Alemania descuidó "vergonzosamente" sus obligaciones en los asesinatos racistas de la NSU
Berlin, EP
Las fuerzas de seguridad alemanas descuidaron "vergonzosamente" la amenaza de la extrema derecha y sus torpes investigaciones y prejuicios permitieron a una célula neonazi acusada de nueve asesinatos racistas pasar desapercibida durante más de una década, según ha concluido un comisión de investigación parlamentaria.
El informe se ha publicado después de 19 meses de investigaciones sobre Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), acusada de asesinatos racistas y que obligó a las autoridades alemanas a reconocer que la extrema derecha era más brutal y estaba mejor organizada de lo que se pensaba.
El líder del comité, el socialdemócrata Sebastian Edathy, ha asegurado que la mentalidad ante los hechos parecía ser: "turcos asesinan turcos". "Cambiar esto llevará más tiempo que cambiar la mentalidad", ha asegurado, aunque ha incidido en que no cree que se trate de un caso de racismo institucional si no que "hay racistas trabajando entre las autoridades de seguridad".
Sin embargo, los legisladores no han encontrado pruebas de que nadie dentro de las fuerzas de seguridad protegiese deliberadamente a la NSU o les ayudase a evitar su detención pese a las acusaciones de que los oficiales estaban a menudo más interesados en proteger a los informantes que en perseguir a los culpables.
La investigación ha revelado múltiples errores a todos los niveles, desde la Policía estatal a la nacional a los fiscales y las agencias de inteligencia, además de un fallo sistemático al considerar simples asesinatos racistas las muertes de ocho turcos y un griego entre 2000 y 2007, posteriormente atribuidas a NSU.
La comisión ha instado a los cuerpos estatales a trabajar juntos y ha asegurado que se debería considerar un posible motivo racista en los crímenes. También ha recomendado que las fuerzas de seguridad contraten a más gente de minorías étnicas para reflejar una sociedad multicultural.
Casi nadie en Alemania pensaba que el responsable de esas muertes podía ser un grupo de ultraderecha. Los responsables de la investigación analizaron la posible relación de las víctimas con mafias y con actividades de narcotráfico e incluso investigaron a sus familiares.
El país entero se sorprendió cuando se supo que esos asesinatos los había cometido un grupo extremista llamado Resistencia Nacionalsocialista y del que hasta ese momento nadie se había dado cuenta. La existencia del grupo se conoció por casualidad después de que dos de sus miembros se suicidaran tras llevar a cabo un atraco frustrado en un banco y de que una cómplice incendiara un piso utilizado por el grupo.
La Policía encontró pistolas, parafernalia neonazi y un vídeo grotesco en el que se veían los cadáveres de las víctimas, así como montajes de dibujos de la Pantera Rosa señalando los lugares donde se cometieron los crímenes. "Gira por Alemania - Nueve turcos muertos a tiros", se leía en una pancarta en los dibujos.
Las fuerzas de seguridad alemanas descuidaron "vergonzosamente" la amenaza de la extrema derecha y sus torpes investigaciones y prejuicios permitieron a una célula neonazi acusada de nueve asesinatos racistas pasar desapercibida durante más de una década, según ha concluido un comisión de investigación parlamentaria.
El informe se ha publicado después de 19 meses de investigaciones sobre Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), acusada de asesinatos racistas y que obligó a las autoridades alemanas a reconocer que la extrema derecha era más brutal y estaba mejor organizada de lo que se pensaba.
El líder del comité, el socialdemócrata Sebastian Edathy, ha asegurado que la mentalidad ante los hechos parecía ser: "turcos asesinan turcos". "Cambiar esto llevará más tiempo que cambiar la mentalidad", ha asegurado, aunque ha incidido en que no cree que se trate de un caso de racismo institucional si no que "hay racistas trabajando entre las autoridades de seguridad".
Sin embargo, los legisladores no han encontrado pruebas de que nadie dentro de las fuerzas de seguridad protegiese deliberadamente a la NSU o les ayudase a evitar su detención pese a las acusaciones de que los oficiales estaban a menudo más interesados en proteger a los informantes que en perseguir a los culpables.
La investigación ha revelado múltiples errores a todos los niveles, desde la Policía estatal a la nacional a los fiscales y las agencias de inteligencia, además de un fallo sistemático al considerar simples asesinatos racistas las muertes de ocho turcos y un griego entre 2000 y 2007, posteriormente atribuidas a NSU.
La comisión ha instado a los cuerpos estatales a trabajar juntos y ha asegurado que se debería considerar un posible motivo racista en los crímenes. También ha recomendado que las fuerzas de seguridad contraten a más gente de minorías étnicas para reflejar una sociedad multicultural.
Casi nadie en Alemania pensaba que el responsable de esas muertes podía ser un grupo de ultraderecha. Los responsables de la investigación analizaron la posible relación de las víctimas con mafias y con actividades de narcotráfico e incluso investigaron a sus familiares.
El país entero se sorprendió cuando se supo que esos asesinatos los había cometido un grupo extremista llamado Resistencia Nacionalsocialista y del que hasta ese momento nadie se había dado cuenta. La existencia del grupo se conoció por casualidad después de que dos de sus miembros se suicidaran tras llevar a cabo un atraco frustrado en un banco y de que una cómplice incendiara un piso utilizado por el grupo.
La Policía encontró pistolas, parafernalia neonazi y un vídeo grotesco en el que se veían los cadáveres de las víctimas, así como montajes de dibujos de la Pantera Rosa señalando los lugares donde se cometieron los crímenes. "Gira por Alemania - Nueve turcos muertos a tiros", se leía en una pancarta en los dibujos.