Rajoy respalda la estrategia de EE UU sobre Siria sin hacerlo público
El presidente del Gobierno prefiere seguir su estrategia de echar balones fuera ante las preguntas sobre el país árabe
Carlos E. Cué / Miguel González
San Petersburgo / Madrid, El País
El presidente ruso, Vladímir Putin, enumeró los países que se pronunciaron en contra de la intervención militar en Siria durante la cumbre del G20: un total de ocho. A continuación, citó a los que lo hicieron a favor: cinco. En ninguno de los dos bloques figuraba España. Mariano Rajoy intentó mantener en San Petersburgo su habitual perfil bajo ante asuntos espinosos.
Sus primeras declaraciones públicas sobre la crisis siria siguieron la técnica de echar balones fuera y ganar tiempo: aseguró que es importante que la investigación encargada a los inspectores de la ONU concluya “con la mayor celeridad posible” y que el Consejo de Seguridad “asuma sus responsabilidades de acuerdo con la legislación internacional”.
¿Apoyará España un ataque sin el aval de Naciones Unidas? “A partir de ahí ya veremos”, se limitó a decir, subrayando que “todavía no hay ninguna decisión definitiva ni ninguna propuesta concreta” y que su deseo es que haya “una solución política negociada”, en el marco del proceso iniciado en Ginebra.
Sin embargo, cuando la delegación española ya había tomado el avión rumbo a Buenos Aires —donde hoy se conocerá si Madrid es sede olímpica en 2020— la Casa Blanca difundió una declaración en la que diez líderes asistentes a la cumbre del G20, incluido el propio Rajoy, brindaban su apoyo a la firmeza de Obama con Damasco.
La declaración no dice que se deba atacar a Siria sin el aval de la ONU, pero tampoco sostiene lo contrario; e incluye algunas afirmaciones que ningún responsable español había hecho hasta ahora: da por hecho que se utilizaron armas químicas en el ataque del 21 de agosto y agrega que hay “claras evidencias” que apuntan a la responsabilidad del régimen sirio. A partir de ahí, los firmantes abogan por una “contundente respuesta internacional” y advierten de que los culpables de estos crímenes “deben rendir cuentas”. Aunque apelan al Consejo de Seguridad de la ONU, recuerdan que lleva dos años y medio paralizado, y avisan de que esta situación no se puede prolongar.
La firma de este comunicado fue una decisión del equipo de Moncloa, que acompaña a Rajoy en su gira, al margen del Ministerio de Exteriores. Fuentes diplomáticas indicaron, en un primer momento, que el texto “se explica por sí mismo”, para agregar luego que “es coherente con la posición que ha mantenido el Gobierno”. El pasado martes, en el Congreso, el ministro José Manuel García-Margallo, aseguró que “hay que dar tiempo a que la misión de [los inspectores de] la ONU termine sus trabajos y el Consejo de Seguridad tenga un debate sobre este tema, porque es el corazón de la legalidad internacional”.
Fuentes gubernamentales explicaron la firma de la declaración alegando que se trataba de “no dejar tirado a Obama” y de brindarle “apoyo moral y político”. Añadieron que el texto incluye “una de cal y otra de arena”, de forma que nadie puede sentirse incómodo con su contenido. Pero la canciller alemana, Ángela Merkel, en plena campaña electoral, no quiso firmarlo, como sí lo hicieron los mandatarios de Francia, Italia, Reino Unido y España. Por si la división de la UE no fuera lo bastante evidente, el texto incluye una nota en la que los europeos se comprometen “a promover una posición europea común”.
Juan Moscoso, secretario del PSOE para la UE, pidió explicaciones al Gobierno ante un comunicado cuya ambigüedad “despierta inquietud”, mientras que Izquierda Unida advirtió de que los españoles no apoyarán “una nueva guerra”.
¿Supone la declaración que España participará en un ataque contra Siria? Las fuentes consultadas lo niegan de plano. “España no contribuirá con fuerzas militares si no hay una resolución de la ONU o de alguna otra organización internacional”. Lo que fuentes gubernamentales reconocen es que se autorizará a EE UU a utilizar las bases de Rota y Morón si así lo solicita. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien se reunió hoy en el Pentágono con su homólogo estadounidense, Chuck Hagel, aseguró que este no se lo había pedido “por ahora”, informa Antonio Caño desde Washington. Aunque Morenés no quiso aventurar qué hará España si en el futuro se le pide apoyo militar, dejó claro que “hay que alinearse con quien quiere poner fin a esta catástrofe”. Es decir, con Estados Unidos.
