Arup imagina el Edificio Urbano del 2050
José Tomás Franco
Se estima que para el 2050, el 75% de la población mundial – en ese entonces 9 mil millones de personas – vivirá en ciudades. La expansión urbana ya es un problema y los planificadores se enfrentan a nuevos retos que tienden hacia la construcción en vertical. Además, las ciudades se enfrentan con cada vez más fuerza al cambio climático, la escasez de recursos, el aumento de los costos de energía y la posibilidad de futuros desastres naturales. En respuesta a estos asuntos, Arup ha propuesto su visión del edificio urbano del futuro.
Se estima que para el 2050, el 75% de la población mundial – en ese entonces 9 mil millones de personas – vivirá en ciudades. La expansión urbana ya es un problema y los planificadores se enfrentan a nuevos retos que tienden hacia la construcción en vertical. Además, las ciudades se enfrentan con cada vez más fuerza al cambio climático, la escasez de recursos, el aumento de los costos de energía y la posibilidad de futuros desastres naturales. En respuesta a estos asuntos, Arup ha propuesto su visión del edificio urbano del futuro.
En su propuesta titulada “It’s Alive!”, se imaginan un ecosistema urbano de edificios “vivos” que no sólo generan espacio habitable, sino también diseñan su medioambiente. De acuerdo con Arup, los edificios del futuro no sólo deberán producen energía y alimentos, sino que también tendrán que ofrecer a sus ocupantes aire limpio y agua.
Más información sobre la visión de Arup después del salto.
En la visión de Arup, cada edificio es un “organismo vivo” con un sistema nervioso y sensores de intercambio de datos con un centro (“cerebro”), que controla los sistemas de energía, iluminación y fachada. El edificio en sí podría modificarse para adaptarse al clima, la hora del día y la ocupación. Sin embargo, también imaginan las funciones de diferentes edificios podrían unirse para optimizar la producción y el consumo de energía, los alimentos y el agua en toda la ciudad.
La base de cada torre es un marco estructural permanente para las losas de piso. Dentro de este marco, se podría integrar módulos prefabricados, adaptados a los ocupantes y reparados, actualizados y reemplazados – cuando sea necesario – por robots. El edificio podría cambiar para mantenerse al día con el cambio de uso, el clima, los avances tecnológicos y la personalidad de sus ocupantes. Componentes más pequeños se fabrican digitalmente en el lugar para permitir la rápida personalización.
La energía para la construcción estaría a cargo de una fachada fotovoltaica pintada, fuel cells y turbinas controladoras, mientras que algas producirían bio-combustible para el transporte público de la ciudad. Información sobre el consumo de energía del edificio se muestra en enormes OLED (diodos emisores de luz orgánicos) sobre las superficies de la fachada. El agua potable se recogerá a través de turbinas a partir de la humedad del aire. El agua se recicla y se reutiliza para la agricultura urbana y la producción de alimentos dentro de los espacios verdes del edificio. Nano partículas de los filtros de aire y las superficies limpian el aire y eliminan el CO2.
+ La propuesta completa de Arup en el siguiente link.
Más información sobre la visión de Arup después del salto.
En la visión de Arup, cada edificio es un “organismo vivo” con un sistema nervioso y sensores de intercambio de datos con un centro (“cerebro”), que controla los sistemas de energía, iluminación y fachada. El edificio en sí podría modificarse para adaptarse al clima, la hora del día y la ocupación. Sin embargo, también imaginan las funciones de diferentes edificios podrían unirse para optimizar la producción y el consumo de energía, los alimentos y el agua en toda la ciudad.
La base de cada torre es un marco estructural permanente para las losas de piso. Dentro de este marco, se podría integrar módulos prefabricados, adaptados a los ocupantes y reparados, actualizados y reemplazados – cuando sea necesario – por robots. El edificio podría cambiar para mantenerse al día con el cambio de uso, el clima, los avances tecnológicos y la personalidad de sus ocupantes. Componentes más pequeños se fabrican digitalmente en el lugar para permitir la rápida personalización.
La energía para la construcción estaría a cargo de una fachada fotovoltaica pintada, fuel cells y turbinas controladoras, mientras que algas producirían bio-combustible para el transporte público de la ciudad. Información sobre el consumo de energía del edificio se muestra en enormes OLED (diodos emisores de luz orgánicos) sobre las superficies de la fachada. El agua potable se recogerá a través de turbinas a partir de la humedad del aire. El agua se recicla y se reutiliza para la agricultura urbana y la producción de alimentos dentro de los espacios verdes del edificio. Nano partículas de los filtros de aire y las superficies limpian el aire y eliminan el CO2.
+ La propuesta completa de Arup en el siguiente link.