EE UU redobla su ofensiva diplomática para mediar en el conflicto egipcio
Los senadores republicanos Graham y McCain llegan a El Cairo enviados por Obama
Los líderes de los Hermanos Musulmanes irán a juicio el 25 de agosto
David Alandete
Jerusalén, El País
Los senadores norteamericanos John McCain y Lindsey Graham acudieron este lunes a Egipto como enviados de la Casa Blanca para tratar de mediar en la crisis abierta por el golpe de Estado del 3 de julio, tras el cual han muerto más de 300 personas, sobre todo en cargas de las fuerzas del orden contra manifestantes islamistas partidarios del presidente depuesto, Mohamed Morsi. Su visita es parte de una campaña diplomática internacional, en la que también se ha inmiscuido la Unión Europea, que busca un proceso de reconciliación nacional que evite más muertes.
Un juzgado de El Cairo dijo el domingo que el 25 de agosto comenzará el juicio contra tres líderes de los Hermanos Musulmanes a los que procesará por incitar a la violencia durante un asalto a la sede de esa sociedad islámica en la noche del golpe. Entre los acusados se halla Mohamed Badie, líder supremo de la hermandad, que se halla en libertad y contra quien pende una orden de arresto, y su lugarteniente, Jairat el Shater, que está bajo arresto. Detenido también por el ejército se encuentra el expresidente Morsi, en un lugar secreto, sin que la fiscalía haya presentado cargos en su contra.
Según revelaron este lunes fuentes de la hermandad, varios enviados internacionales, entre ellos el subsecretario de Estado norteamericano William Burns y el enviado especial de la Unión Europea Bernardino León acudieron el domingo por la noche a la prisión de Tora a visitar a El Shater. Este rehusó recibirles exigiendo que se restaure a Morsi. Los islamistas volvieron este lunes a manifestarse en las calles de El Cairo pidiendo la restitución del presidente depuesto. El portavoz de la hermandad, Gehad el Haddad, dijo que mantendrán sus acampadas “hasta que se restaure la legitimidad constitucional y se de marcha atrás al golpe”.
Por su parte, el presidente interino de Egipto, Adli Mansur, dijo que su gobierno sigue buscando una solución dialogada a la crisis política del país. “No vamos a permitir que sigan las protestas, pero ofreceremos vías para que haya una solución pacífica”, dijo, según los medios egipcios. El nuevo ejecutivo egipcio, tutelado por los militares, ha advertido ya en repetidas ocasiones de que desmantelará las dos acampadas islamistas en la zona metropolitana de El Cairo, por considerar que atentan contra la seguridad y estabilidad de la nación.
La fiscalía egipcia ha acusado a Morsi de haber conspirado con organizaciones islamistas extranjeras, como el grupo palestino Hamas, para urdir su escape de prisión en 2011, en los últimos días de régimen de Hosni Mubarak. En sus declaraciones a la prensa, Mansur, el nuevo presidente, dijo que no sopesa ningún indulto a su predecesor en el cargo. “A quien haya cometido crímenes se le juzgará por las vías pertinentes y se dictará sentencia”, dijo. “No hay marcha atrás”.
La agencia Reuters avanzó este lunes, citando fuentes militares, que el nuevo gobierno egipcio sopesa ofrecer a los Hermanos Musulmanes la excarcelación de algunos de sus líderes, la anulación de la congelación de activos dictada tras el golpe y tres carteras ministeriales, para abrir vías al diálogo y poner fin a las protestas islamistas que se han repetido después del golpe.
Los líderes de los Hermanos Musulmanes irán a juicio el 25 de agosto
David Alandete
Jerusalén, El País
Los senadores norteamericanos John McCain y Lindsey Graham acudieron este lunes a Egipto como enviados de la Casa Blanca para tratar de mediar en la crisis abierta por el golpe de Estado del 3 de julio, tras el cual han muerto más de 300 personas, sobre todo en cargas de las fuerzas del orden contra manifestantes islamistas partidarios del presidente depuesto, Mohamed Morsi. Su visita es parte de una campaña diplomática internacional, en la que también se ha inmiscuido la Unión Europea, que busca un proceso de reconciliación nacional que evite más muertes.
Un juzgado de El Cairo dijo el domingo que el 25 de agosto comenzará el juicio contra tres líderes de los Hermanos Musulmanes a los que procesará por incitar a la violencia durante un asalto a la sede de esa sociedad islámica en la noche del golpe. Entre los acusados se halla Mohamed Badie, líder supremo de la hermandad, que se halla en libertad y contra quien pende una orden de arresto, y su lugarteniente, Jairat el Shater, que está bajo arresto. Detenido también por el ejército se encuentra el expresidente Morsi, en un lugar secreto, sin que la fiscalía haya presentado cargos en su contra.
Según revelaron este lunes fuentes de la hermandad, varios enviados internacionales, entre ellos el subsecretario de Estado norteamericano William Burns y el enviado especial de la Unión Europea Bernardino León acudieron el domingo por la noche a la prisión de Tora a visitar a El Shater. Este rehusó recibirles exigiendo que se restaure a Morsi. Los islamistas volvieron este lunes a manifestarse en las calles de El Cairo pidiendo la restitución del presidente depuesto. El portavoz de la hermandad, Gehad el Haddad, dijo que mantendrán sus acampadas “hasta que se restaure la legitimidad constitucional y se de marcha atrás al golpe”.
Por su parte, el presidente interino de Egipto, Adli Mansur, dijo que su gobierno sigue buscando una solución dialogada a la crisis política del país. “No vamos a permitir que sigan las protestas, pero ofreceremos vías para que haya una solución pacífica”, dijo, según los medios egipcios. El nuevo ejecutivo egipcio, tutelado por los militares, ha advertido ya en repetidas ocasiones de que desmantelará las dos acampadas islamistas en la zona metropolitana de El Cairo, por considerar que atentan contra la seguridad y estabilidad de la nación.
La fiscalía egipcia ha acusado a Morsi de haber conspirado con organizaciones islamistas extranjeras, como el grupo palestino Hamas, para urdir su escape de prisión en 2011, en los últimos días de régimen de Hosni Mubarak. En sus declaraciones a la prensa, Mansur, el nuevo presidente, dijo que no sopesa ningún indulto a su predecesor en el cargo. “A quien haya cometido crímenes se le juzgará por las vías pertinentes y se dictará sentencia”, dijo. “No hay marcha atrás”.
La agencia Reuters avanzó este lunes, citando fuentes militares, que el nuevo gobierno egipcio sopesa ofrecer a los Hermanos Musulmanes la excarcelación de algunos de sus líderes, la anulación de la congelación de activos dictada tras el golpe y tres carteras ministeriales, para abrir vías al diálogo y poner fin a las protestas islamistas que se han repetido después del golpe.