Los Hermanos Musulmanes recuperan la calle en Egipto
Al menos dos muertos en choques entre partidarios y detractores de Morsi en Mansura
Los islamistas lograron sacar a las calles a miles de personas
Ricard González
El Cairo, El País
El día 10 del mes de Ramadán es una efeméride importante en Egipto: se conmemora su supuesta victoria contra Israel en el año 1973. Por esta razón, tanto los partidarios como los opositores a Mohamed Morsi, el rais islamista depuesto hace un par de semanas en un golpe de Estado, habían hecho una llamada a una jornada de movilizaciones masivas este viernes. Esta vez, el pulso en las calles se decantó claramente a favor de los seguidores del expresidente, que sacaron a miles de personas a las calles.
Aunque la mayor parte de las concentraciones transcurrieron de forma pacífica, al menos dos personas —una mujer y un chico de 13 años— han fallecido la madrugada de este sábado durante los enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morsi registrados en la ciudad de Mansura, situada en el delta del Nilo, según informó la agencia estatal de noticias, Mena. Desde la caída del presidente Morsi, el pasado 3 de julio, se calcula que ha muerto un centenar de personas en enfrentamientos callejeros. Una zona especialmente conflictiva es la península del Sinaí, convertida en los últimos dos años en un santuario para los grupos yihadistas, que han intensificado recientemente sus ataques contras las fuerzas de seguridad.
Los líderes de los Hermanos Musulmanes, la mayoría detenidos o bajo orden de arresto, han lanzado una ola de movilizaciones con la finalidad de presionar a la cúpula militar para que restituya en la presidencia a Morsi, que se encuentra retenido en paradero desconocido. A pesar de que la mayoría de analistas coinciden en la improbabilidad del retorno de Morsi, los militantes islamistas mantienen la moral alta. “Somos optimistas. En los últimos días, nuestras manifestaciones han crecido. Ahora, hay más gente que duerme aquí que la semana pasada. La voluntad del pueblo está clara”, comenta Alaa, un trabajador de una compañía aérea que hace más de 20 días que duerme en una tienda frente a la Universidad de El Cairo.
Sin embargo, su mayor presencia en las calles no significa que cuenten con el apoyo de la mayoría. Según los activistas laicos, su menor movilización durante los últimos días se debe a que ya se ha conseguido el objetivo que perseguían: desembarazarse de Morsi. Su objetivo es no ceder el control de las calles a la Hermandad para que no haya una vuelta atrás.
“El 30 de junio ya quedó suficientemente claro que la mayoría del pueblo estaba contra Morsi. Fueron las manifestaciones más multitudinarias de la historia. Más incluso que durante la revolución contra Mubarak. No fue un golpe, sino una revolución”, sostiene Bihoy Tamrin, responsable político de la asociación revolucionaria Jóvenes de Mapero.
A falta de encuestas que sondeen la opinión de la ciudadanía sobre el golpe de Estado, no está claro qué opina la mayoría. Antes de la asonada, las encuestas apuntaban a una caída en picado de la popularidad del presidente en los últimos meses. Las manifestaciones lideradas por el movimiento Tamarod fueron muy multitudinarias, y es muy mprobable que expresaran un sentir mayoritario.
No obstante, un segmento de la población desaprobaba la actuación del rais, pero a la vez, no está a favor de la forma en la que ha sido depuesto. Y sobre todo, desconfía del retorno del Ejército al centro de la vida política. “Morsi cometió muchos errores, pero la forma con la que ha sido depuesto no es la correcta”, sostiene Islam, un joven que apoyó en las presidenciales a Hamdin Sabahi, el candidato más popular de la izquierda egipcia. “Está claro que esto ha sido un golpe. El poder lo tienen ahora los militares. El presidente [Adli] Mansur es solo un títere”, añade este estudiante de medicina, que se ha acercado a una protesta pro-Morsi.
En el plano político, las opciones de una salida negociada a la crisis parecen estancadas, pues ambas partes se mantienen firmes en sus posiciones. Un día después de que se supiera que los Hermanos Musulmanes han propuesto la mediación de la UE, el diario oficialista Al Ahram aseguraba que el Ejército y el movimiento islamista habrían llegado a un acuerdo para no escalar su conflicto. Sin embargo, un portavoz islamista negó a EL PAIS la existencia de tal acuerdo.