Carlos E. Cué / Miguel González
San Petersburgo / Madrid, El País
El presidente ruso, Vladímir Putin, enumeró los países que se pronunciaron en contra de la intervención militar en Siria durante la cumbre del G20: un total de ocho. A continuación, citó a los que lo hicieron a favor: cinco. En ninguno de los dos bloques figuraba España. Mariano Rajoy intentó mantener en San Petersburgo su habitual perfil bajo ante asuntos espinosos.
Sus primeras declaraciones públicas sobre la crisis siria siguieron la técnica de echar balones fuera y ganar tiempo: aseguró que es importante que la investigación encargada a los inspectores de la ONU concluya “con la mayor celeridad posible” y que el Consejo de Seguridad “asuma sus responsabilidades de acuerdo con la legislación internacional”.
¿Apoyará España un ataque sin el aval de Naciones Unidas? “A partir de ahí ya veremos”, se limitó a decir, subrayando que “todavía no hay ninguna decisión definitiva ni ninguna propuesta concreta” y que su deseo es que haya “una solución política negociada”, en el marco del proceso iniciado en Ginebra.
Sin embargo, cuando la delegación española ya había tomado el avión rumbo a Buenos Aires —donde hoy se conocerá si Madrid es sede olímpica en 2020— la Casa Blanca difundió una declaración en la que diez líderes asistentes a la cumbre del G20, incluido el propio Rajoy, brindaban su apoyo a la firmeza de Obama con Damasco.
La declaración no dice que se deba atacar a Siria sin el aval de la ONU, pero tampoco sostiene lo contrario; e incluye algunas afirmaciones que ningún responsable español había hecho hasta ahora: da por hecho que se utilizaron armas químicas en el ataque del 21 de agosto y agrega que hay “claras evidencias” que apuntan a la responsabilidad del régimen sirio. A partir de ahí, los firmantes abogan por una “contundente respuesta internacional” y advierten de que los culpables de estos crímenes “deben rendir cuentas”. Aunque apelan al Consejo de Seguridad de la ONU, recuerdan que lleva dos años y medio paralizado, y avisan de que esta situación no se puede prolongar.
La firma de este comunicado fue una decisión del equipo de Moncloa, que acompaña a Rajoy en su gira, al margen del Ministerio de Exteriores. Fuentes diplomáticas indicaron, en un primer momento, que el texto “se explica por sí mismo”, para agregar luego que “es coherente con la posición que ha mantenido el Gobierno”. El pasado martes, en el Congreso, el ministro José Manuel García-Margallo, aseguró que “hay que dar tiempo a que la misión de [los inspectores de] la ONU termine sus trabajos y el Consejo de Seguridad tenga un debate sobre este tema, porque es el corazón de la legalidad internacional”.
Fuentes gubernamentales explicaron la firma de la declaración alegando que se trataba de “no dejar tirado a Obama” y de brindarle “apoyo moral y político”. Añadieron que el texto incluye “una de cal y otra de arena”, de forma que nadie puede sentirse incómodo con su contenido. Pero la canciller alemana, Ángela Merkel, en plena campaña electoral, no quiso firmarlo, como sí lo hicieron los mandatarios de Francia, Italia, Reino Unido y España. Por si la división de la UE no fuera lo bastante evidente, el texto incluye una nota en la que los europeos se comprometen “a promover una posición europea común”.
Juan Moscoso, secretario del PSOE para la UE, pidió explicaciones al Gobierno ante un comunicado cuya ambigüedad “despierta inquietud”, mientras que Izquierda Unida advirtió de que los españoles no apoyarán “una nueva guerra”.
¿Supone la declaración que España participará en un ataque contra Siria? Las fuentes consultadas lo niegan de plano. “España no contribuirá con fuerzas militares si no hay una resolución de la ONU o de alguna otra organización internacional”. Lo que fuentes gubernamentales reconocen es que se autorizará a EE UU a utilizar las bases de Rota y Morón si así lo solicita. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien se reunió hoy en el Pentágono con su homólogo estadounidense, Chuck Hagel, aseguró que este no se lo había pedido “por ahora”, informa Antonio Caño desde Washington. Aunque Morenés no quiso aventurar qué hará España si en el futuro se le pide apoyo militar, dejó claro que “hay que alinearse con quien quiere poner fin a esta catástrofe”. Es decir, con Estados Unidos.