Los islamistas se hacen fuertes en el Sinaí
Al menos 24 agentes de policía mueren en un ataque islamista cerca de Gaza
La televisión estatal anuncia la detención del líder de la Hermandad
David Alandete
El Cairo, El País
Cuando los insurgentes islamistas respondieron a las cargas militares contra las protestas de los Hermanos Musulmanes lo hicieron, como era de esperar, en el Sinaí. En esa península en el este de Egipto, que se ha convertido en un territorio sin ley ni seguridad, los grupos radicales campan a sus anchas, atentando contra las fuerzas armadas y la policía, lanzando cohetes a Israel y secuestrando a los ciudadanos extranjeros que allí se aventuran. Este lunes de madrugada detuvieron con granadas a dos autobuses que transportaban a agentes. Luego amordazaron y ejecutaron a varios de los policías, según información del ministerio del Interior. En total murieron 24 personas, en lo que es el peor ataque en la zona en años.
“Este es el castigo a los opresores”, escribieron los islamistas en la pared de la comisaría cercana. A un soldado le habían abierto la yugular, según un recuento efectuado posteriormente por las fuerzas de seguridad.
La madrugada de este lunes, la televisión estatal egipcia anunció la detención de Mohamed Badie, líder de la Hermandad. Horas antes, el artífice del golpe de Estado del 3 de julio, general Abdel Fatá al Sisi, había dicho en un discurso que no tolerará más desafíos islamistas que lleven a “la destrucción del país”. Ha quedado claro que sus tropas han tomado el control de El Cairo y otros centros de población, pero a merced de las milicias radicales queda el Sinaí, donde una mezcla de pobreza y olvido del gobierno han creado el caldo de cultivo idóneo para una insurgencia armada que ahora ve el momento idóneo para pasar a la ofensiva.
En los pasados días los analistas de inteligencia han detectado un notable incremento de las llamadas de Al Qaeda a la acción en Egipto desde sus medios de comunicación habitual, los foros yihadistas de Internet. “La movilización de un frente yihadista en Egipto le sirve a la agenda reciente de Al Qaeda de explotar conflictos locales recientes para avanzar sus planes de iniciar una revolución liderada por los propios yihadistas en toda la región”, asegura en un reciente análisis el grupo de inteligencia SITE, con sede en Estados Unidos. Tras el golpe de Estado en Egipto, el nuevo líder de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, criticó a los Hermanos Musulmanes por haber intentado gobernar desde la democracia, sin imponer por la fuerza la sharia o ley islámica.
El pasado mes de agosto, durante la presidencia del depuesto Mohamed Morsi, el ejército lanzó una gran ofensiva para acabar con las milicias islamistas, muchas libremente afiliadas a Al Qaeda, que operan en el Sinaí. El general Al Sisi tomó su puesto como ministro de Defensa y comandante de las fuerzas armadas justo entonces, en una supuesta y fallida regeneración de la cúpula militar por parte del gobierno de los Hermanos Musulmanes. La operación en el Sinaí ha sido un fracaso, dados los constantes ataques de las milicias, que el jueves mataron ya a siete soldados en la localidad de Al Arish y este lunes volvieron a atacar con el atentado de las 24 víctimas, en Rafá, en la frontera con la franja de Gaza.
Las milicias islamistas están buscando crear el caos en la periferia del país, lejos de las áreas urbanas férreamente controladas por los generales y las fuerzas armadas. Ha habido, por ejemplo, numerosos ataques sectarios contra comunidades cristianas e iglesias coptas en Menia, al sur de El Cairo. Según varios testigos, muchas partes de esa provincia se asemejan a zonas de guerra, con barrios enteros acordonados por la policía, los tanques apostados en la calle y numerosos enfrentamientos de los uniformados con grupos armados islamistas que protestan contra el golpe de Estado y la campaña de represión militar de los pasados días, en los que han muerto ya más de 800 personas en todo el país.
Al oeste de la península del Sinaí discurre el canal de Suez, una arteria de navegación crucial para la economía de Egipto, por la que cada año transcurren 17.000 barcos y que mensualmente le reporta a las arcas públicas del país unos 320 millones de euros. En los pasados días ha habido ataques islamistas en varios puntos a lo largo de ese canal, en los que han muerto al menos siete agentes de policía. Una de las advertencias más claras de los generales es que no permitirán que se interrumpa el tránsito de navíos por esa vía bajo ninguna circunstancia. Este lunes, de hecho, el portaaviones norteamericano USS Truman cruzó el canal junto a una flotilla de dos buques y dos destructores lanzamisiles guiados, sin ningún incidente.
