Gran Bretaña se compromete a defender a sus "primos" de las distantes Islas Malvinas
Londres, Reuters
El primer ministro británico, David Cameron, advirtió el martes a Argentina que Gran Bretaña siempre estará lista para defender a los ciudadanos de las remotas y disputadas Islas Malvinas, luego de que sus pobladores votaran casi unánimemente por seguir siendo británicos en un referendo.
Argentina, ubicada 500 kilómetros al oeste de las Islas Malvinas, ha reclamado el archipiélago del Atlántico Sur por casi 200 años y en 1982 invadió las islas y mantuvo una breve pero cruenta guerra con el Reino Unido, que en 74 días logró repeler el avance argentino.
Los primeros ciudadanos británicos se establecieron en las Islas Malvinas -denominadas Falklands en inglés- en el siglo XIX y hoy, tres décadas después de la guerra, muchos aún se sienten fuertemente ligados a Gran Bretaña.
"Las Islas Falkland pueden estar a miles de millas de distancia pero son británicas de punta a punta, y así es como quieren permanecer, y el pueblo debería saber que siempre estaremos allí para defenderlos", dijo Cameron en declaraciones televisadas.
"Quieren seguir siendo británicos y esa perspectiva debería ser respetada por todos, incluyendo a Argentina", agregó Cameron.
En un referendo que se realizó el domingo y el lunes para enviar un mensaje desafiante a Argentina, la totalidad excepto tres de las personas que emitieron su voto en las islas optaron por la alternativa de seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar.
En su tierra natal ancestral, a 12.900 kilómetros de distancia, los canales de televisión británicos presentaron el fin de semana una cobertura en vivo desde las gélidas, ventosas y recónditas islas, y el reino celebró que los isleños votaran por el "sí".
"Es una colonia británica. Los colonos de allí son todos británicos", dijo Tony Gill, de 74 años, un ex piloto militar, en el pueblo de Chelmsford, al este de Inglaterra.
"Ellos hicieron de la isla lo que es y ahora los argentinos quieren sacárselas", agregó Gill mientras se dirigía a un encuentro con otros veteranos, entre ellos algunos de los cuales combatieron en la guerra de 1982.
PRESIÓN
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha incrementado la presión sobre Gran Bretaña para negociar la soberanía del archipiélago, algo a lo que Londres se resiste a menos que los propios isleños soliciten el diálogo.
En total, 659 argentinos y 255 británicos murieron en la guerra de 1982, que llevó a la primera ministra británica de entonces, Margaret Thatcher, a enviar una fuerza naval para recuperar las islas invadidas por las fuerzas de Argentina.
La mayoría de los argentinos cree que las Islas Malvinas pertenecen por derecho al país sudamericano y son un fuerte símbolo nacional que une a enemigos políticos.
Antes de la guerra, pocos británicos siquiera sabían dónde estaban ubicadas las islas. El ex secretario de Defensa John Nott alguna vez reconoció que él mismo había tenido que consultar un globo terráqueo en su oficina para recordar la posición geográfica del archipiélago.
Pero ahora los británicos parecen mucho más sensibles al tema. En Chelmsford, una ciudad en el cinturón que rodea a Londres conocida como la cuna de la radio, muchas personas entrevistadas por Reuters sentían que el Reino Unido debía apoyar a los británicos en Malvinas.
"Reconocen que son británicos, por lo tanto nos corresponde cuidar de ellos", dijo Joyce Maurer, de 66 años, recepcionista de una iglesia bautista en Chelmsford, unos 55 kilómetros al noreste de la capital británica.
"Uno no puede dejarlos solos (...) Si decidieron ser británicos, entonces deben ser cuidados. Y, llegado el caso, tendríamos que llevar adelante la acción militar", agregó.
No obstante, los jóvenes particularmente parecen menos entusiasmados sobre el destino de los 1.649 habitantes de las islas.
"Realmente no me importa. Pero creo que deberían seguir siendo británicos porque es parte de nuestra herencia. Pero si no lo hacen, no lo hacen", dijo Liam Clancy, una estudiante de 20 años.
"Si las personas que viven allí se califican a sí mismas como británicas, entonces Gran Bretaña debería defenderlas (...) No va a afectar mi vida. Realmente no creo que mis amigos siquiera sepas sobre esto", añadió la joven.
