Brasil: Lula y Rousseff celebran los 10 años de sus programas sociales
Brasilia, AFP
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) conmemoraron el miércoles con gran pompa los 10 años del Bolsa Familia, el programa social que según el gobierno ayudó a sacar a 36 millones de brasileños de la pobreza extrema.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) conmemoraron el miércoles con gran pompa los 10 años del Bolsa Familia, el programa social que según el gobierno ayudó a sacar a 36 millones de brasileños de la pobreza extrema.
"Nunca tanta gente salió de la miseria tan rápido, el Bolsa Familia en diez años retiró a 36 millones de la extrema pobreza" y es hoy "el mayor programa de inclusión social del mundo", declaró Rousseff, exguerrillera en el poder desde 2011.
"Mi guerra fue contra el hambre", recordó a su lado Lula, un exsindicalista y obrero metalúrgico que llegó al poder en Brasil en 2003, en momentos en que el mundo discutía la guerra en Irak. El exmandatario dijo que el dinero gastado en ese conflicto "permitiría llevar programas de transferencia de renta a 1.500 millones de personas de todo el mundo durante 10 años".
El programa Bolsa Familia es un complemento de renta (entre 16 y 150 dólares por mes) otorgado hoy a 13,8 millones de familias, un estimado de 50 millones de personas que representan un cuarto de la población total del país. Una condición para recibir ese dinero es que los niños de los hogares beneficiados asistan a la escuela.
"Ha sido un programa muy importante, principalmente por su dimensión: favorece a casi 14 millones de familias, la parte más vulnerable de la población brasileña" a un costo que ronda apenas el 0,5% del PIB, explicó a la AFP el profesor del Centro de Investigación de Historia Contemporánea de la Fundación Getulio Vargas, Jimmy Medeiros.
Durante la conmemoración, Rousseff reiteró su compromiso de acabar con la pobreza extrema y la ministra de Desarrollo Social, Tereza Campello, afirmó que el gobierno busca identificar aún a unas 600.000 familias que todavía vivirían en la miseria.
"Acto electorero"
La pompa del evento levantó críticas de la oposición.
"Es un acto electorero" a favor de Rousseff de cara a su posible reelección en las presidenciales de octubre de 2014, denunció el diputado Vanderlei Macris, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que gobernó Brasil hasta 2002 y se atribuye la base de los programas sociales de Lula.
"Le interesa a Rousseff y al (gobernante Partido de los Trabajadores) PT mantener el programa Bolsa Familia bien vivo en la mente de los electores más pobres", afirmó por su parte el columnista de Folha Fernando Rodrigues.
Las encuestas muestran a la mandataria como favorita para las elecciones, principalmente entre los más pobres.
Lula salió en defensa de su heredera política y aseguró que Rousseff "no necesita salir a hacer campaña".
"Fue electa para gobernar el país, el país es grande. tiene que recorrer Brasil. Sabe que la mejor campaña es cumplir con sus obligaciones y continuar gobernando Brasil", dijo el exmandatario a medios de prensa.
El domingo, Lula aseguró que aspiraba a una "metamorfosis" para apoyar la reelección en 2014 de Rousseff, viajando por el país y reemplazándola en los actos a los que ella no pueda asistir.
"Tengo ganas de hablar, la garganta está bien. Estoy con más disposición, más joven. A pesar de la edad, estoy físicamente más preparado", indicó el exmandatario de 67 años, recuperado de un cáncer de laringe.
El moderado crecimiento económico y una inflación anual superior al 5% han generado cuestionamientos sobre si los beneficios sociales podrían retroceder.
Para Medeiros, no obstante, "si la inflación continúa controlada en esos niveles y el salario mínimo sigue ajustándose por encima de la inflación", las pérdidas de beneficios se minimizarían.