Protestas en Moscú contra Putin por impedir la adopción de niños rusos en EEUU
Moscú, EP
Miles de personas han salido este domingo a las calles de Moscú para protestar contra el presidente Vladimir Putin por firmar una ley que impide la adopción de niños rusos por familias estadounidenses e ignora, según sus críticos, los intereses de miles de huérfanos a cambio de fomentar una tensión innecesaria con Estados Unidos.
"Sin adopción estos niños no tienen ninguna oportunidad", declaró uno de los organizadores de la protesta, Dimitri Belkov, entre gritos de "¡Vergüenza!" y "¡Putin es una sabandija!".
La ley, que entró en vigor el pasado 1 de enero, fue concebida como una represalia a la legislación Magnitsky, por la que Estados Unidos se reserva el derecho a negar los visados y congelar los activos de los ciudadanos rusos acusados de violar los derechos humanos.
Los diputados rusos que aprobaron la ley argumentaron que 19 niños rusos adoptados por familias estadounidenses han muerto a lo largo de la pasada década por la inacción de la Policía y los tribunales norteamericanos. Los críticos lamentan que sin estas adopciones, los niños quedan a merced del duro sistema de protección infantil de Rusia, caracterizado por sus superpoblados orfanatos.
Los estadounidenses han adoptado a más de 60.000 niños rusos desde la disolución de la antigua Unión Soviética en 1991, más que los padres de ningún otro país. Muchos de ellos se encontraban en mitad del proceso de adopción cuando Putin firmó la prohibición.
El tema comporta cierta sensibilidad histórica, ya que el Gobierno ruso considera una humillación que las familias rusas entreguen a sus hijos a los estadounidenses, lo que consideran un símbolo del fracaso de la estructura social del país.
Por ello, cuando Putin firmó la ley el pasado 28 de diciembre, también emitió un decreto por el que insta a mejorar las condiciones de los niños huérfanos y, en colaboración con la Iglesia Ortodoxa, instó a los rusos a incrementar el número de adopciones dentro de sus propias fronteras.
Miles de personas han salido este domingo a las calles de Moscú para protestar contra el presidente Vladimir Putin por firmar una ley que impide la adopción de niños rusos por familias estadounidenses e ignora, según sus críticos, los intereses de miles de huérfanos a cambio de fomentar una tensión innecesaria con Estados Unidos.
"Sin adopción estos niños no tienen ninguna oportunidad", declaró uno de los organizadores de la protesta, Dimitri Belkov, entre gritos de "¡Vergüenza!" y "¡Putin es una sabandija!".
La ley, que entró en vigor el pasado 1 de enero, fue concebida como una represalia a la legislación Magnitsky, por la que Estados Unidos se reserva el derecho a negar los visados y congelar los activos de los ciudadanos rusos acusados de violar los derechos humanos.
Los diputados rusos que aprobaron la ley argumentaron que 19 niños rusos adoptados por familias estadounidenses han muerto a lo largo de la pasada década por la inacción de la Policía y los tribunales norteamericanos. Los críticos lamentan que sin estas adopciones, los niños quedan a merced del duro sistema de protección infantil de Rusia, caracterizado por sus superpoblados orfanatos.
Los estadounidenses han adoptado a más de 60.000 niños rusos desde la disolución de la antigua Unión Soviética en 1991, más que los padres de ningún otro país. Muchos de ellos se encontraban en mitad del proceso de adopción cuando Putin firmó la prohibición.
El tema comporta cierta sensibilidad histórica, ya que el Gobierno ruso considera una humillación que las familias rusas entreguen a sus hijos a los estadounidenses, lo que consideran un símbolo del fracaso de la estructura social del país.
Por ello, cuando Putin firmó la ley el pasado 28 de diciembre, también emitió un decreto por el que insta a mejorar las condiciones de los niños huérfanos y, en colaboración con la Iglesia Ortodoxa, instó a los rusos a incrementar el número de adopciones dentro de sus propias fronteras.