El ministro egipcio del Interior salió ileso de un atentado con bomba
El Cairo, EFE
El ministro egipcio del Interior, Mohamed Ibrahim, ha salido ileso hoy de un atentado con un artefacto explosivo contra el convoy en el que viajaba desde su casa a su oficina en El Cairo, informaron a Efe fuentes de la seguridad.El Ministerio del Interior confirmó en un comunicado que una bomba fue detonada al paso del convoy del ministro y señaló que causó “varios heridos” entre los policías que escoltaban la caravana y ciudadanos que se hallaban en el lugar.
Según indicó a la agencia estatal Mena una fuente policial, el explosivo se hallaba en un lateral de la calle y fue detonado por control remoto.
Las fuentes de seguridad especificaron a Efe que hay al menos tres heridos, dos civiles y un agente de policía que custodiaba en la calle el paso del convoy, cuya pierna fue amputada por la explosión.La policía ha cerrado también todos los accesos a la sede del Ministerio del Interior, en el centro de El Cairo, y examina los vehículos estacionados en sus alrededores.
Sin embargo, indicaron que el número de heridos podría ser más elevado ya que este recuento no incluye a los escoltas que viajaban en los vehículos de la caravana.
El atentado tuvo lugar en la calle Mustafa al Nahas, en el barrio residencial de Ciudad Naser, donde tiene su residencia el ministro, y se produjo cuando éste se dirigía hacia su oficina en el Ministerio del Interior.
Ibrahim ha sido duramente criticado por los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi por el violento desalojo en agosto de las acampadas islamistas que pedían su restitución y por la campaña de represión contra los Hermanos Musulmanes.
El ministro egipcio de Interior dice que atentado contra él es “despreciable”
El ministro egipcio del Interior, Mohamed Ibrahim, compareció hoy ante los periodistas poco después de sufrir un atentado con explosivos contra el convoy en que viajaba, y calificó el suceso de “tentativa despreciable”.
En sus primeras declaraciones desde la sede del Ministerio del Interior, Ibrahim indicó que un artefacto con fuerte carga explosiva fue detonado al paso de su vehículo y causó heridas graves a varias personas, entre ellas un policía y un niño cuyas piernas fueron amputadas por el estallido.
Además, reveló que los cuatro vehículos del convoy resultaron destruidos en el atentado, que tuvo lugar en el barrio residencial de Ciudad Naser, en el este de El Cairo.
“El laboratorio criminal ha asegurado que el artefacto utilizado contra el convoy es grande”, explicó el ministro.Según el ministro, también resultó herido grave un oficial de la policía, así como varios de los escoltas que lo acompañaban en el convoy.
Según pudo constatar Efe en el lugar del atentado, la calle Mustafa al Nahas, los destrozos materiales son de gran magnitud en los edificios cercanos y hay un buen número de vehículos calcinados.
La policía ha establecido varios perímetros de seguridad en torno a la zona, el primero de los cuales se halla a unos 500 metros del lugar de la explosión.
Los efectos del estallido son apreciables en un radio de un centenar de metros, y la onda expansiva ha llegado a romper ventanas de edificios alejados.
Además, por toda la zona del atentado se pueden encontrar piezas y partes pequeñas de automóviles, pese a que la versión oficial no ha confirmado que se tratase de un ataque con coche bomba.
El fiscal general de Egipto ha ordenado una investigación inmediata del ataque, y un equipo del Ministerio Público se ha desplazado hasta el lugar del suceso para abrir diligencias.
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, condenó el atentado y lo calificó de un “acto criminal”.
Al Arabi pidió, en declaraciones a los periodistas, al Gobierno egipcio que tome las medidas necesarias para conocer a los autores del ataque y presentarles “lo antes posible” ante la Justicia.
Además, advirtió contra los actos que quieren desestabilizar el país y obstaculizar la aplicación de “la hoja de ruta” anunciada para el periodo de transición, comenzado después del derrocamiento el pasado 3 de julio del presidente islamista Mohamed Mursi.