Los islamistas lograron sacar a las calles a miles de personas
Ricard González
El Cairo, El País
El día 10 del mes de Ramadán es una efeméride importante en Egipto: se conmemora su supuesta victoria contra Israel en el año 1973. Por esta razón, tanto los partidarios como los opositores a Mohamed Morsi, el rais islamista depuesto hace un par de semanas en un golpe de Estado, habían hecho una llamada a una jornada de movilizaciones masivas este viernes. Esta vez, el pulso en las calles se decantó claramente a favor de los seguidores del expresidente, que sacaron a miles de personas a las calles.
Aunque la mayor parte de las concentraciones transcurrieron de forma pacífica, al menos dos personas —una mujer y un chico de 13 años— han fallecido la madrugada de este sábado durante los enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morsi registrados en la ciudad de Mansura, situada en el delta del Nilo, según informó la agencia estatal de noticias, Mena. Desde la caída del presidente Morsi, el pasado 3 de julio, se calcula que ha muerto un centenar de personas en enfrentamientos callejeros. Una zona especialmente conflictiva es la península del Sinaí, convertida en los últimos dos años en un santuario para los grupos yihadistas, que han intensificado recientemente sus ataques contras las fuerzas de seguridad.
Los líderes de los Hermanos Musulmanes, la mayoría detenidos o bajo orden de arresto, han lanzado una ola de movilizaciones con la finalidad de presionar a la cúpula militar para que restituya en la presidencia a Morsi, que se encuentra retenido en paradero desconocido. A pesar de que la mayoría de analistas coinciden en la improbabilidad del retorno de Morsi, los militantes islamistas mantienen la moral alta. “Somos optimistas. En los últimos días, nuestras manifestaciones han crecido. Ahora, hay más gente que duerme aquí que la semana pasada. La voluntad del pueblo está clara”, comenta Alaa, un trabajador de una compañía aérea que hace más de 20 días que duerme en una tienda frente a la Universidad de El Cairo.
Sin embargo, su mayor presencia en las calles no significa que cuenten con el apoyo de la mayoría. Según los activistas laicos, su menor movilización durante los últimos días se debe a que ya se ha conseguido el objetivo que perseguían: desembarazarse de Morsi. Su objetivo es no ceder el control de las calles a la Hermandad para que no haya una vuelta atrás.
“El 30 de junio ya quedó suficientemente claro que la mayoría del pueblo estaba contra Morsi. Fueron las manifestaciones más multitudinarias de la historia. Más incluso que durante la revolución contra Mubarak. No fue un golpe, sino una revolución”, sostiene Bihoy Tamrin, responsable político de la asociación revolucionaria Jóvenes de Mapero.
A falta de encuestas que sondeen la opinión de la ciudadanía sobre el golpe de Estado, no está claro qué opina la mayoría. Antes de la asonada, las encuestas apuntaban a una caída en picado de la popularidad del presidente en los últimos meses. Las manifestaciones lideradas por el movimiento Tamarod fueron muy multitudinarias, y es muy mprobable que expresaran un sentir mayoritario.
No obstante, un segmento de la población desaprobaba la actuación del rais, pero a la vez, no está a favor de la forma en la que ha sido depuesto. Y sobre todo, desconfía del retorno del Ejército al centro de la vida política. “Morsi cometió muchos errores, pero la forma con la que ha sido depuesto no es la correcta”, sostiene Islam, un joven que apoyó en las presidenciales a Hamdin Sabahi, el candidato más popular de la izquierda egipcia. “Está claro que esto ha sido un golpe. El poder lo tienen ahora los militares. El presidente [Adli] Mansur es solo un títere”, añade este estudiante de medicina, que se ha acercado a una protesta pro-Morsi.
En el plano político, las opciones de una salida negociada a la crisis parecen estancadas, pues ambas partes se mantienen firmes en sus posiciones. Un día después de que se supiera que los Hermanos Musulmanes han propuesto la mediación de la UE, el diario oficialista Al Ahram aseguraba que el Ejército y el movimiento islamista habrían llegado a un acuerdo para no escalar su conflicto. Sin embargo, un portavoz islamista negó a EL PAIS la existencia de tal acuerdo.