Edward Snowden reaparece entre sombras
El informático que desveló el espionaje masivo de EE UU logra vivir de incógnito en Rusia mientras aprende el idioma, cambia de imagen y busca trabajo
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Hace ya más de dos meses que Edward Snowden, el exinformático de la CIA que reveló los secretos del espionaje masivo de Estados Unidos, abandonó la zona de tránsito internacional del aeropuerto de Sheremétievo donde se vio bloqueado durante 39 días, y pudo entrar en Moscú. En este tiempo, solo se han visto en la prensa dos fotos de él —la última, ayer, de su reunión con otros filtradores de EE UU que le homenajearon— pero con ellas parece demostrarse que Snowden comienza a sentirse cada vez más cómodo en Rusia. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sobre su vida cotidiana sin contestar y ni siquiera se sabe con certeza si vive en Moscú, en los alrededores de la capital o en otra ciudad cercana.
Su abogado, Anatoli Kucherena, ha querido hacer creer a todos que Snowden ha abandonado Moscú y se ha instalado en otra localidad. El abogado quiso hacer notar que la foto en la que se ve a un joven parecido al estadounidense con un carro al salir de un supermercado no permite determinar si fue tomada en la capital rusa, puesto que en la placa del automóvil no se ven las cifras correspondientes a la región de la matrícula. “Creo que no fue hecha en Moscú”, opina el abogado, y agrega que fue sacada aparentemente a principios de septiembre. La que aparece con los cuatro otros filtradores que le entregaron el miércoles un premio sí está hecha en Moscú, pero está claro que no ha sido sacada en su vivienda y, por lo tanto, pudo haber viajado especialmente a la capital para recibir el galardón.
Ayer de madrugada, su padre, Lon Snowden, llegó por sorpresa a Moscú. Inmediatamente después de salir del aeropuerto fue llevado a los estudios de la televisión Rusia 24 horas, donde dijo que sería “inapropiado” revelar dónde se encuentra su hijo. Lon Snowden mostró mucha cautela al responder a las preguntas de la entrevistadora del canal ruso y evitó hablar sobre la vida cotidiana y dar cualquier información que pudiera servir para determinar el paradero de su hijo.
El abogado Kucherena había dicho en una entrevista publicada en la revista Itogui el 23 de septiembre que Snowden podría pasar al lado de uno sin que fuera reconocido. “Es cuestión de la ropa y de pequeños cambios en la apariencia externa”. Sin embargo, a juzgar por la primera foto, no ha cambiado su estilo de vestir y la única diferencia que uno podría notar son las gafas, que han desaparecido, aunque en la imagen de ayer con los filtradores las vuelve a llevar.
Sostiene Kucherena que Snowden “no se esconde, transita libremente por las calles”, aunque “indudablemente” tiene guardaespaldas. “Se trata del estadounidense más buscado”, comentó a Life News al ver la instantánea su asesor legal, que en aquella entrevista a Itogui había afirmado tener “determinada información” que indica que Snowden corre peligro. Un peligro “muy alto”.
En un comienzo se había dicho que el joven tenía numerosas ofertas de trabajo —la primera le llegó de San Petersburgo, de Pável Dúrov, director general de la red social VKontakte, una especie de Facebook ruso—, pero todavía no se gana en Rusia el pan de cada día —vive de momento con lo que le han dado algunas fundaciones—. Por ahora “está estudiando varias propuestas y en un futuro próximo” tomará una decisión. Le han invitado a trabajar en editoriales, como periodista y también como informático. Podría trabajar asimismo en la defensa de los derechos humanos agregó Kucherena al comparecer con el padre del analista en Rusia 24 horas. Snowden hace rápidos progresos con el idioma ruso —“lo habla ya mucho mejor”— y el clima no es un problema para él. “Se está adaptando a nuestra realidad”, señala.
La presencia de Snowden en Rusia, y la negativa del Kremlin a entregarlo a EE UU, empañó en un primer momento las relaciones entre ambos países. Pero el presidente Vladímir Putin explicó que Moscú no había invitado al exanalista de la CIA, que este llegó de tránsito y que si se quedó en Rusia lo hizo porque Washington, con su postura, impidió que siguiera la ruta que tenía planificada en un comienzo, que era volar a Cuba y de ahí a Venezuela o a otro de los países latinoamericanos que le ofrecieron asilo.
Washington hizo patente su malestar al cancelar el encuentro que debería haber celebrado Barack Obama con Putin en Moscú en vísperas de la cumbre del G-20 en San Petersburgo, a la que sí asistió. Después la tensión ha ido decayendo y las relaciones mejoraron claramente al conseguir Rusia que Siria aceptara destruir sus armas químicas.
Mientras tanto, Kucherena ha comentado que “Edward piensa en la posibilidad de optar por la ciudadanía rusa”, pero para eso debe vivir cinco años en el país. Se le ha concedido asilo por un año, “pero lo puede prolongar cuantas veces quiera y, si sobrepasa los cinco años, tendrá derecho a obtener la nacionalidad”. Si el estadounidense quisiera realmente convertirse en ruso, podría acelerar el proceso y hacerlo más fácil casándose con una local. La primera en ofrecerle matrimonio fue la frustrada y hermosa espía Anna Chapman, aunque probablemente haya sido una broma. Pero nadie duda de que, si lo deseara, el filtrador no encontraría dificultad en hallar candidatas dispuestas a sacrificarse para ayudar al estadounidense, que es visto en Rusia como un joven idealista.
