Ban insta a Israel y a Palestina a no socavar el proceso de paz
El secretario general de la ONU valora “tremendamente” el compromiso de avenirse a negociar
Carmen Rengel
Jerusalén, El País
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se ha reunido este viernes por la mañana con el presidente de Israel, Simón Peres, y con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dentro de su ronda de contactos con líderes israelíes y palestinos para afianzar el reactivado proceso de paz, “en el que hay que hacer todos los esfuerzos por el bien de los dos pueblos”, ha defendido. Antes de seguir con su agenda y entrevistarse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Ban ha pedido a las dos partes que se “abstengan” de dar pasos que “socaven” las negociaciones. Sobre sus palabras se adivinaba la sombra de las colonias de Israel en suelo palestino, con el anuncio de más de 3.300 nuevas casas en la pasada semana, que casi hace estallar por los aires el diálogo. “El primer ministro sabe que la ocupación de tierra palestina no es una solución a largo plazo”, ha dicho a un metro de Netanyahu.
Dice estar “esperanzado” y valora “tremendamente” el compromiso de los líderes al avenirse a hablar para lograr un Israel “seguro” y la “prosperidad” de Cisjordania y Gaza. Ha recordado que la última vez que visitó Israel, en noviembre de 2012, la gente se protegía en los refugios de los cohetes que llegaban de la franja. “No se puede vivir con miedo”, ha dicho. A juicio de Ban, el actual es un momento de “crucial importancia” para la estabilidad de todo Oriente Próximo, que el fin de este conflicto puede ayudar a lograr.
Netanyahu ha comenzado su discurso exigiendo a Ban que revise en qué se emplean las ayudas de la UNRWA, la agencia de la ONU que se ocupa de los refugiados palestinos, pues tiene noticia de que los campamentos de verano que financia en Gaza se han usado “para inculcar el odio y las ideas de destrucción de Israel a los niños palestinos”. “Es muy difícil preparar así a las próximas generaciones para la paz”, ha advertido. Ha restado importancia a las colonias que puntean Cirsjordania, “un problema que tendrá que resolverse”.
“El verdadero problema es la persistente negativa a reconocer el Estado judío de Israel como frontera”, dice, tanto por parte de los palestinos como por el restante mundo árabe. El primer ministro ha insistido en que, para su seguridad, Palestina debe ser un país desmilitarizado al final del proceso negociador. También ha pedido al secretario general de la ONU que esté vigilante ante la amenaza del programa nuclear de Irán y la guerra civil imparable en Siria, temas clave en la política exterior de Israel.
“Ha llegado en el momento adecuado para apoyar una causa justa”, le ha agradecido Simón Peres al secretario general de la ONU. El presidente israelí reconoció que la tarea de los dos Gobiernos enfrentados no es sencilla, de ahí el valor de su empeño. “Ninguno de ellos puede dar a su gente todo lo que quiere, pero ambos saben lo que su gente necesita”, garantizó.
No ha querido dar detalles de cómo fue el primer encuentro que los dos equipos negociadores mantuvieron en la noche del miércoles en Jerusalén, del que sólo se sabe que repasó todos los grandes temas en litigio, en tono serio, durante cinco horas, y que se repetirá “en breve”. “Si no se han filtrado diferencias es que no ha sido tan malo”, ha dicho a los periodistas, a los que ha llamado a dejar de lado el pesimismo y sumarse a su “ilusión” por la paz.
En la tarde del jueves, el máximo responsable de la ONU compareció en Ramala con el presidente palestino, Mahmud Abbas, con quien previamente mantuvo un encuentro sobre políticas de cooperación. En la Mukata, Ban mostró un tono más contundente contra Israel y sus asentamientos. Dijo estar “profundamente preocupado” por su crecimiento, porque puede “impedir” la creación de un futuro Estado palestino. “La actividad de las colonias profundiza en la desconfianza del pueblo palestino en la seriedad del lado israelí hacia el logro de la paz”, dijo, usando palabras poco más edulcoradas que las empleadas por los portavoces de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Tuvo incluso un guiño cómplice, al hablar de “Estado de Palestina”, aunque no lo es de pleno derecho; sí alcanzó el grado de Estado observador por votación de la Asamblea General de la ONU el pasado noviembre.
En el encuentro de esta mañana, por otro lado, Simon Peres se ha defendido de la acusación hecha por el presidente libanés, Michel Suleiman, que ha asegurado que la “huella” de Israel está en el atentado que el jueves mató a una veintena de personas e hirió a más de cien en el sur de Beirut, en un feudo de la milicia chií Hezbolá. “El derramamiento de sangre debe detenerse. Israel no está involucrado. No voy a dar más detalles”, ha dicho Peres.
