Un joven de 20 años tuvo casi 500 hijos durante la Primera Guerra Mundial

Alemania, DPA
La Primera Guerra Mundial acabó con la vida de millones de soldados. Los que tuvieron suerte pudieron regresar a sus hogares para restablecer sus vidas.
No obstante, para muchos de estos soldados reanudar la vida conyugal con sus esposas era casi imposible probablemente por incapacidad física o porque habían quedado en estado de shock tras presenciar tanta atrocidad. Por tal motivo, Helena Wrigh, la doctora británica pionera en educación sexual solucionaría esa necesidad de aquellas mujeres que tenían el deseo de ser madres.


Se dio lugar a un “Servicio secreto de donación de esperma”, algo que no era bien visto para la época. Sin embargo, fue al final de la guerra, cuando Wright comenzó a buscar al candidato ideal para cumplir tan solidaria misión. La persona elegida no podía tener ataduras emocionales ni trabas morales para poder suplantar aquellos hombres cuya capacidades habían quedado mermadas al haber sido mutilados.

El encargado de esta labor fue Derek, un joven de 20 años, al que la doctora conoció a través de su esposa, Suzanne.

Esta misión se desarrollo de la siguiente manera: las mujeres necesitadas se ponían en contacto con la doctora Helena, quien organizaba una cita con el padre de alquiler a cambio de silencio y 10 libras que irían al fondo dedicado a financiar tan peculiar servicio. Cada cita se fijaba de acuerdo a las fechas óptimas para concebir de cada mujer y rara vez se repetía, para mantener así el espíritu del servicio: “fortalecer el matrimonio al traer al mundo un hijo”.

Derek se vestía con traje oscuro, camisa blanca y sombrero -los buenos modales y su sonrisa hacían el resto- según la publicación del diario Dailymail. Así, el joven visitó a 500 mujeres y cada vez que un hijo suyo llegaba al mundo, recibía un telegrama de la doctora Wright.

Entradas populares