Hezbolá dice no necesitar apoyo en un futuro enfrentamiento contra Israel
Beirut, EP
El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha asegurado este sábado que no necesitan el apoyo de sus aliados en Siria e Irán en un futuro enfrentamiento contra Israel.
"Todo lo que necesitamos para la próxima batalla lo tenemos en Líbano y lo guardamos en Líbano", ha declarado Nasralá. "No necesitamos coger nada, ni de Siria ni de Irán", ha asegurado. Estas declaraciones son lo más cercano a una respuesta ante las alegaciones de que el ataque israelí con aviones de combate del pasado 30 de enero cerca de Damasco tenía por objetivo un convoy de armas sirio destinado a Hezbolá.
Las potencias mundiales temen que la pérdida de control sufrida por el presidente sirio, Bashar al Assad, tras 23 meses de guerra civil provoque que grupos armados como Hezbolá, aliado de Al Assad, o los rebeldes sirios adquieran armas, incluidas armas químicas, para usarlas contra Israel.
Damasco, por su parte, ha negado las acusaciones efectuadas por diplomáticos, rebeldes sirios y por fuentes de seguridad de que se estén enviando armas sirias a Hezbolá. Las autoridades sirias indicaron que el ataque aéreo israelí alcanzó el complejo de investigación militar de Jamraya, a 13 kilómetros de su frontera con Líbano.
Israel ha mantenido un silencio oficial sobre el ataque. Sin embargo, el 3 de febrero, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, anunció que el ataque mostraba que Israel hablaba en serio sobre la prevención de la circulación de armas pesadas hacia Líbano, pareciendo así reconocer por vez primera que el Estado judío estaba detrás del ataque.
El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha asegurado este sábado que no necesitan el apoyo de sus aliados en Siria e Irán en un futuro enfrentamiento contra Israel.
"Todo lo que necesitamos para la próxima batalla lo tenemos en Líbano y lo guardamos en Líbano", ha declarado Nasralá. "No necesitamos coger nada, ni de Siria ni de Irán", ha asegurado. Estas declaraciones son lo más cercano a una respuesta ante las alegaciones de que el ataque israelí con aviones de combate del pasado 30 de enero cerca de Damasco tenía por objetivo un convoy de armas sirio destinado a Hezbolá.
Las potencias mundiales temen que la pérdida de control sufrida por el presidente sirio, Bashar al Assad, tras 23 meses de guerra civil provoque que grupos armados como Hezbolá, aliado de Al Assad, o los rebeldes sirios adquieran armas, incluidas armas químicas, para usarlas contra Israel.
Damasco, por su parte, ha negado las acusaciones efectuadas por diplomáticos, rebeldes sirios y por fuentes de seguridad de que se estén enviando armas sirias a Hezbolá. Las autoridades sirias indicaron que el ataque aéreo israelí alcanzó el complejo de investigación militar de Jamraya, a 13 kilómetros de su frontera con Líbano.
Israel ha mantenido un silencio oficial sobre el ataque. Sin embargo, el 3 de febrero, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, anunció que el ataque mostraba que Israel hablaba en serio sobre la prevención de la circulación de armas pesadas hacia Líbano, pareciendo así reconocer por vez primera que el Estado judío estaba detrás del ataque.