Una ola de ataques contra puestos de control de la Policía y el Ejército dejan 22 muertos en Irak

Ramadi, EP
Al menos 22 personas han muerto, entre ellas miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes, y otras 60 han resultado heridas por una serie de atentados registrados este martes en Irak, principalmente en la provincia de Anbar, en la parte oeste del país.


En la ciudad de Rutba, un conductor suicida ha hecho explotar un coche cerca de un puesto de control, matando a cinco personas, mientras que varios hombres armados han lanzado una serie de ataques contra puestos policiales de la ciudad, matando a otros cuatro policías.

En el oeste de Ramadi hombres armados a bordo de vehículos han atacado varios puestos de control de la Policía y el Ejército en la carretera principal que une Bagdad con Jordania y Siria. Como consecuencia del asalto han fallecido al menos siete personas, según han informado fuentes policiales, que han indicado que continúan los enfrentamientos.

Al menos cuatro personas han muerto en un atentado suicida en la ciudad de Jurf al Sajar, a unos 60 kilómetros al sur de Bagdad. El terrorista conducía un camión cisterna que ha hecho estallar en un puesto de control policial, ha informado la Policía.

En otro ataque, un conductor suicida ha hecho estallar un vehículo cerca de un puesto de control del Ejército en el sur de la ciudad de Mosul, provocando la muerte de al menos dos personas. La ciudad de Mosul, predominantemente suní, constituye uno de los principales bastiones de la insurgencia islamista.

Por otro lado, esta nueva jornada de violencia también se ha cobrado la vida de al menos cinco civiles. En el este de Mosul, varios hombres armados han irrumpido en una casa y asesinado a dos hombres delante de su familia. La Policía ha informado de que después han incendiado la vivienda. Además, en un barrio de Bagdad la Policía ha encontrado a tres hombres con las manos atadas y los ojos vendados con disparos en la cabeza.

Los milicianos suníes han acusado al Gobierno de marginar a su grupo desde la caída de Sadam Husein. La violencia ha registrado uno de sus peores repuntes, con al menos 7.000 civiles muertos en lo que va de año.

Pese a que ningún grupo ha reclamado la autoría de los atentados, los insurgentes suníes, entre los que se encuentra Al Qaeda, han atacado de forma recurrente a los miembros de las fuerzas de seguridad y a funcionarios del Gobierno iraquí.

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