Piden un pacto para evitar una extinción marina sin precedente en 55 millones de años
Oslo, EP
Los científicos del Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos (IPSO, por sus siglas en inglés) han pedido a los casi 200 países del Planeta que lleguen a un acuerdo global para reducir las amenazas de los océanos, tras concluir que los mares presentan condiciones parecidas a las de hace 55 millones de años cuando se produjeron extinciones masivas de especies marinas.
Según el estudio que se ha presentado este jueves, los océanos del mundo están sometidos a una amenaza mayor de lo que se pensaba inicialmente debido al efecto combinado del calentamiento global, de los niveles decrecientes de oxígeno en el mar y a la acidificación de sus aguas.
A la vista de estos hallazgo, los científicos consideran "urgente" que se llegue a un acuerdo que evite el aumento de las temperaturas medias mundiales. Del mimo modo, también piden una gestión más estricta de los caladeros que prohíba el uso de redes de arrastre y que respete las cuotas pesqueras de las comunidades locales en vías de desarrollo.
El científico de la Universidad de Oxford y director de IPSO, Alex Rogers, ha señalado, en declaraciones a Reuters, que el ritmo de cambio actual es "bastante más rápido" que hace 55 millones de años por lo que supone aun mayores presiones sobre el ecosistema.
Además, el informe, realizado conjuntamente con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, señala que "la escala y el ritmo de la actual concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la acidificación resultante en los océanos, no tiene precedentes en la historia conocida de la Tierra", lo que implica que el "riesgo para el océano y para los ecosistemas asociados, han sido hasta ahora "significativamente subestimados".
En concreto, el estudio indica que pese a que el aumento de la temperatura atmosférica ha sido menor durante este siglo, la concentración creciente de CO2 en la atmósfera es responsable de que las grandes masas de agua continúen calentándose.
Así, este hecho ya está provocando que "muchos" caladeros de pesca se estén desplazando hacia los polos, lo que aumenta la presión entre especies y dispara su riesgo de extinción.
Además, si las temperaturas globales se incrementaran en dos grados centígrados, como predicen los modelos, los corales dejarían de crecer e, incluso, se disolverían si se alcanzaran los tres grados centígrados más.
Por otra parte, los fertilizantes y los vertidos de aguas residuales que llegan al mar y hacen proliferar algas que reducen los niveles de oxígeno en el agua, así como el dióxido de carbono del aire que acidifica el agua cuando reacciona con ella.
En este sentido, el estudio explica que la acidificación del mar amenaza a los organismos marinos que usan el carbonato cálcico para construir sus esqueletos, como los corales que forman arrecifes, los cangrejos, las ostras y algunas especies de plancton que son la base de la cadena trófica marina.
Los científicos del Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos (IPSO, por sus siglas en inglés) han pedido a los casi 200 países del Planeta que lleguen a un acuerdo global para reducir las amenazas de los océanos, tras concluir que los mares presentan condiciones parecidas a las de hace 55 millones de años cuando se produjeron extinciones masivas de especies marinas.
Según el estudio que se ha presentado este jueves, los océanos del mundo están sometidos a una amenaza mayor de lo que se pensaba inicialmente debido al efecto combinado del calentamiento global, de los niveles decrecientes de oxígeno en el mar y a la acidificación de sus aguas.
A la vista de estos hallazgo, los científicos consideran "urgente" que se llegue a un acuerdo que evite el aumento de las temperaturas medias mundiales. Del mimo modo, también piden una gestión más estricta de los caladeros que prohíba el uso de redes de arrastre y que respete las cuotas pesqueras de las comunidades locales en vías de desarrollo.
El científico de la Universidad de Oxford y director de IPSO, Alex Rogers, ha señalado, en declaraciones a Reuters, que el ritmo de cambio actual es "bastante más rápido" que hace 55 millones de años por lo que supone aun mayores presiones sobre el ecosistema.
Además, el informe, realizado conjuntamente con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, señala que "la escala y el ritmo de la actual concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera y la acidificación resultante en los océanos, no tiene precedentes en la historia conocida de la Tierra", lo que implica que el "riesgo para el océano y para los ecosistemas asociados, han sido hasta ahora "significativamente subestimados".
En concreto, el estudio indica que pese a que el aumento de la temperatura atmosférica ha sido menor durante este siglo, la concentración creciente de CO2 en la atmósfera es responsable de que las grandes masas de agua continúen calentándose.
Así, este hecho ya está provocando que "muchos" caladeros de pesca se estén desplazando hacia los polos, lo que aumenta la presión entre especies y dispara su riesgo de extinción.
Además, si las temperaturas globales se incrementaran en dos grados centígrados, como predicen los modelos, los corales dejarían de crecer e, incluso, se disolverían si se alcanzaran los tres grados centígrados más.
Por otra parte, los fertilizantes y los vertidos de aguas residuales que llegan al mar y hacen proliferar algas que reducen los niveles de oxígeno en el agua, así como el dióxido de carbono del aire que acidifica el agua cuando reacciona con ella.
En este sentido, el estudio explica que la acidificación del mar amenaza a los organismos marinos que usan el carbonato cálcico para construir sus esqueletos, como los corales que forman arrecifes, los cangrejos, las ostras y algunas especies de plancton que son la base de la cadena trófica marina.