Putin denuncia la debilidad de las pruebas de EE UU para atacar Siria

El presidente ruso cree que si Obama tiene evidencias del empleo de armas químicas debe entregarlas a la ONU para no faltar el respeto a sus socios

Rodrigo Fernández
Moscú, El País
A días de la cumbre del G-20 en San Petersburgo, a la que tiene previsto asistir el presidente estadounidense, Barack Obama, su colega ruso, Vladímir Putin, se refirió ayer por primera vez en público a Siria tras el ataque químico del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco insistiendo en la versión del Kremlin, tradicional aliado del régimen de Damasco: según Putin, la masacre de Ghuta, que según las fuentes se cobró entre 355 y 1.429 vidas, fue una provocación perpetrada por la oposición islamista radical al presidente Bachar el Asad.


Putin instó a Obama a pensar, antes de bombardear Siria, como premio Nobel de la Paz en las víctimas que el ataque producirá. El presidente subrayó la condena rusa del uso de armas químicas. “Nuestra posición sobre la posible utilización de armas de exterminio masivo, incluidas las químicas, es consecuente: estamos categóricamente en contra y, por tanto, si se demuestra [su uso en el ataque de Ghuta] participaremos decididamente en la elaboración de medidas que permitan terminar” con esa práctica, declaró Putin en Vladivostok.

El mandatario ruso considera ridículo atribuir a El Asad su uso el 21 de agosto. “El sentido común habla por sí mismo: durante una ofensiva del Ejército sirio, cuando en algunas zonas tenían rodeados a los rebeldes, no tiene ninguna lógica regalar un as a los que permanentemente piden la intervención militar, sobre todo el mismo día de la llegada de los inspectores de la ONU [a Siria]; es un sinsentido extraordinario”, dijo.

Putin añadió que, si los “amigos estadounidenses” tienen pruebas, deben entregarlas a los inspectores de la ONU y al Consejo de Seguridad; no hacerlo es simplemente “una falta de respeto” hacia sus socios. Moscú recuerda las aseveraciones que en su día hizo la Administración de Bush sobre la existencia de armas de destrucción masiva en el Irak de Sadam Husein, en 2003. Entonces, igual que ahora, subrayan los rusos, se basaban en informaciones de sus servicios secretos que resultaron ser falsas.

Si no presentan pruebas, quiere decir que no las hay, razonó Putin. “Los argumentos de que se trata de conversaciones interceptadas, que no demuestran nada, no pueden servir de base para tomar decisiones fundamentales como las de utilizar la fuerza contra un Estado soberano”, sentenció.

Respondiendo a un grupo de periodistas en el principal puerto ruso del Pacífico, Putin no ocultó su sorpresa por el resultado de la votación sobre Siria en el Parlamento británico, el jueves. “Debo decir sinceramente que fue algo completamente inesperado para mí. Pero demuestra que en Gran Bretaña, a pesar de ser el principal aliado geopolítico de Estados Unidos, hay gente que se guía por los intereses nacionales y el sentido común y que valora su soberanía”, comentó.

El Kremlin no cree que las intervenciones militares, las revoluciones y los cambios de régimen por la fuerza pueden traer la democracia y la estabilidad. “¿Se han resuelto acaso los problemas en Afganistán, Irak o Libia? Pero si allí no hay ni la paz ni la democracia que nuestros socios decían querer instaurar, no hay ni una paz civil elemental ni equilibrio”, sostuvo Putin. Si “la mayoría de los analistas, incluso en EE UU, considera que la intervención en Irak fue una equivocación, ¿por qué ahora debemos creer que un ataque a Siria no será un nuevo error?”, insistió.

Putin sostuvo que es “obvio” que hay que hacer algo, pero advirtió de que atacar a un país “puede traer consecuencias absolutamente opuestas a las que se esperan”. EE UU se había comprometido, recordó, a asistir a una nueva conferencia en Ginebra y a convencer a la oposición siria de que debe acudir al encuentro para buscar una salida negociada al conflicto. “Entiendo que es un proceso difícil y, por lo que parece, no logran hacerlo [convencer a los opositores a El Asad]”, señaló.

Putin y Obama se verán las caras el próximo jueves en la cumbre de San Petersburgo, una cita que el mandatario ruso considera una buena oportunidad para debatir el conflicto sirio tanto con su homólogo norteamericano como con el resto de dirigentes del club. Putin y Obama no han hablado desde la matanza con supuestas armas quíumicas.

Entretanto, según informó ayer el diario Kommersant, Rusia ha retrasado los plazos de entrega de armas a Siria por los cada vez más acuciantes problemas financieros de Damasco, informa Efe. En particular, esta demora afecta al suministro de 12 cazas Mig-29M/M2, que debían ser entregados a Siria este año pero que no llegarán teóricamente al país árabe al menos hasta 2016, reveló al rotativo una fuente de Rosoboronexport, el monopolio estatal de exportaciones de armas. La corporación rusa Mig dejó de percibir dinero de Damasco después de recibir los tres primeros tramos del pago, cada uno del 10% del valor total del contrato. Una situación similar podría darse con el suministro de 36 aviones de instrucción Yak-130.

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