Primer mapa de la nube de un planeta fuera del Sistema Solar
Madrid, EP
Astrónomos que usan los datos del telescopio Kepler y de la sonda Spitzer de la NASA han creado el primer mapa de la nube de un planeta fuera del Sistema Solar, un mundo sofocante, similar a Júpiter conocido como Kepler-7b. El planeta está marcado por nubes altas en el cielo del oeste y claro en el este.
Estudios anteriores de Spitzer han dado lugar a mapas de temperatura de los planetas que orbitan otras estrellas, pero esta es la primera imagen de estructuras de nubes en un mundo distante. "Al observar este planeta con Spitzer y Kepler durante más de tres años, hemos sido capaces de producir un mapa de este gigante planeta gaseoso", ha explicado uno de los autores, Brice-Olivier Demory del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
"No esperamos ver océanos y continentes en este tipo de mundo, pero se detectó una mancha reflectante que se los científicos interpretamos como las nubes", ha apuntado.
Kepler ha descubierto más de 150 exoplanetas --planetas que no pertenecen al Sistema Solar-- y Kepler-7b fue uno de los primeros. Durante años, los expertos han llevado a cabo observaciones en luz visible de las fases de este planeta que les llevaron a un mapa aproximado de su cuerpo. Sin embargo, estos datos no fueron suficientes por sí mismos para descifrar si el punto brillante venía de las nubes o el calor.
Así, Spitzer ha desempeñado un papel crucial en este trabajo, que ha sido publicado en 'Astrophysical Journal Letters'. La sonda fue capaz de detectar la luz infrarroja para medir la temperatura de Kepler-7b, y estimó que se sitúa entre los 1.500 y 1.800 grados Fahrenheit. Se trata de unas cifras relativamente "frescas" para un planeta que orbita tan cerca de su estrella --en 0,06 unidades astronómicas (una unidad astronómica es la distancia entre la Tierra y el Sol)--.
Por ello, se ha determinado que la luz de la estrella del planeta está rebotando en las nubes situadas en su lado oeste. "Kepler-7b refleja mucha más luz que la mayoría de los planetas gigantes que hemos encontrado, que atribuimos a las nubes en la atmósfera superior", ha indicado otro de los autores, Thomas Barclay, quien ha explicado que, "a diferencia de las de la Tierra, los patrones de nubes de este planeta no parecen cambiar mucho con el tiempo y tiene un clima muy estable".
Este hallazgo es un primer paso hacia el uso de técnicas similares para estudiar las atmósferas de los planetas más parecidos a la Tierra en tamaño y composición.
Astrónomos que usan los datos del telescopio Kepler y de la sonda Spitzer de la NASA han creado el primer mapa de la nube de un planeta fuera del Sistema Solar, un mundo sofocante, similar a Júpiter conocido como Kepler-7b. El planeta está marcado por nubes altas en el cielo del oeste y claro en el este.
Estudios anteriores de Spitzer han dado lugar a mapas de temperatura de los planetas que orbitan otras estrellas, pero esta es la primera imagen de estructuras de nubes en un mundo distante. "Al observar este planeta con Spitzer y Kepler durante más de tres años, hemos sido capaces de producir un mapa de este gigante planeta gaseoso", ha explicado uno de los autores, Brice-Olivier Demory del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
"No esperamos ver océanos y continentes en este tipo de mundo, pero se detectó una mancha reflectante que se los científicos interpretamos como las nubes", ha apuntado.
Kepler ha descubierto más de 150 exoplanetas --planetas que no pertenecen al Sistema Solar-- y Kepler-7b fue uno de los primeros. Durante años, los expertos han llevado a cabo observaciones en luz visible de las fases de este planeta que les llevaron a un mapa aproximado de su cuerpo. Sin embargo, estos datos no fueron suficientes por sí mismos para descifrar si el punto brillante venía de las nubes o el calor.
Así, Spitzer ha desempeñado un papel crucial en este trabajo, que ha sido publicado en 'Astrophysical Journal Letters'. La sonda fue capaz de detectar la luz infrarroja para medir la temperatura de Kepler-7b, y estimó que se sitúa entre los 1.500 y 1.800 grados Fahrenheit. Se trata de unas cifras relativamente "frescas" para un planeta que orbita tan cerca de su estrella --en 0,06 unidades astronómicas (una unidad astronómica es la distancia entre la Tierra y el Sol)--.
Por ello, se ha determinado que la luz de la estrella del planeta está rebotando en las nubes situadas en su lado oeste. "Kepler-7b refleja mucha más luz que la mayoría de los planetas gigantes que hemos encontrado, que atribuimos a las nubes en la atmósfera superior", ha indicado otro de los autores, Thomas Barclay, quien ha explicado que, "a diferencia de las de la Tierra, los patrones de nubes de este planeta no parecen cambiar mucho con el tiempo y tiene un clima muy estable".
Este hallazgo es un primer paso hacia el uso de técnicas similares para estudiar las atmósferas de los planetas más parecidos a la Tierra en tamaño y composición.