Varios muertos tras manifestaciones de millones de personas en Egipto

Los opositores protagonizan una demostración de fuerza como no se ha visto desde la revolución

David Alandete
El Cairo, El País
Millones de personas pidieron este domingo en Egipto la dimisión del presidente Mohamed Morsi, en el mayor desafío que ha vivido su gobierno desde que tomara el poder hace un año. "Vete", era el mensaje coreado al unísono por los millones de personas que tomaron las calles en diversos puntos del país. En El Cairo, la capital, las protestas volvieron a la icónica plaza de Tahrir, epicentro de las revueltas de hace dos años, y a las inmediaciones del palacio presidencial. El presidente, por su parte, movilizó a sus propios apoyos. Sus partidarios se atrincheraron en las inmediaciones de una mezquita cairota, desde donde prometieron dar sus vidas si es necesario para mantener en el poder al primer presidente elegido democráticamente en la historia del país. Según las autoridades, al menos siete personas murieron y cientos resultaron heridas en enfrentamientos en las ciudades de Asiut, Beni Suef y Fayoum.


Un año ha tenido Morsi para avanzar las reformas que prometió en las elecciones. Este domingo se cumplió el aniversario de su investidura, y sus detractores le dijeron que ya ha tenido suficiente tiempo en el poder, que ha llevado al país en la dirección equivocada y que es hora de apearse. Los principales puntos de crítica son el mal estado de la economía, la aprobación de una Constitución de corte islamista y el intento fallido, el año pasado, de aprobar un decreto que le hubiera otorgado poderes casi absolutos como presidente. "Yo voté por Morsi", decía Omar Mohamed Mahgoub, de 19 años. "Teníamos muchas esperanzas, que traicionó. No puede seguir ignorando a tanta gente", añadió. Muchos jóvenes como él decían que la manifestación de este domingo era más multitudinaria incluso que las que en 2011 acabaron con el régimen de Hosni Mubarak. Fuentes del Ejército, que empleó helicópteros para observar las protestas, estimaron en 14 millones de personas la participación en las manifestaciones a nivel nacional.

El movimiento popular Tamarod (en árabe, Rebelde), que convocó varias de las manifestaciones celebradas en El Cairo, mantiene que ha conseguido más de 22 millones de firmas que piden la marcha de Morsi. De ser cierto, y si todas las peticiones son válidas, sería una cantidad mucho mayor que la de 13,2 millones de electores que votaron por el hoy presidente en 2012. Mohairib al Masri, de 27 años, había recogido este domingo en la plaza de Tahrir más de 6.000 firmas. "Morsi ha perdido la legitimidad. La economía está peor que cuando llegó. Hay escasez de gasolina. El desempleo no para de subir. ¿Cómo vamos a ser una nación próspera con este presidente?", añadió.

Un signo de protesta preferido estos días por los egipcios es el de mostrar una tarjeta roja, como las del fútbol, dirigida simbólicamente a Morsi, con el lema "vete" impreso en ellas. Otras pancartas muestran la cara del presidente tachada en rojo o dibujos en los que se le muestra con el atuendo de un faraón, como los que se utilizaron para ridiculizar a Mubarak hace dos años. La voluntad, este domingo, en la plaza de Tahrir, en la que se concentraron más de 500.000 personas, era que el 30 de junio de 2013 fuera un nuevo 25 de enero de 2011, el día en que se iniciaron las protestas que acabaron con el anterior régimen. El Frente de Salvación Nacional, una coalición opositora, envió un comunicado en el que dijo confirmar “el derrumbe del régimen de Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes”.

Hay, sin embargo, un nutrido grupo de ciudadanos, partidarios del presidente, dispuesto a evitar a toda costa que eso suceda. Son, sobre todo, islamistas y simpatizantes del movimiento de los Hermanos Musulmanes, en cuyo brazo político ha militado Morsi durante años. Este Domingo, más de 20.000 de ellos tomaron la zona de Ciudad Nasser, en el este de El Cairo, cerca de la mezquita de Raba al Adawiya. Muchos iban armados con bates, porras y cadenas, protegidos por escudos y cascos. Durante buena parte de la tarde y noche marcharon con estilo militar, en filas de a dos, gritando lacónicos lemas, como "¡Egipto!" o "¡presidente!".

"¿No se ha elegido a Morsi democráticamente? ¿Qué significa querer echar al presidente en un año? ¿Sucede eso en otros países democráticos?", se preguntaba en esa concentración a favor del Gobierno el abogado Abdel Bakr, de 28 años. El aire en esa parte de la ciudad era tenso, en marcado contraste con el ambiente festivo de Tahrir y otros puntos de protestas opositoras en El Cairo, como el palacio presidencial. En el contexto de las protestas, un portavoz de Morsi, Omar Amer dijo en rueda de prensa que “el presidente sabe que ha cometido errores y está trabajando para solucionarlos”.

Muchos de los partidarios de Morsi, sin embargo, mantenían que están dispuestos a derramar su sangre, si es necesario, para mantener en el poder al presidente. "Creo que todos y cada uno de los que estamos aquí daría su vida para mantener al presidente en el Gobierno", decía Abdel Halian Said, de 28 años, armado con un palo en la mano. "Los opositores son conspiradores del antiguo régimen. Buscan su propio beneficio. Y no vamos a permitirlo. Lo lograrán sobre nuestros cadáveres". Los Hermanos Musulmanes dijeron este domingo que su sede en la capital fue atacada con bombas incendiarias y piedras lanzadas por grupos opositores.

Ya entrada la noche, sobre la plaza de Tahrir, un helicóptero militar en misión de observación lanzó banderas egipcias, algo que se interpretó como un guiño por parte del Ejército hacia los opositores en su oposición al Gobierno de Morsi. Los líderes opositores han pedido a los manifestantes que ocupen las calles de Egipto hasta que Morsi ceda y abandone el poder.

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