Central gritó en el clásico rosarino ante un Newell’s desconocido
Mil doscientos ochenta y un días pasaron hasta que volvieron a verse las caras y muchos más desde la última vez que Rosario Central había podido regalarse una alegría ante su enemigo íntimo. Muy lejos en la memoria había quedado aquel 16 de septiembre de 2007, cuando un gol de penal del colombiano Martín Arzuaga en el Coloso le había valido su último triunfo en el clásico. El Canalla se olvidó del calendario y del favoritismo de Newell’s y se impuso 2 a 1 en el Gigante de Arroyito, con goles de Alejandro Donatti y Hernán Encina. Maximiliano Rodríguez había empatado transitoriamente para la visita.
Lejos de aquellas versiones de este duelo en las que la especulación y la cautela le ganaban a las buenas intenciones, los vecinos salieron a proponer un partido abierto, cada uno con sus argumentos: Newell’s manejando la pelota y tratando de generar juego a partir de la asociación de sus jugadores más claros y Central presionando intensamente en el medio, tapando las subidas de Marcos Cáceres y Milton Casco y tratando de llevar peligro con pelotas largas.
Cuando se jugaban 11 minutos, el local consiguió la primera ventaja con una buena jugada nacida de un tiro libre de Rafael Delgado desde el ángulo izquierdo del área: Diego Lagos peinó en el primer palo, desacomodó a la zaga de la Lepra y Donatti entró sin marca por atrás, para convertir de cabeza y hacer delirar al Gigante.
El cimbronazo no hizo más que envalentonar a Newell’s, que demoró apenas cuatro minutos en restablecer la paridad. Luego de una primera aproximación que terminó en una infracción de Paulo Ferrari sobre Milton Casco que Mauro Vigliano no sancionó, Víctor Figueroa puso un preciso pase frontal para Maximiliano Rodríguez. La Fiera controló y definió de derecha con un pase de magia, Mauricio Caranta alcanzó a amortiguar, la pelota pegó en el palo izquierdo y el futbolista del seleccionado nacional recogió el rebote y empujó al gol.
Lejos de replegarse, los dirigidos por Alfredo Berti siguieron buscando y tuvieron dos ocasiones muy claras, pero no Pablo Pérez ni Fabián Muñoz pudieron aprovecharlas. En su momento de mayor zozobra, el Canalla encontró otra vez la ventaja. A los 28 Carlos Luna y Víctor López forcejearon en el área visitante en la puja por una pelota rasante de Antonio Medina, el Chino cayó, pero alcanzó a habilitar con la cabeza a Hernán Encina, quien sorprendió en el área y sometió a Nahuel Guzmán.
Más allá de un breve lapso en el que pareció sentir el golpe y perdió el control futbolístico y emocional del duelo, el puntero del Torneo Inicial se recompuso, siguió manejando la pelota y el terreno y estuvo a centímetros de igualar antes del cierre de la etapa, con una gran diagonal de derecha hacia el centro de Víctor Figueroa, quien dejó en el suelo a dos defensores y desde la medialuna buscó el palo derecho, pero el vertical le impidió el grito.
El arranque del complemento mostró una versión aun más aguerrida de Central, que fue horadando la superioridad de su rival y fue llevando el partido al terreno que más le convenía, el de la prevalencia de la fibra sobre el cerebro. Si bien Newell’s no perdió la paciencia y mantuvo el control posicional del juego, le costó elaborar situaciones que pusieran en peligro el arco de Caranta.
El duelo perdió brillo, aunque la incertidumbre del resultado lo mantuvo vivo. La insistencia del Leproso no halló caminos claros y el ingreso de David Trezeguet poco le aportó para ello. Del otro lado, el Canalla cerró filas en el fondo, con una pareja de centrales sin fisuras y un arquero que brindó todas las garantías, y buscó la contra con Carrizo y Sebastián Abreu. Justamente el uruguayo, que había reemplazado a Luna, tuvo la más clara de la etapa: a diez del cierre, Paulo Ferrari anticipó en el medio y puso una pelota profunda, el Loco encaró a Guzmán, pero la adelantó demasiado y el arquero le ganó abajo. Después de ello, fue cuestión de soportar las últimas arremetidas y festejar.
Con este triunfo, Rosario Central abandonó momentáneamente los puestos de descenso. Por su parte, la derrota, dolorosa como en cualquier clásico de esta envergadura, al menos no alteró el liderazgo solitario de Newell's, ya que la caída de Arsenal frente a Tigre en Victoria impidió que el conjunto de Gustavo Alfaro lo alcanzara en la cima.