Autoridades comprueban que la doctora brasileña causó la muerte de 317 pacientes por fármacos recetados
Sao Paulo, AFP
Un total de 317 personas murieron después de recibir medicamentos recetados por una médica acusada de provocar previamente el deceso de siete pacientes en un hospital de Brasil, de acuerdo a la investigación preliminar de la Policía Civil enviada a la fiscalía.
Según publica este martes el sitio web del diario O Globo, la policía llegó a esa conclusión después de analizar las recetas prescritas por la médica Virginia Soares de Souza a 346 pacientes del hospital Evangélico de Curitiba (Paraná, sur), donde la doctora dirigió por siete años la Unidad de Terapia Intensiva.
La médica, que recobró provisionalmente su libertad el 20 de marzo después de pasar un mes en prisión alegando siempre inocencia, está acusada junto a otros siete médicos y enfermeras de provocar la muerte de siete pacientes desde 2006.
Ahora la fiscalía anunció que investigará estos otros 317 casos.
Según la acusación de la fiscalía, la Policía Civil recopiló testimonios y conversaciones telefónicas legales que apuntan a que Soares de Souza recetó o suministró medicamentos a pacientes con ventilación mecánica que les provocaron la muerte por asfixia.
En otros casos se les disminuía el oxígeno del respirador artificial.
La defensa de la médica señala que las acusaciones son infundadas, que el informe de la policía no prueba nada contra ella y que la entrega de medicamentos en el hospital sigue normas rígidas, por lo que sería imposible que se hubiesen dado órdenes verbales sobre el flujo de fármacos.
Un total de 317 personas murieron después de recibir medicamentos recetados por una médica acusada de provocar previamente el deceso de siete pacientes en un hospital de Brasil, de acuerdo a la investigación preliminar de la Policía Civil enviada a la fiscalía.
Según publica este martes el sitio web del diario O Globo, la policía llegó a esa conclusión después de analizar las recetas prescritas por la médica Virginia Soares de Souza a 346 pacientes del hospital Evangélico de Curitiba (Paraná, sur), donde la doctora dirigió por siete años la Unidad de Terapia Intensiva.
La médica, que recobró provisionalmente su libertad el 20 de marzo después de pasar un mes en prisión alegando siempre inocencia, está acusada junto a otros siete médicos y enfermeras de provocar la muerte de siete pacientes desde 2006.
Ahora la fiscalía anunció que investigará estos otros 317 casos.
Según la acusación de la fiscalía, la Policía Civil recopiló testimonios y conversaciones telefónicas legales que apuntan a que Soares de Souza recetó o suministró medicamentos a pacientes con ventilación mecánica que les provocaron la muerte por asfixia.
En otros casos se les disminuía el oxígeno del respirador artificial.
La defensa de la médica señala que las acusaciones son infundadas, que el informe de la policía no prueba nada contra ella y que la entrega de medicamentos en el hospital sigue normas rígidas, por lo que sería imposible que se hubiesen dado órdenes verbales sobre el flujo de fármacos.