La participación electoral en Irán, superior a las presidenciales de 2009
Teheran, EP
Las autoridades iraníes han procedido al cierre de las urnas tras concluir la jornada electoral de los comicios presidenciales, que ante la afluencia de gente, se ha alargado cuatro horas en todo Irán, mientras que en Teherán los centros de votación han permanecido abiertos cinco horas más.
En declaraciones a la televisión estatal Press TV, el director de la Comisión Electoral de la provincia de Teherán, Safarali Baratlou, ha explicado que espera que en esta región la participación supere el 70 por ciento y ha indicado que algunos centros han tenido que recibir más papeletas de candidatos, porque en algunas instituciones se han agotado.
Aunque el cierre de urnas estaba previsto para las 18 horas (16:30, hora peninsular española), debido a las largas colas el horario ha ido ampliándose cada hora hasta llegar a las cuatro horas de extensión en todo el país, exceptuando en la capital, donde el horario se ha ampliado cinco horas y aún no se han clausurado los centros de votación.
La principal autoridad electoral del país ha asegurado que no se han producido "grandes irregularidades" durante la jornada electoral, advirtiendo que los representantes de cada candidato estaban distribuidos en cada centro para conseguir mayor "transparencia".
Varios testigos aseguraron a Reuters que había más gente esperando para votar en Teherán que en las anteriores elecciones de 2009. El líder supremo, el ayatolá Jamenei instó a los iraníes a participar en las elecciones, como una crítica a los altos cargos estadounidenses que denunciaron la falta de justicia en el proceso.
El ministro del Interior, Mostafa Mohammad, ha asegurado que la elevada participación constituye la respuesta de la población al llamamiento del líder. "Quieren posicionarse frente al enemigo", ha declarado en televisión. Además, ha anunciado que el tiempo de votación se ha extendido, debido a la gran afluencia de gente.
Analistas políticos del país aseguran que la participación podría beneficiar al candidato reformista Hassan Rohani, clérigo que constituye la única alternativa moderada del país. Rohani, que fue negociador nuclear entre 2003 y 2005, ha hecho un llamamiento para rehabilitar las relaciones exteriores de Irán y redactar una "carta de derechos civiles", un mensaje que ha calado en muchos iraníes que desean un cambio.
Sin embargo, muchos de estos partidarios aseguran tener dudas después de lo ocurrido en las anteriores elecciones, cuando los líderes reformistas denunciaron un fraude electoral que llevó a la reelección al actual presidente Mahmud Ahmadineyad, después de que el Gobierno denegara hacer un recuento de las papeletas.
El presidente saliente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha dejado en manos de Dios el destino de la nación al depositar su papeleta. "Espero que Dios conceda al pueblo iraní el mejor destino para el país", declaró brevemente a la agencia semioficial Mehr tras votar en una mezquita de Narmak.
Por su parte, el expresidente iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, esperanza del reformismo hasta que su candidatura fue desechada por el Consejo de los Guardianes, ha considerado que la unión entre los diversos sectores de Irán es "clave para el éxito en la lucha contra los peligros externos e internos".
En los mismos términos se expresó el expresidente iraní Mohamed Jatami, quien pidió a todos los candidatos, tanto al vencedor como los perdedores, que sirvan al desarrollo del país y del Islam.
En los comicios compiten un total de seis candidatos, que han pasado la criba del Consejo de los Guardianes, un órgano con poder de veto sobre los candidatos electorales en Irán, que recibió un total de 3.444 candidaturas.
Las autoridades iraníes han procedido al cierre de las urnas tras concluir la jornada electoral de los comicios presidenciales, que ante la afluencia de gente, se ha alargado cuatro horas en todo Irán, mientras que en Teherán los centros de votación han permanecido abiertos cinco horas más.
En declaraciones a la televisión estatal Press TV, el director de la Comisión Electoral de la provincia de Teherán, Safarali Baratlou, ha explicado que espera que en esta región la participación supere el 70 por ciento y ha indicado que algunos centros han tenido que recibir más papeletas de candidatos, porque en algunas instituciones se han agotado.
Aunque el cierre de urnas estaba previsto para las 18 horas (16:30, hora peninsular española), debido a las largas colas el horario ha ido ampliándose cada hora hasta llegar a las cuatro horas de extensión en todo el país, exceptuando en la capital, donde el horario se ha ampliado cinco horas y aún no se han clausurado los centros de votación.
La principal autoridad electoral del país ha asegurado que no se han producido "grandes irregularidades" durante la jornada electoral, advirtiendo que los representantes de cada candidato estaban distribuidos en cada centro para conseguir mayor "transparencia".
Varios testigos aseguraron a Reuters que había más gente esperando para votar en Teherán que en las anteriores elecciones de 2009. El líder supremo, el ayatolá Jamenei instó a los iraníes a participar en las elecciones, como una crítica a los altos cargos estadounidenses que denunciaron la falta de justicia en el proceso.
El ministro del Interior, Mostafa Mohammad, ha asegurado que la elevada participación constituye la respuesta de la población al llamamiento del líder. "Quieren posicionarse frente al enemigo", ha declarado en televisión. Además, ha anunciado que el tiempo de votación se ha extendido, debido a la gran afluencia de gente.
Analistas políticos del país aseguran que la participación podría beneficiar al candidato reformista Hassan Rohani, clérigo que constituye la única alternativa moderada del país. Rohani, que fue negociador nuclear entre 2003 y 2005, ha hecho un llamamiento para rehabilitar las relaciones exteriores de Irán y redactar una "carta de derechos civiles", un mensaje que ha calado en muchos iraníes que desean un cambio.
Sin embargo, muchos de estos partidarios aseguran tener dudas después de lo ocurrido en las anteriores elecciones, cuando los líderes reformistas denunciaron un fraude electoral que llevó a la reelección al actual presidente Mahmud Ahmadineyad, después de que el Gobierno denegara hacer un recuento de las papeletas.
El presidente saliente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha dejado en manos de Dios el destino de la nación al depositar su papeleta. "Espero que Dios conceda al pueblo iraní el mejor destino para el país", declaró brevemente a la agencia semioficial Mehr tras votar en una mezquita de Narmak.
Por su parte, el expresidente iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, esperanza del reformismo hasta que su candidatura fue desechada por el Consejo de los Guardianes, ha considerado que la unión entre los diversos sectores de Irán es "clave para el éxito en la lucha contra los peligros externos e internos".
En los mismos términos se expresó el expresidente iraní Mohamed Jatami, quien pidió a todos los candidatos, tanto al vencedor como los perdedores, que sirvan al desarrollo del país y del Islam.
En los comicios compiten un total de seis candidatos, que han pasado la criba del Consejo de los Guardianes, un órgano con poder de veto sobre los candidatos electorales en Irán, que recibió un total de 3.444 candidaturas.