El primer ministro británico, David Cameron, advirtió el martes a Argentina que Gran Bretaña siempre estará lista para defender a los ciudadanos de las remotas y disputadas Islas Malvinas, luego de que sus pobladores votaran casi unánimemente por seguir siendo británicos en un referendo.
Argentina, ubicada 500 kilómetros al oeste de las Islas Malvinas, ha reclamado el archipiélago del Atlántico Sur por casi 200 años y en 1982 invadió las islas y mantuvo una breve pero cruenta guerra con el Reino Unido, que en 74 días logró repeler el avance argentino.
Los primeros ciudadanos británicos se establecieron en las Islas Malvinas -denominadas Falklands en inglés- en el siglo XIX y hoy, tres décadas después de la guerra, muchos aún se sienten fuertemente ligados a Gran Bretaña.
"Las Islas Falkland pueden estar a miles de millas de distancia pero son británicas de punta a punta, y así es como quieren permanecer, y el pueblo debería saber que siempre estaremos allí para defenderlos", dijo Cameron en declaraciones televisadas.
"Quieren seguir siendo británicos y esa perspectiva debería ser respetada por todos, incluyendo a Argentina", agregó Cameron.
En un referendo que se realizó el domingo y el lunes para enviar un mensaje desafiante a Argentina, la totalidad excepto tres de las personas que emitieron su voto en las islas optaron por la alternativa de seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar.
En su tierra natal ancestral, a 12.900 kilómetros de distancia, los canales de televisión británicos presentaron el fin de semana una cobertura en vivo desde las gélidas, ventosas y recónditas islas, y el reino celebró que los isleños votaran por el "sí".
"Es una colonia británica. Los colonos de allí son todos británicos", dijo Tony Gill, de 74 años, un ex piloto militar, en el pueblo de Chelmsford, al este de Inglaterra.
"Ellos hicieron de la isla lo que es y ahora los argentinos quieren sacárselas", agregó Gill mientras se dirigía a un encuentro con otros veteranos, entre ellos algunos de los cuales combatieron en la guerra de 1982.
PRESIÓN
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha incrementado la presión sobre Gran Bretaña para negociar la soberanía del archipiélago, algo a lo que Londres se resiste a menos que los propios isleños soliciten el diálogo.
En total, 659 argentinos y 255 británicos murieron en la guerra de 1982, que llevó a la primera ministra británica de entonces, Margaret Thatcher, a enviar una fuerza naval para recuperar las islas invadidas por las fuerzas de Argentina.
La mayoría de los argentinos cree que las Islas Malvinas pertenecen por derecho al país sudamericano y son un fuerte símbolo nacional que une a enemigos políticos.
Antes de la guerra, pocos británicos siquiera sabían dónde estaban ubicadas las islas. El ex secretario de Defensa John Nott alguna vez reconoció que él mismo había tenido que consultar un globo terráqueo en su oficina para recordar la posición geográfica del archipiélago.
Pero ahora los británicos parecen mucho más sensibles al tema. En Chelmsford, una ciudad en el cinturón que rodea a Londres conocida como la cuna de la radio, muchas personas entrevistadas por Reuters sentían que el Reino Unido debía apoyar a los británicos en Malvinas.
"Reconocen que son británicos, por lo tanto nos corresponde cuidar de ellos", dijo Joyce Maurer, de 66 años, recepcionista de una iglesia bautista en Chelmsford, unos 55 kilómetros al noreste de la capital británica.
"Uno no puede dejarlos solos (...) Si decidieron ser británicos, entonces deben ser cuidados. Y, llegado el caso, tendríamos que llevar adelante la acción militar", agregó.
No obstante, los jóvenes particularmente parecen menos entusiasmados sobre el destino de los 1.649 habitantes de las islas.
"Realmente no me importa. Pero creo que deberían seguir siendo británicos porque es parte de nuestra herencia. Pero si no lo hacen, no lo hacen", dijo Liam Clancy, una estudiante de 20 años.
"Si las personas que viven allí se califican a sí mismas como británicas, entonces Gran Bretaña debería defenderlas (...) No va a afectar mi vida. Realmente no creo que mis amigos siquiera sepas sobre esto", añadió la joven.