La jueza que tiene en sus manos el futuro de Bradley Manning

Thomas Sparrow
BBC Mundo, Washington

Una mujer de 53 años tiene en sus manos el destino del responsable de la mayor filtración de secretos del gobierno en la historia estadounidense. Nada más y nada menos.
Se trata de la jueza Denise Lind, una coronel del ejército que ha cobrado más y más notoriedad desde que Bradley Manning, el acusado de las revelaciones confidenciales a WikiLeaks, anunció que prefería que su futuro lo decidiera una sola persona y no un panel.
Ese futuro, después de un proceso que ha dado varios tumbos desde la captura de Manning en mayo de 2010, está por definirse: la semana pasada concluyeron los alegatos y este martes se espera el veredicto de Lind.
¿Quién es esta jueza que creció al norte de Nueva York, mantiene un bajo perfil y llegó a tener semejante poder?

La palabra clave: intención

Bradley Manning
En los últimos días, el debate en la corte en Fort Meade ha girado en torno a las intenciones que tuvo Bradley Manning al filtrar la información a WikiLeaks.
Esto es clave para determinar, a final de cuentas, cuánto tiempo pasará en prisión.
Su equipo de defensa dijo que él simplemente es un informante preocupado por su país, por lo que entregó los documentos.
Esto va en línea con una declaración anterior de Manning, en la que aseguró que quería fomentar un debate público sobre el ejército y la política exterior.
Los abogados acusadores, por el contrario, están intentando definir a Manning como un traidor que buscaba la fama. Han rechazado la idea de que estaba confundido y era una persona ingenua.
Y quieren establecer que Manning sabía que cualquier filtración podría terminar en manos de los enemigos de Estados Unidos.
Este es el punto más controversial del proceso y el que puede definir el futuro de Manning: determinar si tuvo la intención de "ayudar al enemigo".

"Realmente intensa, muy meticulosa"

Una persona que conoce bien a Lind es Lisa Schenck, decana asociada de asuntos académicos en la facultad de derecho de la universidad George Washington (GWU), en la capital estadounidense.
Schenck y Lind se conocieron en 1999 cuando ambas trabajaban en la rama legal de la justicia militar y se encontraron años más tarde en el ámbito académico, pues Lind también es profesora en GWU.
Schenck revisó algunos de los casos de Lind cuando estaba en la corte de apelaciones, leyó su tesis antes de que fuera publicada y ahora, ocasionalmente, la invita como ponente a alguna de sus clases.
Con base en ese conocimiento, Schenck no duda en afirmar en diálogo con BBC Mundo que su colega es "realmente intensa, muy meticulosa y muy inteligente".
"Definitivamente no puedo pensar en ningún otro juez que esté mejor calificado para estar en este caso que Denise Lind", argumenta.
Esa preparación incluye estudios de derecho en varias universidades del país y cuatro años de experiencia como jueza militar en Europa, Irak, Kuwait y Afganistán, según consta en su perfil universitario en GWU.
Antes de asumir el caso contra Manning, su papel más visible había sido en el proceso contra el coronel Terrence Lakin, quien se negó a viajar a Afganistán porque creía que el presidente Barack Obama no había nacido en Estados Unidos y por tanto era un comandante en jefe ilegítimo.
Lind, entre otras decisiones, negó una petición para que Obama testificara y para que su partida de bautizo entrara a formar parte de las evidencias.
perfil de Denise Lind

Así se ve el perfil de Denise Lind en la universidad George Washington.




"Favorece" a la parte acusadora

Pero así como algunos describen las bondades de Lind, otros se han convertido en opositores muy visibles.
En términos generales, le critican sus decisiones al frente del caso y las dificultades para acceder a los detalles del mismo.
En particular, sus opositores le cuestionan una decisión muy reciente: hace apenas unos días, Lind se negó a desestimar la principal acusación contra Manning, la de "ayudar al enemigo".
Ese hecho le valió a Lind una crítica fuerte de la organización Amnistía Internacional, que dijo que era una "parodia de justicia".
Manning ya admitió haber filtrado una gran cantidad de material secreto y enfrenta una posible sentencia de 20 años. Pero si es hallado culpable del cargo de "ayudar al enemigo", podría pasar el resto de su vida privado de libertad.
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Michael Ratner, presidente emérito del Centro para los Derechos Constitucionales, que representa a WikiLeaks y a su fundador, Julian Assange, es uno de los críticos más importantes de Lind.
Su organización incluso la demandó para obtener información del proceso, que en opinión de algunos ha estado rodeado de un manto de secretismo.
Ratner argumenta, en conversación con BBC Mundo, que este "no es un juicio de verdad" y pone en duda que haya sido justo, aunque admite que Lind ha escuchado a ambas partes.
El abogado agrega que "en general, todo lo que (Lind) ha hecho y dicho sobre lo que constituye un crimen o si se necesita una intención de ayudar al enemigo ha favorecido a la parte acusadora".
Al otro lado del espectro, sin embargo, está su colega Schenck, que dice que Lind ha sido "justa" e "imparcial".
Como todo lo que rodea el polémico y enrevesado juicio de Manning, es difícil determinar si alguien tiene la razón. Pero una cosa es cierta: en las próximas horas y con la atención mediática en sus hombros, la coronel Denise Lind tomará una decisión que muchos llevan esperando por más de tres años.

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