Expolicía fugado en California murió de un disparo en la cabeza

Washington, EFE
El expolicía Christopher Dorner murió a causa de un disparo en la cabeza que podría haberse autoinfligido cuando la cabaña en la que se escondía, cercada por la policía, se incendió a causa de los botes de humo lanzados para que saliera, informaron hoy fuentes policiales.


El capitán Kevin Kacy informó en rueda de prensa de que la autopsia ha revelado que la muerte de Dorner fue como consecuencia de un único disparo que le causó una herida mortal en la cabeza.

"La información que tenemos en estos momentos parece indicar que la herida que acabó la vida de Christopher Dorner fue autoinfligida", señaló Kacy en declaraciones recogidas por la cadena Fox.

No obstante, señaló que continúan recogiendo datos e información. Todavía no está claro si pudo ser una bala recibida en el intercambio de disparos con la policía que rodeó la cabaña o si se habría suicidado.

Las autoridades también confirmaron que Dorner pasó la mayor parte del tiempo que duró la persecución en un edificio situado a escasos pasos del centro de mando establecido para encontrarle.

La búsqueda de Dorner comenzó la semana pasada después de confirmar que el expolicía había emprendido una cruzada contra sus antiguos compañeros del Departamento de Policía de Los Ángeles y sus familias, en venganza por su despido, según fuentes policiales.

Dorner fue despedido en 2009 por hacer falsas acusaciones contra un compañero del que dijo había pateado a un sospechoso.

Después de impugnar sin éxito su despido ante los tribunales, según la policía, inició una venganza contra los agentes de policía que intervinieron en el caso y sus familias, que se ha saldado con cuatro víctimas mortales.

Dorner, de 33 años y que antes había sido infante de Marina, se atrincheró en una cabaña a unos 160 kilómetros de Los Ángeles después de una gran persecución y un tiroteo, que acabó con el incendio de la instalación de madera a causa de los gases que lanzó la policía para que se rindiera.

Dorner era el principal sospechoso del asesinato de la hija de Randy Quan, un agente involucrado en su despido por perjurio, y su pareja sentimental, en un aparcamiento en el condado de Orange a principios de mes.

Además, es el presunto responsable de la muerte de dos policías, el último un ayudante del alguacil del condado de San Bernardino con el que se enfrentó el martes en un tiroteo en la montaña.

Otros dos agentes tuvieron que ser hospitalizados tras intercambiar disparos con Dorner.

Tras el asesinato de la hija de Quan, se cree que Dorner mató al oficial Michael Crain cuando éste y su compañero de patrulla esperaban a que un semáforo se pusiera en verde. Después, huyó a las montañas.

Se puso entonces en marcha un dispositivo coordinado entre varios departamentos de policía y se ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien ofreciera información que sirviera para dar con su paradero.

Después de más una semana de persecución, al tenerlo acorralado en la montaña, las autoridades enviaron un equipo especial para desmontar la cabaña por partes, mientras intentaban hacerle salir arrojando gases lacrimógenos para que se entregara.

El alguacil del condado de San Bernardino (EE.UU.), John McMahon, rechazó el miércoles en una comparecencia que la policía incendiara "intencionadamente" la cabaña para que Dorner saliera al exterior.

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