Capitolio: La hermana de la fallecida cree que los agentes se excedieron
Nueva York, EP
La hermana de la mujer fallecida el pasado jueves frente al Capitolio por los disparos efectuados por la Policía ha estimado, desde su experiencia como antigua agente, que las fuerzas de seguridad podrían haber evitado hacer uso de sus armas.
La ex sargento de la Policía de Nueva York Valarie Carey lamentó que "el uso de la fuerza física letal no es el último recurso ni debería haberlo sido" a la hora de resolver la situación que acabó con la vida de su hermana.
Miriam Carey, de 34 años, recibió varios disparos frente a un edificio del Senado tras una persecución policial que comenzó cuando atropelló a un agente del Servicio Secreto en un puesto de control a pocos kilómetros de la Casa Blanca.
"Mi hermana podría haber sido cualquier persona que circulara por la capital", declaró Carey, cuya sobrina de un año de edad, Erica, viajaba en el asiento trasero del vehículo que conducía su hermana, quien iba completamente desarmada.
"Estoy más que convencida de que no había necesidad de que la Policía usara sus armas si sabían que nunca se efectuaron disparos desde el interior del vehículo. Yo no sé cómo funciona el protocolo de seguridad en Washington D.C., pero sí sé como funciona en Nueva York", declaró.
Según su familia, Carey sufría de depresión posparto que en una ocasión necesitó de una hospitalización. En el momento del suceso, recibía medicación y terapia.
La hermana de la mujer fallecida el pasado jueves frente al Capitolio por los disparos efectuados por la Policía ha estimado, desde su experiencia como antigua agente, que las fuerzas de seguridad podrían haber evitado hacer uso de sus armas.
La ex sargento de la Policía de Nueva York Valarie Carey lamentó que "el uso de la fuerza física letal no es el último recurso ni debería haberlo sido" a la hora de resolver la situación que acabó con la vida de su hermana.
Miriam Carey, de 34 años, recibió varios disparos frente a un edificio del Senado tras una persecución policial que comenzó cuando atropelló a un agente del Servicio Secreto en un puesto de control a pocos kilómetros de la Casa Blanca.
"Mi hermana podría haber sido cualquier persona que circulara por la capital", declaró Carey, cuya sobrina de un año de edad, Erica, viajaba en el asiento trasero del vehículo que conducía su hermana, quien iba completamente desarmada.
"Estoy más que convencida de que no había necesidad de que la Policía usara sus armas si sabían que nunca se efectuaron disparos desde el interior del vehículo. Yo no sé cómo funciona el protocolo de seguridad en Washington D.C., pero sí sé como funciona en Nueva York", declaró.
Según su familia, Carey sufría de depresión posparto que en una ocasión necesitó de una hospitalización. En el momento del suceso, recibía medicación y terapia.