Rodrigo Fernández
Moscú, El País
Hace ya más de dos meses que Edward Snowden, el exinformático de la CIA que reveló los secretos del espionaje masivo de Estados Unidos, abandonó la zona de tránsito internacional del aeropuerto de Sheremétievo donde se vio bloqueado durante 39 días, y pudo entrar en Moscú. En este tiempo, solo se han visto en la prensa dos fotos de él —la última, ayer, de su reunión con otros filtradores de EE UU que le homenajearon— pero con ellas parece demostrarse que Snowden comienza a sentirse cada vez más cómodo en Rusia. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas sobre su vida cotidiana sin contestar y ni siquiera se sabe con certeza si vive en Moscú, en los alrededores de la capital o en otra ciudad cercana.
Su abogado, Anatoli Kucherena, ha querido hacer creer a todos que Snowden ha abandonado Moscú y se ha instalado en otra localidad. El abogado quiso hacer notar que la foto en la que se ve a un joven parecido al estadounidense con un carro al salir de un supermercado no permite determinar si fue tomada en la capital rusa, puesto que en la placa del automóvil no se ven las cifras correspondientes a la región de la matrícula. “Creo que no fue hecha en Moscú”, opina el abogado, y agrega que fue sacada aparentemente a principios de septiembre. La que aparece con los cuatro otros filtradores que le entregaron el miércoles un premio sí está hecha en Moscú, pero está claro que no ha sido sacada en su vivienda y, por lo tanto, pudo haber viajado especialmente a la capital para recibir el galardón.
Ayer de madrugada, su padre, Lon Snowden, llegó por sorpresa a Moscú. Inmediatamente después de salir del aeropuerto fue llevado a los estudios de la televisión Rusia 24 horas, donde dijo que sería “inapropiado” revelar dónde se encuentra su hijo. Lon Snowden mostró mucha cautela al responder a las preguntas de la entrevistadora del canal ruso y evitó hablar sobre la vida cotidiana y dar cualquier información que pudiera servir para determinar el paradero de su hijo.
El abogado Kucherena había dicho en una entrevista publicada en la revista Itogui el 23 de septiembre que Snowden podría pasar al lado de uno sin que fuera reconocido. “Es cuestión de la ropa y de pequeños cambios en la apariencia externa”. Sin embargo, a juzgar por la primera foto, no ha cambiado su estilo de vestir y la única diferencia que uno podría notar son las gafas, que han desaparecido, aunque en la imagen de ayer con los filtradores las vuelve a llevar.
Sostiene Kucherena que Snowden “no se esconde, transita libremente por las calles”, aunque “indudablemente” tiene guardaespaldas. “Se trata del estadounidense más buscado”, comentó a Life News al ver la instantánea su asesor legal, que en aquella entrevista a Itogui había afirmado tener “determinada información” que indica que Snowden corre peligro. Un peligro “muy alto”.
En un comienzo se había dicho que el joven tenía numerosas ofertas de trabajo —la primera le llegó de San Petersburgo, de Pável Dúrov, director general de la red social VKontakte, una especie de Facebook ruso—, pero todavía no se gana en Rusia el pan de cada día —vive de momento con lo que le han dado algunas fundaciones—. Por ahora “está estudiando varias propuestas y en un futuro próximo” tomará una decisión. Le han invitado a trabajar en editoriales, como periodista y también como informático. Podría trabajar asimismo en la defensa de los derechos humanos agregó Kucherena al comparecer con el padre del analista en Rusia 24 horas. Snowden hace rápidos progresos con el idioma ruso —“lo habla ya mucho mejor”— y el clima no es un problema para él. “Se está adaptando a nuestra realidad”, señala.
La presencia de Snowden en Rusia, y la negativa del Kremlin a entregarlo a EE UU, empañó en un primer momento las relaciones entre ambos países. Pero el presidente Vladímir Putin explicó que Moscú no había invitado al exanalista de la CIA, que este llegó de tránsito y que si se quedó en Rusia lo hizo porque Washington, con su postura, impidió que siguiera la ruta que tenía planificada en un comienzo, que era volar a Cuba y de ahí a Venezuela o a otro de los países latinoamericanos que le ofrecieron asilo.
Washington hizo patente su malestar al cancelar el encuentro que debería haber celebrado Barack Obama con Putin en Moscú en vísperas de la cumbre del G-20 en San Petersburgo, a la que sí asistió. Después la tensión ha ido decayendo y las relaciones mejoraron claramente al conseguir Rusia que Siria aceptara destruir sus armas químicas.
Mientras tanto, Kucherena ha comentado que “Edward piensa en la posibilidad de optar por la ciudadanía rusa”, pero para eso debe vivir cinco años en el país. Se le ha concedido asilo por un año, “pero lo puede prolongar cuantas veces quiera y, si sobrepasa los cinco años, tendrá derecho a obtener la nacionalidad”. Si el estadounidense quisiera realmente convertirse en ruso, podría acelerar el proceso y hacerlo más fácil casándose con una local. La primera en ofrecerle matrimonio fue la frustrada y hermosa espía Anna Chapman, aunque probablemente haya sido una broma. Pero nadie duda de que, si lo deseara, el filtrador no encontraría dificultad en hallar candidatas dispuestas a sacrificarse para ayudar al estadounidense, que es visto en Rusia como un joven idealista.