El Gobierno interino de Egipto trata de afianzarse con medidas de urgencia
Hazem el Beblawi, exministro de Finanzas, elegido primer ministro
El presidente, Adli Mansur, aprueba un polémico decreto que le da poderes casi absolutos
David Alandete
El Cairo, El País
El Ejecutivo interino tutelado por los militares que gobierna Egipto desde el golpe de estado del miércoles pasado se apresuró este martes a avanzar en sus reformas institucionales, dando los primeros pasos para crear un ejecutivo y marcando plazos para un referéndum constitucional y elecciones legislativas y presidenciales. Los generales buscan una rápida transición a lo que presentan como un nuevo sistema democrático, después de haber derrocado al primer gobierno elegido democráticamente en la historia del país. Su predicamento, sin embargo, se halla amenazado por la operación militar y policial del lunes, en la que murieron 51 partidarios de Mohamed Morsi, y por un decreto aprobado por el nuevo presidente interino del país en el que se dota, provisionalmente, de poderes casi absolutos.
El nuevo presidente, el juez Adli Mansur, eligió este martes como primer ministro al economista Hazem el Beblawi, exministro de Finanzas, y opositor del régimen de Hosni Mubarak y la presidencia de Morsi. No fue la primera opción de Mansur. Previamente este tanteó al premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei y al también economista Ziad Baha el Din. A ambos los vetó el partido salafista Nur, segunda fuerza islámica del país, que en un principio apoyó el golpe de estado militar. Ese partido, que obtuvo el 25% de los votos en las elecciones legislativas pasadas, se ha convertido en un verdadero hacedor de reyes, dada la voluntad de los militares de integrar en la amalgama opositora que ahora controla el gobierno del país a una fuera islamista. El Baradei fue elegido, finalmente, vicepresidente a cargo de relaciones internacionales. El nuevo primer ministro ofrecerá puestos en su Gobierno al Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, según dijo anoche la presidencia.
Previamente, Mansur emitió un decreto en el que, por un lado, se atribuyó la capacidad de aprobar leyes por la vía ejecutiva, de dictar política presupuestaria y de declarar el estado de emergencia. Por otro lado, marcó plazos para convocar un referéndum sobre enmiendas a la constitución y elecciones legislativas, algo que debería ocurrir en los próximos seis meses. Posteriormente se celebrarán comicios presidenciales. Morsi, depuesto el miércoles, se enfrentó el año pasado a una campaña nacional de oposición por intentar aprobar un decreto con el que se blindaba frente a una posible revocación del poder judicial. El nuevo decreto de Mansur fue ampliamente criticado tanto por partidarios como por detractores del golpe.
La principal fuerza opositora que apoyó el golpe contra Morsi, el Frente de Salvación Nacional, rechazó el decreto constitucional y se lamentó de que no se les consultara para su redacción. Horas antes, el movimiento juvenil Tamarod (en árabe, "Rebélate"), que convocó las marchas multitudinarias que forzaron la deposición militar de Morsi, había criticado el texto por “dictatorial”, según un comunicado. Otras fuerzas, como el Partido Libre Egipcio, lo tacharon de “muy decepcionante”. Muchas fueron las dudas planteadas este martes en el frente opositor a Morsi y los Hermanos Musulmanes sobre las verdaderas intenciones de los generales, que han insistido en que su única intención es devolver cuanto antes al país a la normalidad democrática, previo paso de la ciudadanía por las urnas.
Más complicada para los militares es la justificación de la muerte de 51 partidarios de Morsi durante la concentración del lunes frente a las puertas del cuartel de la Guardia Republicana, donde sigue encerrado el presidente depuesto. Era hora de rezo, y muchos concentrados miraban a La Meca, dándole la espalda a la policía y las fuerzas armadas cuando cargaron. El ejército mantiene que fue atacado por “terroristas” que querían excarcelar a Morsi. Este martes, 60 investigadores judiciales comenzaron a interrogar a 650 detenidos tras el incidente, en el que además resultaron heridas 435 personas. El Ejército asegura que murió un soldado y otros 40 fueron heridos de consideración.
Las fuerzas armadas emitieron este martes un comunicado de apoyo al decreto de Mansur y de advertencia contra los partidarios de Morsi. “El ejército es capaz de cumplir con sus responsabilidades y está al tanto de los peligros que entraña el periodo que ahora comienza”, dijo un portavoz, que leyó un comunicado en televisión. Añadió que el nuevo decreto, con los plazos marcados, “le da razones a todos para sentirse seguros”. “No hay parte que, tras esto, deba actuar en contra de la voluntad de la nación o pueda tratar de ir en contra de ella, sin importar las excusas”, dijo ese portavoz.
Los Hermanos Musulmanes, que han ganado en todas las elecciones convocadas hasta ahora en el breve periodo de democracia del país, han anunciado que no se van a integrar en ese proceso político y han tachado el decreto de Mansur de culminación del golpe militar. “Medidas como ese decreto sólo pueden mostrar a aquellos que en principio apoyaron el golpe cuáles son las verdaderas intenciones de los jefes militares y los oficiales del régimen de Mubarak que ahora vuelven a controlar el país”, dijo este martes Hamza Zawbaa, portavoz del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la hermandad. “La carnicería del otro día, en la que murieron 51 personas, debería también abrirle los ojos a mucha gente sobre qué es lo que está ocurriendo en Egipto”.
Si el gobierno interino y los generales buscaban calmar los ánimos de la comunicad internacional y de sus aliados occidentales con el nuevo decreto, al menos lograron que la Casa Blanca se manifestara “cautelosamente animada” por él, según dijo el portavoz Jay Carney. Estados Unidos destina cada año 1.300 millones de dólares en ayuda militar a Egipto. Este martes, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos anunciaron un paquete de ayudas y préstamos a este país por valor de más de 6.000 millones de euros.
