El alto mando de EE UU en Afganistán pide perdón por un ataque con ‘drones’
La incursión, que mató a un bebé, aumenta la tensión con Karzai que ha asegurado que si continúan estas agresiones no firmará el acuerdo para el mantenimiento de tropas americanas
Eva Saiz
Washington, El País
El máximo responsable del ejército de Estados Unidos y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN en Afganistán, el general Joseph Dunford, se disculpó a última hora del jueves con el presidente del país, Hamid Karzai, por la incursión de un drone en la provincia de Helmand que se saldó con la muerte de civiles. El ataque ha añadido más tensión e incertidumbre sobre la conclusión del acuerdo que regula la permanencia de las tropas de EE UU en territorio afgano, tras la retirada del contingente de la OTAN en diciembre de 2014, que Washington quiere que se firme a finales de este año, pero que Karzai insiste en aplazar mientras exige, entre tanto, nuevas demandas como condición para su firma.
Dunford llamó por teléfono al presidente afgano para tratar de aplacar su malestar y rebajar el tono beligerante hacia EE UU que Karzai que no ha hecho sino aumentar desde que la semana pasada se anunciara que Washington y Kabul habían llegado a un pacto para garantizar la presencia de tropas estadounidenses en la nación asiática después de 2014. El jueves por la mañana un avión no tripulado erró en su objetivo de asesinar a un supuesto líder de la insurgencia talibán que viajaba en una motocicleta, matando a un bebé de dos años e hiriendo a dos mujeres.
El incidente ha dado a Karzai nuevos argumentos para arremeter contra el comportamiento de los militares extranjeros hacia los civiles de su país, uno de sus principales ejes de su reticencia para firmar el pacto de seguridad bilateral. “Mientras estos actos arbitrarios y la opresión de las fuerzas extranjeras continúe, el acuerdo de seguridad con EE UU no se firmará”, señaló Karzai en un comunicado el jueves tras responsabilidad a este país del ataque. Un día después, y tras haber recibido las disculpas de Dunford, el presidente afgano sigue sin cambiar de opinión, tal y como ha reconocido su portavoz, Aimal Faizi.
La coalición de la OTAN en Afganistán ha confirmado este viernes en un comunicado la llamada telefónica de Dunford a Karzai y ha reconocido la muerte de civiles en uno de los dos ataques con drones dirigidos por la ISAF el jueves pasado. “Lamentamos profundamente las bajas de civiles ocasionadas por las incursiones de ayer. Nos comprometemos a adoptar todas las medidas necesarias para prevenir este tipo de muertes”, señala la nota, en la que se asegura que se va a iniciar una investigación para determinar lo ocurrido.
Washington quiere que el trato se firme antes de fin de año para dar tiempo a las tropas de EE UU a preparar el relevo del contingente internacional, pero el mismo día que se informó de que se había llegado a un acuerdo bilateral, Karzai anunció que su intención era demorar su entrada en vigor hasta abril del año que viene, para que sea su sucesor en el cargo, que se elegirá en abril, quien lo legitime con su firma. EE UU no quiere esperar hasta abril y hacer depender la efectividad del pacto de un futuro presidente que podría querer imponer nuevos cambios a un texto que ha sido muy difícil de consensuar.
En lo que va de semana, Karzai no ha cesado de obstaculizar la efectiva conclusión del acuerdo de seguridad, añadiendo inesperadas condiciones de última hora que ha sorprendido incluso a los líderes tribales afganos de la Loya Jirga que lo respaldaron el domingo pasado. Susan Rice, la asesora de Seguridad del presidente de EE UU, Barack Obama, se desplazó el fin de semana pasado hasta Afganistán para advertir a Karzai de que si no firmaba el acuerdo en 2013, Washington se vería obligado a retirar definitivamente su presencia militar del país afgano más allá de diciembre de 2014. Rice recordó al mandatario que, sin pacto, Afganistán perdería los 4.000 millones anuales en ayuda internacional para financiar a sus fuerzas armadas que se acordaron en la cumbre de la OTAN en Chicago en año pasado, así como otra cantidad similar para impulsar el desarrollo económico del país.
Karzai respondió a Rice exigiendo que EE UU ayudara a su Gobierno a iniciar las conversaciones de paz con los talibanes y que liberara a 17 afganos prisioneros en Guantánamo a cambio de su firma en el acuerdo. El presidente de Afganistán también exigió el fin de las redadas de las tropas internacionales en las viviendas de civiles como condición indispensable para el éxito del tratado. Karzai equiparó el ataque de drones del jueves con esas incursiones que pretende erradicar. “Esta agresión demuestra que las fuerzas estadounidenses no están respetando la paz y la seguridad de los hogares de pueblo afgano. Durante años, personas inocentes se han convertido en víctimas de una guerra realizada en nombre del terrorismo y no han tenido seguridad en sus casas”, señaló el presidente de Afganistán.
La ISAF ha dejado claro que las incursiones del jueves “nunca tuvieron como objetivo ninguna vivienda y no dañaron a ninguna”. La escalda en el tono beligerante de Karzai y la creciente inseguridad sobre el éxito del acuerdo está empezando a impacientar a los mandos estadounidenses. “No sé si realmente es consciente de los riesgos que implica su actitud”, ha reconocido Dunford en una entrevista concedida a The Wall Street Journal. EE UU teme que un fracaso del pacto de seguridad provoque el desmoronamiento de las endebles fuerzas de seguridad afganas, propiciando la expansión de la insurgencia talibán y la presencia de Irán en el país.
