Mou se postuló para ir al United
Madrid, As
Mientras la reacción de los comentaristas de televisión británicos se centraba en la expulsión de Nani (tres invitados, Gareth Southgate, Roy Keane y Lee Dixon, y tres opiniones: sí era, no era y hombre, parece que sí pero podría haber sido que no) y en la justicia o no de la clasificación del Madrid, llegaron las imágenes de la brevísima entrevista que Mourinho concedió al canal tras acabar el partido. El portugués tenía claro su mensaje, que luego repitió en conferencia de prensa: "Ha perdido el mejor". De repente, la agenda periodística cambió tras el golpe de efecto. ¿Elegante en la victoria o nuevo flirteo con una audiencia que le adora? "Intenta ser humilde y no le pega", fue la reacción de Roy Keane.
Ayer por la mañana los diarios ingleses se llenaron de acusaciones de robo, pero por supuesto no pasaron por alto las palabras de Mourinho, ni tampoco los gestos hacia Sir Alex Ferguson (¿Le dijo que la expulsión no era justa cuando se le acercó en el área técnica?), ni sus comentarios sobre el estado emocional de Cristiano, afectado por los constantes elogios y cortesías procedentes de Inglaterra (y que quien conoce bien a Ferguson sabe que no son para nada inocentes: consiguió que el jugador, quizá el que más en forma está, fuera una versión menor de sí mismo).
Ferguson pudo reducir las prestaciones de Cristiano, y Mourinho, recordar a la afición del United que el Madrid dejó Old Trafford como injusto ganador: eso no se olvidará nunca. El poder de las palabras. A partir de ahí, se inician las especulaciones. Ferguson repite que, mientras el cuerpo aguante, seguirá al frente del United, así que si el destino próximo de Mourinho es el PSG o el Chelsea, dejó buenos amigos en Old Trafford para el futuro. Se sabe del deseo del portugués de reemplazar a Ferguson algún día.
Jeremy Wilson (Daily Telegraph) escribió que su "diplomacia indica claramente su deseo de que el United sea su próximo trabajo". Con el Oporto, un joven Mourinho celebró el gol que clasificaba a su equipo corriendo la banda de Old Trafford y tirándose al suelo. Ayer, se mostró tímido durante los noventa minutos, casi recogido mientras abandonaba el estadio. Tom Newton Dunn (jefe de la sección de política del Sun) describió su extraño comportamiento de este modo: "¿Hemos visto la mayor petición pública de un puesto de trabajo o qué?".
Alex Ferguson habla habitualmente con los tres principales candidatos a reemplazarle. David Moyes, Pep Guardiola y José Mourinho han conversado en los últimos meses con Ferguson en privado, aunque no especialmente de su cargo. La prensa inglesa consideró como "audición" la presencia de Mourinho en el legendario campo inglés y como tal fue juzgada por muchos. Sus palabras al final del partido "añadieron petróleo al fuego, y darán rienda suelta a los que piensan que será el hombre que sustituya a Ferguson", se lee en el Daily Mail. Mark Alford, en el mismo diario, va más allá: "¿Dónde estaba el verdadero José? Su modestia no encaja con él y su falta de entusiasmo por la victoria y sus travesuras en Old Trafford hicieron que se me revolviera el estómago". En Inglaterra lo quieren todo: el viejo José, el nuevo José, su regreso. Lo que sea mientras vuelva a su casa adoptiva.
Mientras la reacción de los comentaristas de televisión británicos se centraba en la expulsión de Nani (tres invitados, Gareth Southgate, Roy Keane y Lee Dixon, y tres opiniones: sí era, no era y hombre, parece que sí pero podría haber sido que no) y en la justicia o no de la clasificación del Madrid, llegaron las imágenes de la brevísima entrevista que Mourinho concedió al canal tras acabar el partido. El portugués tenía claro su mensaje, que luego repitió en conferencia de prensa: "Ha perdido el mejor". De repente, la agenda periodística cambió tras el golpe de efecto. ¿Elegante en la victoria o nuevo flirteo con una audiencia que le adora? "Intenta ser humilde y no le pega", fue la reacción de Roy Keane.
Ayer por la mañana los diarios ingleses se llenaron de acusaciones de robo, pero por supuesto no pasaron por alto las palabras de Mourinho, ni tampoco los gestos hacia Sir Alex Ferguson (¿Le dijo que la expulsión no era justa cuando se le acercó en el área técnica?), ni sus comentarios sobre el estado emocional de Cristiano, afectado por los constantes elogios y cortesías procedentes de Inglaterra (y que quien conoce bien a Ferguson sabe que no son para nada inocentes: consiguió que el jugador, quizá el que más en forma está, fuera una versión menor de sí mismo).
Ferguson pudo reducir las prestaciones de Cristiano, y Mourinho, recordar a la afición del United que el Madrid dejó Old Trafford como injusto ganador: eso no se olvidará nunca. El poder de las palabras. A partir de ahí, se inician las especulaciones. Ferguson repite que, mientras el cuerpo aguante, seguirá al frente del United, así que si el destino próximo de Mourinho es el PSG o el Chelsea, dejó buenos amigos en Old Trafford para el futuro. Se sabe del deseo del portugués de reemplazar a Ferguson algún día.
Jeremy Wilson (Daily Telegraph) escribió que su "diplomacia indica claramente su deseo de que el United sea su próximo trabajo". Con el Oporto, un joven Mourinho celebró el gol que clasificaba a su equipo corriendo la banda de Old Trafford y tirándose al suelo. Ayer, se mostró tímido durante los noventa minutos, casi recogido mientras abandonaba el estadio. Tom Newton Dunn (jefe de la sección de política del Sun) describió su extraño comportamiento de este modo: "¿Hemos visto la mayor petición pública de un puesto de trabajo o qué?".
Alex Ferguson habla habitualmente con los tres principales candidatos a reemplazarle. David Moyes, Pep Guardiola y José Mourinho han conversado en los últimos meses con Ferguson en privado, aunque no especialmente de su cargo. La prensa inglesa consideró como "audición" la presencia de Mourinho en el legendario campo inglés y como tal fue juzgada por muchos. Sus palabras al final del partido "añadieron petróleo al fuego, y darán rienda suelta a los que piensan que será el hombre que sustituya a Ferguson", se lee en el Daily Mail. Mark Alford, en el mismo diario, va más allá: "¿Dónde estaba el verdadero José? Su modestia no encaja con él y su falta de entusiasmo por la victoria y sus travesuras en Old Trafford hicieron que se me revolviera el estómago". En Inglaterra lo quieren todo: el viejo José, el nuevo José, su regreso. Lo que sea mientras vuelva a su casa adoptiva.