba compadecer ante las ISF. “No tengo ninguna confianza en las ISF porque su historial no les honra, especialmente en lo que se refiere a los aliados de Siria” apuntaba para añadir “ Me gustaría afirmar que siempre seré un soldado del Presidente Bachar El Asad” declaraba en una rueda de prensa. El ejército libanés que hasta ahora se erguía como única entidad neutra en un Líbano dividido frente al conflicto sirio se convierte en objetivo de ataques armados. Los grupos suníes que apoyan a los rebeldes sirios ven en los servicios de inteligencia libanesa la mano de Hezbolá - milicia chií aliada del régimen de Bachar el Asad. Mientras que los aliados del régimen sirio en Líbano como el alauita Partido Demócrata Árabe ven en las ISF un instrumento de los grupos suníes libaneses que respaldan a los rebeldes.
Tras sus declaraciones, el fuego reanudaba paralizando un día más la vida de los habitantes de Trípoli desbordando los dos barrios opuestos para extenderse al centro de la ciudad. “No salimos de casa, los niños no van al colegio y por las noches hombres enmascarados armados rondan las calles. Anoche dejaron moribundos a tres jóvenes por sospechar que eran de confesión alauita” protesta Muna Taher, que habita en el centro de Trípoli. Pocos son los vehículos que se aventuran a cruzar la rotonda de Abu Ali. Varios jóvenes en moto armados con kalashnikov y con la cara cubierta lo hacen a toda velocidad bajo el retumbar de las balas.
El ejército que se ha desplegado en toda la ciudad apostando tanques en las arterias principales y estableciendo controles militares cerraba ayer varias vías de entrada al centro de la ciudad. Ambos barrios proseguían ayer en un va y ven de ametralladoras e intercambios de granadas propulsadas por cohetes mientras que los civiles buscaban rutas alternativas para evitar a los francotiradores. “Lo peor son los francotiradores que disparan aleatoriamente. Solo tenemos un par de rutas alternativas y esta es una de ellas. Tardamos una hora y media en recorrer lo que habitualmente nos lleva 15 minutos y llevamos así una semana” protesta un vecino embutido en un traje mientras se resigna al tráfico. Entre el tráfico estalla una trifulca entre medio centenar de hombres provocando una estampida de los viandantes que temen quedar atrapados en un tiroteo.
Segunda ciudad más poblada del Líbano con medio millón de habitantes y bastión del sunismo conservador libanés, Trípoli se ve constantemente sacudido por el conflicto sirio. La entrada masiva de dinero llegado de los países del golfo ha permitido armar a los diferentes grupos conservadores que apoyan a los rebeldes sirios, mientras que el barrio alauita de Yabal El Mojsen con unos 40,000 habitantes y separado por la estrecha calle Siria de sus rivales de Bab El Tabene reciben apoyo del régimen de Bachar el Asad. Los vecinos de Trípoli les acusan de estar detrás del doble atentado con coche bomba que sacudió la ciudad.
El conflicto sirio hace mella en el Líbano exacerbando los roces en aquellas regiones libaneses donde cohabitan poblaciones chiíes y suníes a las que se suman un millón de refugiados sirios. El doble atentado de Trípoli sigue a otros dos coches bomba en la periferia chií de la capital y a una serie de atentados de menor envergadura en una dinámica de castigo por la participación de los diferentes grupos libaneses en el conflicto sirio.
A pesar de que le ejército ha puesto en marcha un plan con el fin de restaurar la seguridad y de las repetidas llamadas a la calma de los dirigentes libaneses los enfrentamientos proseguían en la mañana de hoy.