La televisión estatal anuncia la detención del líder de la Hermandad
David Alandete
El Cairo, El País
Cuando los insurgentes islamistas respondieron a las cargas militares contra las protestas de los Hermanos Musulmanes lo hicieron, como era de esperar, en el Sinaí. En esa península en el este de Egipto, que se ha convertido en un territorio sin ley ni seguridad, los grupos radicales campan a sus anchas, atentando contra las fuerzas armadas y la policía, lanzando cohetes a Israel y secuestrando a los ciudadanos extranjeros que allí se aventuran. Este lunes de madrugada detuvieron con granadas a dos autobuses que transportaban a agentes. Luego amordazaron y ejecutaron a varios de los policías, según información del ministerio del Interior. En total murieron 24 personas, en lo que es el peor ataque en la zona en años.
“Este es el castigo a los opresores”, escribieron los islamistas en la pared de la comisaría cercana. A un soldado le habían abierto la yugular, según un recuento efectuado posteriormente por las fuerzas de seguridad.
La madrugada de este lunes, la televisión estatal egipcia anunció la detención de Mohamed Badie, líder de la Hermandad. Horas antes, el artífice del golpe de Estado del 3 de julio, general Abdel Fatá al Sisi, había dicho en un discurso que no tolerará más desafíos islamistas que lleven a “la destrucción del país”. Ha quedado claro que sus tropas han tomado el control de El Cairo y otros centros de población, pero a merced de las milicias radicales queda el Sinaí, donde una mezcla de pobreza y olvido del gobierno han creado el caldo de cultivo idóneo para una insurgencia armada que ahora ve el momento idóneo para pasar a la ofensiva.
En los pasados días los analistas de inteligencia han detectado un notable incremento de las llamadas de Al Qaeda a la acción en Egipto desde sus medios de comunicación habitual, los foros yihadistas de Internet. “La movilización de un frente yihadista en Egipto le sirve a la agenda reciente de Al Qaeda de explotar conflictos locales recientes para avanzar sus planes de iniciar una revolución liderada por los propios yihadistas en toda la región”, asegura en un reciente análisis el grupo de inteligencia SITE, con sede en Estados Unidos. Tras el golpe de Estado en Egipto, el nuevo líder de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, criticó a los Hermanos Musulmanes por haber intentado gobernar desde la democracia, sin imponer por la fuerza la sharia o ley islámica.
El pasado mes de agosto, durante la presidencia del depuesto Mohamed Morsi, el ejército lanzó una gran ofensiva para acabar con las milicias islamistas, muchas libremente afiliadas a Al Qaeda, que operan en el Sinaí. El general Al Sisi tomó su puesto como ministro de Defensa y comandante de las fuerzas armadas justo entonces, en una supuesta y fallida regeneración de la cúpula militar por parte del gobierno de los Hermanos Musulmanes. La operación en el Sinaí ha sido un fracaso, dados los constantes ataques de las milicias, que el jueves mataron ya a siete soldados en la localidad de Al Arish y este lunes volvieron a atacar con el atentado de las 24 víctimas, en Rafá, en la frontera con la franja de Gaza.
Las milicias islamistas están buscando crear el caos en la periferia del país, lejos de las áreas urbanas férreamente controladas por los generales y las fuerzas armadas. Ha habido, por ejemplo, numerosos ataques sectarios contra comunidades cristianas e iglesias coptas en Menia, al sur de El Cairo. Según varios testigos, muchas partes de esa provincia se asemejan a zonas de guerra, con barrios enteros acordonados por la policía, los tanques apostados en la calle y numerosos enfrentamientos de los uniformados con grupos armados islamistas que protestan contra el golpe de Estado y la campaña de represión militar de los pasados días, en los que han muerto ya más de 800 personas en todo el país.
Al oeste de la península del Sinaí discurre el canal de Suez, una arteria de navegación crucial para la economía de Egipto, por la que cada año transcurren 17.000 barcos y que mensualmente le reporta a las arcas públicas del país unos 320 millones de euros. En los pasados días ha habido ataques islamistas en varios puntos a lo largo de ese canal, en los que han muerto al menos siete agentes de policía. Una de las advertencias más claras de los generales es que no permitirán que se interrumpa el tránsito de navíos por esa vía bajo ninguna circunstancia. Este lunes, de hecho, el portaaviones norteamericano USS Truman cruzó el canal junto a una flotilla de dos buques y dos destructores lanzamisiles guiados, sin ningún incidente.