Eva Saiz
Washington, El País
El máximo responsable del ejército de Estados Unidos y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN en Afganistán, el general Joseph Dunford, se disculpó a última hora del jueves con el presidente del país, Hamid Karzai, por la incursión de un drone en la provincia de Helmand que se saldó con la muerte de civiles. El ataque ha añadido más tensión e incertidumbre sobre la conclusión del acuerdo que regula la permanencia de las tropas de EE UU en territorio afgano, tras la retirada del contingente de la OTAN en diciembre de 2014, que Washington quiere que se firme a finales de este año, pero que Karzai insiste en aplazar mientras exige, entre tanto, nuevas demandas como condición para su firma.
Dunford llamó por teléfono al presidente afgano para tratar de aplacar su malestar y rebajar el tono beligerante hacia EE UU que Karzai que no ha hecho sino aumentar desde que la semana pasada se anunciara que Washington y Kabul habían llegado a un pacto para garantizar la presencia de tropas estadounidenses en la nación asiática después de 2014. El jueves por la mañana un avión no tripulado erró en su objetivo de asesinar a un supuesto líder de la insurgencia talibán que viajaba en una motocicleta, matando a un bebé de dos años e hiriendo a dos mujeres.
El incidente ha dado a Karzai nuevos argumentos para arremeter contra el comportamiento de los militares extranjeros hacia los civiles de su país, uno de sus principales ejes de su reticencia para firmar el pacto de seguridad bilateral. “Mientras estos actos arbitrarios y la opresión de las fuerzas extranjeras continúe, el acuerdo de seguridad con EE UU no se firmará”, señaló Karzai en un comunicado el jueves tras responsabilidad a este país del ataque. Un día después, y tras haber recibido las disculpas de Dunford, el presidente afgano sigue sin cambiar de opinión, tal y como ha reconocido su portavoz, Aimal Faizi.
La coalición de la OTAN en Afganistán ha confirmado este viernes en un comunicado la llamada telefónica de Dunford a Karzai y ha reconocido la muerte de civiles en uno de los dos ataques con drones dirigidos por la ISAF el jueves pasado. “Lamentamos profundamente las bajas de civiles ocasionadas por las incursiones de ayer. Nos comprometemos a adoptar todas las medidas necesarias para prevenir este tipo de muertes”, señala la nota, en la que se asegura que se va a iniciar una investigación para determinar lo ocurrido.
Washington quiere que el trato se firme antes de fin de año para dar tiempo a las tropas de EE UU a preparar el relevo del contingente internacional, pero el mismo día que se informó de que se había llegado a un acuerdo bilateral, Karzai anunció que su intención era demorar su entrada en vigor hasta abril del año que viene, para que sea su sucesor en el cargo, que se elegirá en abril, quien lo legitime con su firma. EE UU no quiere esperar hasta abril y hacer depender la efectividad del pacto de un futuro presidente que podría querer imponer nuevos cambios a un texto que ha sido muy difícil de consensuar.
En lo que va de semana, Karzai no ha cesado de obstaculizar la efectiva conclusión del acuerdo de seguridad, añadiendo inesperadas condiciones de última hora que ha sorprendido incluso a los líderes tribales afganos de la Loya Jirga que lo respaldaron el domingo pasado. Susan Rice, la asesora de Seguridad del presidente de EE UU, Barack Obama, se desplazó el fin de semana pasado hasta Afganistán para advertir a Karzai de que si no firmaba el acuerdo en 2013, Washington se vería obligado a retirar definitivamente su presencia militar del país afgano más allá de diciembre de 2014. Rice recordó al mandatario que, sin pacto, Afganistán perdería los 4.000 millones anuales en ayuda internacional para financiar a sus fuerzas armadas que se acordaron en la cumbre de la OTAN en Chicago en año pasado, así como otra cantidad similar para impulsar el desarrollo económico del país.
Karzai respondió a Rice exigiendo que EE UU ayudara a su Gobierno a iniciar las conversaciones de paz con los talibanes y que liberara a 17 afganos prisioneros en Guantánamo a cambio de su firma en el acuerdo. El presidente de Afganistán también exigió el fin de las redadas de las tropas internacionales en las viviendas de civiles como condición indispensable para el éxito del tratado. Karzai equiparó el ataque de drones del jueves con esas incursiones que pretende erradicar. “Esta agresión demuestra que las fuerzas estadounidenses no están respetando la paz y la seguridad de los hogares de pueblo afgano. Durante años, personas inocentes se han convertido en víctimas de una guerra realizada en nombre del terrorismo y no han tenido seguridad en sus casas”, señaló el presidente de Afganistán.
La ISAF ha dejado claro que las incursiones del jueves “nunca tuvieron como objetivo ninguna vivienda y no dañaron a ninguna”. La escalda en el tono beligerante de Karzai y la creciente inseguridad sobre el éxito del acuerdo está empezando a impacientar a los mandos estadounidenses. “No sé si realmente es consciente de los riesgos que implica su actitud”, ha reconocido Dunford en una entrevista concedida a The Wall Street Journal. EE UU teme que un fracaso del pacto de seguridad provoque el desmoronamiento de las endebles fuerzas de seguridad afganas, propiciando la expansión de la insurgencia talibán y la presencia de Irán en el país.