La ONU cree que la pérdida de Rumangabo podría suponer el fin del M23
Madrid, EP
El representante especial de la ONU y jefe de la misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), Martin Kobler, ha declarado que la pérdida de la localidad de Rumangabo a manos del Ejército congoleño y la recuperación de Kibumba y Rutshuru (todas ellas en la provincia de Kivu Norte, en el este) por parte del Gobierno podrían suponer el "fin militar" del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
"Los rebeldes han abandonado casi todas sus posiciones y apenas ofrecen resistencia", declaró Kobler ayer lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU. "Estos acontecimientos suponen prácticamente el fin del Movimiento 23 de Marzo en cuanto a fuerza militar", ha añadido en una videoconferencia desde Goma, capital de Kivu Norte, citado por Radio France Internationale (RFI).
Según Kobler, el M23 ha abandonado "prácticamente todas sus posiciones", que han caído en poder del Ejército, y las fuerzas de la ONU únicamente han intervenido para proteger a la población civil de la localidad de Kiwanga.
"La gente quiere la paz, la gente quiere que acabe la guerra", ha declarado Kobler a RFI. "Es del interés de todo el mundo, de la comunidad internacional y de los países de la región, acabar con este grupo rebelde", ha añadido.
"Nuestra tarea, nuestro mandato de Naciones Unidas, es desarmar, ayudar, asistir y apoyar también al M23 si quiere desarmarse, y encontrar con ellos una solución política", ha proseguido. "Estábamos muy preocupados por la situación militar y hay que volver a la mesa de negociaciones", ha concluido.
LA OFENSIVA
El Ejército lanzó una ofensiva el pasado viernes que le ha permitido recuperar las localidades de Kibumba y Rutshuru, que estaban en manos del M23 desde hacía más de un año. Aparte, los soldados entraron ayer lunes en Rumangabo, a unos 50 kilómetros de Goma y que alberga una estratégica base militar, según han informado fuentes militares citadas por Radio Okapi, emisora vinculada a Radio Okapi. Los milicianos del M23 habían abandonado la zona poco antes de la llegada del Ejército con dirección a Runyonyi, cerca de la frontera con Ruanda.
La ofensiva de las FARDC, apoyada por MONUSCO, ha sido calificada de "éxito" por el Consejo de Seguridad, cuyos quince países miembros han condenado los recientes ataques del M23 contra los 'cascos azules' desplegados en Kivu del Norte, en particular la muerte de un soldado tanzano en Kiwanja.
En todo caso, el embajador de Ruanda ante la ONU, Eugène Richard Gansana, ha declarado que "la neutralización del M23 no significa el fin de la crisis en el este de Congo", y ha advertido --citado por la agencia misionera MISNA-- de que Kigali "no tolerará ninguna amenaza a su seguridad".
Por su parte, el M23 ha informado de que ha optado por "una retirada estratégica" de las localidades reconquistadas por los militares para evitar "pérdidas de vidas humanas" y ha precisado que ha acuartelado a sus fuerzas en las colinas de Bunagana, junto a la frontera con Ruanda. El ministro de Defensa, Alexandre Luba Ntambo, ha instado a los rebeldes a deponer las armas y rendirse "voluntariamente".
El M23 se formó a principios de 2012 tras la rebelión de un sector del Ejército que denunciaba el incumplimiento del acuerdo de paz de 2009 firmado con otro grupo guerrillero que contaba con el apoyo de Ruanda.
El representante especial de la ONU y jefe de la misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), Martin Kobler, ha declarado que la pérdida de la localidad de Rumangabo a manos del Ejército congoleño y la recuperación de Kibumba y Rutshuru (todas ellas en la provincia de Kivu Norte, en el este) por parte del Gobierno podrían suponer el "fin militar" del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23).
"Los rebeldes han abandonado casi todas sus posiciones y apenas ofrecen resistencia", declaró Kobler ayer lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU. "Estos acontecimientos suponen prácticamente el fin del Movimiento 23 de Marzo en cuanto a fuerza militar", ha añadido en una videoconferencia desde Goma, capital de Kivu Norte, citado por Radio France Internationale (RFI).
Según Kobler, el M23 ha abandonado "prácticamente todas sus posiciones", que han caído en poder del Ejército, y las fuerzas de la ONU únicamente han intervenido para proteger a la población civil de la localidad de Kiwanga.
"La gente quiere la paz, la gente quiere que acabe la guerra", ha declarado Kobler a RFI. "Es del interés de todo el mundo, de la comunidad internacional y de los países de la región, acabar con este grupo rebelde", ha añadido.
"Nuestra tarea, nuestro mandato de Naciones Unidas, es desarmar, ayudar, asistir y apoyar también al M23 si quiere desarmarse, y encontrar con ellos una solución política", ha proseguido. "Estábamos muy preocupados por la situación militar y hay que volver a la mesa de negociaciones", ha concluido.
LA OFENSIVA
El Ejército lanzó una ofensiva el pasado viernes que le ha permitido recuperar las localidades de Kibumba y Rutshuru, que estaban en manos del M23 desde hacía más de un año. Aparte, los soldados entraron ayer lunes en Rumangabo, a unos 50 kilómetros de Goma y que alberga una estratégica base militar, según han informado fuentes militares citadas por Radio Okapi, emisora vinculada a Radio Okapi. Los milicianos del M23 habían abandonado la zona poco antes de la llegada del Ejército con dirección a Runyonyi, cerca de la frontera con Ruanda.
La ofensiva de las FARDC, apoyada por MONUSCO, ha sido calificada de "éxito" por el Consejo de Seguridad, cuyos quince países miembros han condenado los recientes ataques del M23 contra los 'cascos azules' desplegados en Kivu del Norte, en particular la muerte de un soldado tanzano en Kiwanja.
En todo caso, el embajador de Ruanda ante la ONU, Eugène Richard Gansana, ha declarado que "la neutralización del M23 no significa el fin de la crisis en el este de Congo", y ha advertido --citado por la agencia misionera MISNA-- de que Kigali "no tolerará ninguna amenaza a su seguridad".
Por su parte, el M23 ha informado de que ha optado por "una retirada estratégica" de las localidades reconquistadas por los militares para evitar "pérdidas de vidas humanas" y ha precisado que ha acuartelado a sus fuerzas en las colinas de Bunagana, junto a la frontera con Ruanda. El ministro de Defensa, Alexandre Luba Ntambo, ha instado a los rebeldes a deponer las armas y rendirse "voluntariamente".
El M23 se formó a principios de 2012 tras la rebelión de un sector del Ejército que denunciaba el incumplimiento del acuerdo de paz de 2009 firmado con otro grupo guerrillero que contaba con el apoyo de Ruanda.