El presidente, Adli Mansur, aprueba un polémico decreto que le da poderes casi absolutos
David Alandete
El Cairo, El País
El Ejecutivo interino tutelado por los militares que gobierna Egipto desde el golpe de estado del miércoles pasado se apresuró este martes a avanzar en sus reformas institucionales, dando los primeros pasos para crear un ejecutivo y marcando plazos para un referéndum constitucional y elecciones legislativas y presidenciales. Los generales buscan una rápida transición a lo que presentan como un nuevo sistema democrático, después de haber derrocado al primer gobierno elegido democráticamente en la historia del país. Su predicamento, sin embargo, se halla amenazado por la operación militar y policial del lunes, en la que murieron 51 partidarios de Mohamed Morsi, y por un decreto aprobado por el nuevo presidente interino del país en el que se dota, provisionalmente, de poderes casi absolutos.
El nuevo presidente, el juez Adli Mansur, eligió este martes como primer ministro al economista Hazem el Beblawi, exministro de Finanzas, y opositor del régimen de Hosni Mubarak y la presidencia de Morsi. No fue la primera opción de Mansur. Previamente este tanteó al premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei y al también economista Ziad Baha el Din. A ambos los vetó el partido salafista Nur, segunda fuerza islámica del país, que en un principio apoyó el golpe de estado militar. Ese partido, que obtuvo el 25% de los votos en las elecciones legislativas pasadas, se ha convertido en un verdadero hacedor de reyes, dada la voluntad de los militares de integrar en la amalgama opositora que ahora controla el gobierno del país a una fuera islamista. El Baradei fue elegido, finalmente, vicepresidente a cargo de relaciones internacionales. El nuevo primer ministro ofrecerá puestos en su Gobierno al Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, según dijo anoche la presidencia.
Previamente, Mansur emitió un decreto en el que, por un lado, se atribuyó la capacidad de aprobar leyes por la vía ejecutiva, de dictar política presupuestaria y de declarar el estado de emergencia. Por otro lado, marcó plazos para convocar un referéndum sobre enmiendas a la constitución y elecciones legislativas, algo que debería ocurrir en los próximos seis meses. Posteriormente se celebrarán comicios presidenciales. Morsi, depuesto el miércoles, se enfrentó el año pasado a una campaña nacional de oposición por intentar aprobar un decreto con el que se blindaba frente a una posible revocación del poder judicial. El nuevo decreto de Mansur fue ampliamente criticado tanto por partidarios como por detractores del golpe.
La principal fuerza opositora que apoyó el golpe contra Morsi, el Frente de Salvación Nacional, rechazó el decreto constitucional y se lamentó de que no se les consultara para su redacción. Horas antes, el movimiento juvenil Tamarod (en árabe, "Rebélate"), que convocó las marchas multitudinarias que forzaron la deposición militar de Morsi, había criticado el texto por “dictatorial”, según un comunicado. Otras fuerzas, como el Partido Libre Egipcio, lo tacharon de “muy decepcionante”. Muchas fueron las dudas planteadas este martes en el frente opositor a Morsi y los Hermanos Musulmanes sobre las verdaderas intenciones de los generales, que han insistido en que su única intención es devolver cuanto antes al país a la normalidad democrática, previo paso de la ciudadanía por las urnas.
Más complicada para los militares es la justificación de la muerte de 51 partidarios de Morsi durante la concentración del lunes frente a las puertas del cuartel de la Guardia Republicana, donde sigue encerrado el presidente depuesto. Era hora de rezo, y muchos concentrados miraban a La Meca, dándole la espalda a la policía y las fuerzas armadas cuando cargaron. El ejército mantiene que fue atacado por “terroristas” que querían excarcelar a Morsi. Este martes, 60 investigadores judiciales comenzaron a interrogar a 650 detenidos tras el incidente, en el que además resultaron heridas 435 personas. El Ejército asegura que murió un soldado y otros 40 fueron heridos de consideración.
Las fuerzas armadas emitieron este martes un comunicado de apoyo al decreto de Mansur y de advertencia contra los partidarios de Morsi. “El ejército es capaz de cumplir con sus responsabilidades y está al tanto de los peligros que entraña el periodo que ahora comienza”, dijo un portavoz, que leyó un comunicado en televisión. Añadió que el nuevo decreto, con los plazos marcados, “le da razones a todos para sentirse seguros”. “No hay parte que, tras esto, deba actuar en contra de la voluntad de la nación o pueda tratar de ir en contra de ella, sin importar las excusas”, dijo ese portavoz.
Los Hermanos Musulmanes, que han ganado en todas las elecciones convocadas hasta ahora en el breve periodo de democracia del país, han anunciado que no se van a integrar en ese proceso político y han tachado el decreto de Mansur de culminación del golpe militar. “Medidas como ese decreto sólo pueden mostrar a aquellos que en principio apoyaron el golpe cuáles son las verdaderas intenciones de los jefes militares y los oficiales del régimen de Mubarak que ahora vuelven a controlar el país”, dijo este martes Hamza Zawbaa, portavoz del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la hermandad. “La carnicería del otro día, en la que murieron 51 personas, debería también abrirle los ojos a mucha gente sobre qué es lo que está ocurriendo en Egipto”.
Si el gobierno interino y los generales buscaban calmar los ánimos de la comunicad internacional y de sus aliados occidentales con el nuevo decreto, al menos lograron que la Casa Blanca se manifestara “cautelosamente animada” por él, según dijo el portavoz Jay Carney. Estados Unidos destina cada año 1.300 millones de dólares en ayuda militar a Egipto. Este martes, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos anunciaron un paquete de ayudas y préstamos a este país por valor de más de 6.000 millones de euros.