Duras condenas en Turquía a la mayoría de acusados del macrojuicio por golpismo
Ankara, EFE
Un tribunal de Estambul ha absuelto a 21 personas tras el juicio por el polémico 'caso Ergenekon', en el que están acusadas casi tres centenares de personas, incluido un antiguo jefe del ejército, ex diputados, profesores universitarios y periodistas de planes golpistas para derrocar al gobierno islamista moderado.
Las sentencias han sido leídas de forma individual. Cinco de los militares retirados de alto rango han sido condenados a cadena perpetua, así como el ex jefe del Estado Mayor, el general Ilker Basbug, quién ha sido acusado de por "conspirar para derrocar al Gobierno", una trama que ha sido definida como "terrorista" por el tribunal.
Otras 15 personas -hasta el momento- también han sido condenadas de por vida y otro centenar ha recibido sentencias de entre dos y 49 años de cárcel por participar en la red golpista.
El caso comenzó en junio de 2007, con un registro de la policía en la vivienda de un suburbio de Estambul, donde se encontraron 27 granadas de mano, y desde ese descubrimiento la supuesta trama golpista comenzó a crecer con las nuevas indagaciones.
En el "macrojuicio" más importante de los últimos lustros, que empezó en octubre de 2008, hay encausadas 278 personas, 66 de ellas en prisión preventiva y para los que la fiscalía pide cadena perpetua por golpismo, entre ellos numerosos militares retirados de alto rango y el general Ilker Basbug.
En las 2.500 páginas de acusación a los juzgados se les imputa planes golpistas para tratar de derrocar el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), liderado por Recep Tayyip Erdogan.
Basbug, quien trabajó junto a Erdogan durante su mandato al frente del ejército (2008-2010), es definido como el "líder de una organización terrorista".
Los fiscales acusan a la supuesta trama de planear asesinatos y atentados para causar disturbios y allanar así el camino para un golpe militar.
Protestas y manifestaciones
Por razones de seguridad, el veredicto sólo ha podido ser seguido allí por diputados, abogados, acusados y miembros de la prensa, lo que ha despertado protestas de los colegios de abogados y la oposición, ya que va en contra del principio de las audiencias judiciales públicas.
Durante el fin de semana pasado la policía detuvo a unas 20 personas en varios registros en Estambul contra partidos minoritarios y ONG que habían convocado movilizaciones contra la sentencia, aunque las fuerzas de seguridad han negado que su operación estuviera vinculada con la lectura del veredicto.
La oposición laica y algunos grupos de activistas proderechos consideran que el juicio está politizado y se está utilizando a la Justicia para purgar a las Fuerzas Armadas de quienes discrepan del Gobierno.
Las detenciones de generales retirados y altos oficiales en activo eran impensables hasta hace pocos años en Turquía, donde el ejército había disfrutado de un estatus intocable como uno de los bastiones del laicismo en el país.
El ejército se considera protector de la República, también contra sus "enemigos internos", y los generales han sacado a sus militares a la calle en tres golpes de Estado en poco más de 50 años: en 1960, 1971 y 1980.
En 1997, en lo que se denominó un "golpe posmoderno", un comunicado del ejército hizo caer pocos meses después al primer gobierno islamista en Turquía, el del primer ministro Necmetin Erbakan, mentor y entonces compañero de partido de Erdogan.
Un tribunal de Estambul ha absuelto a 21 personas tras el juicio por el polémico 'caso Ergenekon', en el que están acusadas casi tres centenares de personas, incluido un antiguo jefe del ejército, ex diputados, profesores universitarios y periodistas de planes golpistas para derrocar al gobierno islamista moderado.
Las sentencias han sido leídas de forma individual. Cinco de los militares retirados de alto rango han sido condenados a cadena perpetua, así como el ex jefe del Estado Mayor, el general Ilker Basbug, quién ha sido acusado de por "conspirar para derrocar al Gobierno", una trama que ha sido definida como "terrorista" por el tribunal.
Otras 15 personas -hasta el momento- también han sido condenadas de por vida y otro centenar ha recibido sentencias de entre dos y 49 años de cárcel por participar en la red golpista.
El caso comenzó en junio de 2007, con un registro de la policía en la vivienda de un suburbio de Estambul, donde se encontraron 27 granadas de mano, y desde ese descubrimiento la supuesta trama golpista comenzó a crecer con las nuevas indagaciones.
En el "macrojuicio" más importante de los últimos lustros, que empezó en octubre de 2008, hay encausadas 278 personas, 66 de ellas en prisión preventiva y para los que la fiscalía pide cadena perpetua por golpismo, entre ellos numerosos militares retirados de alto rango y el general Ilker Basbug.
En las 2.500 páginas de acusación a los juzgados se les imputa planes golpistas para tratar de derrocar el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), liderado por Recep Tayyip Erdogan.
Basbug, quien trabajó junto a Erdogan durante su mandato al frente del ejército (2008-2010), es definido como el "líder de una organización terrorista".
Los fiscales acusan a la supuesta trama de planear asesinatos y atentados para causar disturbios y allanar así el camino para un golpe militar.
Protestas y manifestaciones
Por razones de seguridad, el veredicto sólo ha podido ser seguido allí por diputados, abogados, acusados y miembros de la prensa, lo que ha despertado protestas de los colegios de abogados y la oposición, ya que va en contra del principio de las audiencias judiciales públicas.
Durante el fin de semana pasado la policía detuvo a unas 20 personas en varios registros en Estambul contra partidos minoritarios y ONG que habían convocado movilizaciones contra la sentencia, aunque las fuerzas de seguridad han negado que su operación estuviera vinculada con la lectura del veredicto.
La oposición laica y algunos grupos de activistas proderechos consideran que el juicio está politizado y se está utilizando a la Justicia para purgar a las Fuerzas Armadas de quienes discrepan del Gobierno.
Las detenciones de generales retirados y altos oficiales en activo eran impensables hasta hace pocos años en Turquía, donde el ejército había disfrutado de un estatus intocable como uno de los bastiones del laicismo en el país.
El ejército se considera protector de la República, también contra sus "enemigos internos", y los generales han sacado a sus militares a la calle en tres golpes de Estado en poco más de 50 años: en 1960, 1971 y 1980.
En 1997, en lo que se denominó un "golpe posmoderno", un comunicado del ejército hizo caer pocos meses después al primer gobierno islamista en Turquía, el del primer ministro Necmetin Erbakan, mentor y entonces compañero de partido de Erdogan.