Obama acusa a una pequeña facción republicana de amenazar la economía
El presidente de EE UU llama a la cordura ante el inminente cierre del Gobierno y declara que espera “que en el último minuto, una vez más, el Congreso decida hacer lo que es correcto”
Yolanda Monge
Washington, El País
Cuando quedaban pocas horas –menos de siete- para que se cumpliera el plazo en que entra en vigor el temido cierre del Gobierno por falta de presupuesto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, compareció durante unos momentos en la sala de prensa de la Casa Blanca para acusar a una pequeña facción de congresistas de secuestrar al Gobierno en su totalidad.
Sin admitir preguntas, porque no parece que haya mucho que explicar excepto llamar a la cordura y evitar que la economía nacional se vea afectada por el cierre, el presidente ha dicho que es inaceptable que “una facción de un partido de una de las cámaras del Congreso pueda cerrar el Gobierno” porque no están conformes con el resultado de una elección.
Esperanzado, porque al fin y al cabo solo parece quedar ya una inútil esperanza, Obama ha declarado que esperaba “que en el último minuto, una vez más, el Congreso decida hacer lo que es correcto”. Pero el tono del presidente no dejaba de ser repetitivo, por haberse encontrado ya en la misma situación más veces de las deseadas. De hecho, el mandatario se ha preguntado si hay alguien que no crea que esta pelea se vaya a repetir de nuevo dentro de unos meses, por ejemplo en Navidad.
Obama ha repetido la letanía que lleva proclamando desde que el cierre del Gobierno dejó de ser algo evitable para entrar en la fase de inminente: que el Congreso tiene la obligación de aprobar el presupuesto y que el país debe de pagar sus deudas (en referencia al siguiente escenario catastrófico en vista que se producirá el 17 de octubre cuando se alcance el techo de la deuda y EE UU entre en suspensión de pagos).
El presidente ha insistido en que la reforma sanitaria no se tocará –“no se cerrará”, ha dicho usando la analogía con el cierre del Gobierno-. Esa ley fue ratificada por ambas cámaras, refrendada con la reelección presidencial y declarada constitucional por el Tribunal Supremo del país.
En opinión del presidente, el primer cierre del Gobierno en casi dos décadas estropeará “los engranajes “ de la economía del país en un momento clave para la recuperación. “La idea de poner en peligro lo que se han ganado a pulso los norteamericanos es una irresponsabilidad y no tiene por qué suceder”, ha dicho. “Se puede prevenir si la Cámara lo desea”, ha sentenciado el presidente poco después de que el Senado rechazara la propuesta que le había enviado la Cámara y que vinculaba la aprobación del presupuesto a retrasar un año la puesta en marcha del sistema sanitario.
Todo el daño que se vislumbra se puede evitar, ha dicho Obama. “Todo se puede prevenir si la Cámara decide hacer lo que ha hecho el Senado” y aprueba la conocida como resolución de continuidad (CR, siglas en inglés), que financia el Gobierno sin asaltar Obamacare, cuya primera fase entra en vigor exactamente mañana.
Los republicanos –en control de la Cámara de Representantes- están utilizando la necesidad de aprobar una ley que garantice la financiación del Gobierno federal para atacar la pieza fundamental de la Administración Obama, la reforma del sistema sanitario. El Senado –en manos demócratas- ha rechazado cada intento republicano votando en contra de las enmiendas y con la seguridad de que el presidente vetará cualquier norma que pretenda mutilar el sistema sanitario.
“El Gobierno federal es el mayor empleador de la economía americana”, ha dicho Obama. “Sin duda [el cierre] nos hará daño a todos”, ha finalizado.
Washington, El País
Cuando quedaban pocas horas –menos de siete- para que se cumpliera el plazo en que entra en vigor el temido cierre del Gobierno por falta de presupuesto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, compareció durante unos momentos en la sala de prensa de la Casa Blanca para acusar a una pequeña facción de congresistas de secuestrar al Gobierno en su totalidad.
Sin admitir preguntas, porque no parece que haya mucho que explicar excepto llamar a la cordura y evitar que la economía nacional se vea afectada por el cierre, el presidente ha dicho que es inaceptable que “una facción de un partido de una de las cámaras del Congreso pueda cerrar el Gobierno” porque no están conformes con el resultado de una elección.
Esperanzado, porque al fin y al cabo solo parece quedar ya una inútil esperanza, Obama ha declarado que esperaba “que en el último minuto, una vez más, el Congreso decida hacer lo que es correcto”. Pero el tono del presidente no dejaba de ser repetitivo, por haberse encontrado ya en la misma situación más veces de las deseadas. De hecho, el mandatario se ha preguntado si hay alguien que no crea que esta pelea se vaya a repetir de nuevo dentro de unos meses, por ejemplo en Navidad.
Obama ha repetido la letanía que lleva proclamando desde que el cierre del Gobierno dejó de ser algo evitable para entrar en la fase de inminente: que el Congreso tiene la obligación de aprobar el presupuesto y que el país debe de pagar sus deudas (en referencia al siguiente escenario catastrófico en vista que se producirá el 17 de octubre cuando se alcance el techo de la deuda y EE UU entre en suspensión de pagos).
El presidente ha insistido en que la reforma sanitaria no se tocará –“no se cerrará”, ha dicho usando la analogía con el cierre del Gobierno-. Esa ley fue ratificada por ambas cámaras, refrendada con la reelección presidencial y declarada constitucional por el Tribunal Supremo del país.
En opinión del presidente, el primer cierre del Gobierno en casi dos décadas estropeará “los engranajes “ de la economía del país en un momento clave para la recuperación. “La idea de poner en peligro lo que se han ganado a pulso los norteamericanos es una irresponsabilidad y no tiene por qué suceder”, ha dicho. “Se puede prevenir si la Cámara lo desea”, ha sentenciado el presidente poco después de que el Senado rechazara la propuesta que le había enviado la Cámara y que vinculaba la aprobación del presupuesto a retrasar un año la puesta en marcha del sistema sanitario.
Todo el daño que se vislumbra se puede evitar, ha dicho Obama. “Todo se puede prevenir si la Cámara decide hacer lo que ha hecho el Senado” y aprueba la conocida como resolución de continuidad (CR, siglas en inglés), que financia el Gobierno sin asaltar Obamacare, cuya primera fase entra en vigor exactamente mañana.
Los republicanos –en control de la Cámara de Representantes- están utilizando la necesidad de aprobar una ley que garantice la financiación del Gobierno federal para atacar la pieza fundamental de la Administración Obama, la reforma del sistema sanitario. El Senado –en manos demócratas- ha rechazado cada intento republicano votando en contra de las enmiendas y con la seguridad de que el presidente vetará cualquier norma que pretenda mutilar el sistema sanitario.
“El Gobierno federal es el mayor empleador de la economía americana”, ha dicho Obama. “Sin duda [el cierre] nos hará daño a todos”, ha finalizado.