Carmen Rengel
Jerusalén, El País
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se ha reunido este viernes por la mañana con el presidente de Israel, Simón Peres, y con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dentro de su ronda de contactos con líderes israelíes y palestinos para afianzar el reactivado proceso de paz, “en el que hay que hacer todos los esfuerzos por el bien de los dos pueblos”, ha defendido. Antes de seguir con su agenda y entrevistarse con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Ban ha pedido a las dos partes que se “abstengan” de dar pasos que “socaven” las negociaciones. Sobre sus palabras se adivinaba la sombra de las colonias de Israel en suelo palestino, con el anuncio de más de 3.300 nuevas casas en la pasada semana, que casi hace estallar por los aires el diálogo. “El primer ministro sabe que la ocupación de tierra palestina no es una solución a largo plazo”, ha dicho a un metro de Netanyahu.
Dice estar “esperanzado” y valora “tremendamente” el compromiso de los líderes al avenirse a hablar para lograr un Israel “seguro” y la “prosperidad” de Cisjordania y Gaza. Ha recordado que la última vez que visitó Israel, en noviembre de 2012, la gente se protegía en los refugios de los cohetes que llegaban de la franja. “No se puede vivir con miedo”, ha dicho. A juicio de Ban, el actual es un momento de “crucial importancia” para la estabilidad de todo Oriente Próximo, que el fin de este conflicto puede ayudar a lograr.
Netanyahu ha comenzado su discurso exigiendo a Ban que revise en qué se emplean las ayudas de la UNRWA, la agencia de la ONU que se ocupa de los refugiados palestinos, pues tiene noticia de que los campamentos de verano que financia en Gaza se han usado “para inculcar el odio y las ideas de destrucción de Israel a los niños palestinos”. “Es muy difícil preparar así a las próximas generaciones para la paz”, ha advertido. Ha restado importancia a las colonias que puntean Cirsjordania, “un problema que tendrá que resolverse”.
“El verdadero problema es la persistente negativa a reconocer el Estado judío de Israel como frontera”, dice, tanto por parte de los palestinos como por el restante mundo árabe. El primer ministro ha insistido en que, para su seguridad, Palestina debe ser un país desmilitarizado al final del proceso negociador. También ha pedido al secretario general de la ONU que esté vigilante ante la amenaza del programa nuclear de Irán y la guerra civil imparable en Siria, temas clave en la política exterior de Israel.
“Ha llegado en el momento adecuado para apoyar una causa justa”, le ha agradecido Simón Peres al secretario general de la ONU. El presidente israelí reconoció que la tarea de los dos Gobiernos enfrentados no es sencilla, de ahí el valor de su empeño. “Ninguno de ellos puede dar a su gente todo lo que quiere, pero ambos saben lo que su gente necesita”, garantizó.
No ha querido dar detalles de cómo fue el primer encuentro que los dos equipos negociadores mantuvieron en la noche del miércoles en Jerusalén, del que sólo se sabe que repasó todos los grandes temas en litigio, en tono serio, durante cinco horas, y que se repetirá “en breve”. “Si no se han filtrado diferencias es que no ha sido tan malo”, ha dicho a los periodistas, a los que ha llamado a dejar de lado el pesimismo y sumarse a su “ilusión” por la paz.
En la tarde del jueves, el máximo responsable de la ONU compareció en Ramala con el presidente palestino, Mahmud Abbas, con quien previamente mantuvo un encuentro sobre políticas de cooperación. En la Mukata, Ban mostró un tono más contundente contra Israel y sus asentamientos. Dijo estar “profundamente preocupado” por su crecimiento, porque puede “impedir” la creación de un futuro Estado palestino. “La actividad de las colonias profundiza en la desconfianza del pueblo palestino en la seriedad del lado israelí hacia el logro de la paz”, dijo, usando palabras poco más edulcoradas que las empleadas por los portavoces de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Tuvo incluso un guiño cómplice, al hablar de “Estado de Palestina”, aunque no lo es de pleno derecho; sí alcanzó el grado de Estado observador por votación de la Asamblea General de la ONU el pasado noviembre.
En el encuentro de esta mañana, por otro lado, Simon Peres se ha defendido de la acusación hecha por el presidente libanés, Michel Suleiman, que ha asegurado que la “huella” de Israel está en el atentado que el jueves mató a una veintena de personas e hirió a más de cien en el sur de Beirut, en un feudo de la milicia chií Hezbolá. “El derramamiento de sangre debe detenerse. Israel no está involucrado. No voy a dar más detalles”, ha dicho Peres.