Políticos egipcios renuncian a la violencia en discusiones por crisis
El Cairo, Reuters
Los enemistados líderes políticos de Egipto finalmente se reunieron el jueves, luego de ser convocados por un influyente académico islamista que les pidió poner fin a la violencia tras una semana en que se produjeron las peores protestas desde que el presidente Mohamed Mursi asumió el poder.
Queda por ver si el consenso para poner fin a la confrontación detendrá una semana de fatales enfrentamientos en las calles que ha causado la muerte de casi 60 personas. Los grupos opositores no cancelaron unas manifestaciones anunciadas para el viernes.
Pero los asistentes al encuentro, entre los que se incluyen líderes de los Hermanos Musulmanes vinculados a Mursi y sus rivales seculares, describieron el compromiso como un paso importante para poner fin a la crisis, que parece haber dejado a la nación más poblada del mundo árabe como un país casi ingobernable tras la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak.
La reunión fue organizada por el jeque Ahmed al-Tayyeb, que encabeza la antigua mezquita y Universidad al-Azhar, una de las pocas instituciones consideradas neutrales en una sociedad cada vez más polarizada.
Tayyeb dijo a los políticos que el diálogo nacional, "en el que participan todos los elementos de la sociedad egipcia, sin excepciones, es la única herramienta para resolver cualquier problema o diferencia".
"El trabajo político no tiene nada que ver con la violencia o el sabotaje y el bienestar de todos y el destino de nuestra nación depende del respeto a las normas", declaró el jeque.
Los líderes de los principales partidos políticos firmaron un documento en el encuentro en el que renunciaban a la violencia y accedieron a establecer un comité para elaborar el marco de próximas negociaciones.
"Salimos de esta reunión con una suerte de optimismo", declaró el líder político liberal Mohamed ElBaradei a periodistas. "Cada uno de nosotros puede hacer lo posible, con buena voluntad, de generar confianza nuevamente entre las facciones de la nación egipcia", aseveró.
Saad el-Katatni, jefe del Partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes, dijo que se trataba de un "día histórico".
"Todos en la reunión expresaron la disposición a hacer concesiones para que este experimento tenga éxito", afirmó.
Al-Azhar, uno de los principales centros de enseñanza del Islamismo suní a nivel mundial, ha tendido a mantenerse al margen de las disputas políticas. Su extraordinaria intervención se produce luego de una advertencia del jefe de las fuerzas armadas el martes indicado que los enfrentamientos callejeros estaban llevando al Estado al borde del colapso.
EL ESPIRITU DE LA REVOLUCION
Casi 60 personas han muerto en los últimos días en la ola más reciente de violentas protestas, las que emergieron la semana pasada para marcar el segundo aniversario de la revuelta que derrocó al ex presidente Mubarak.
La oposición acusa a Mursi de traicionar el espíritu de la revolución al concentrar demasiado poder en sus manos y en las de los Hermanos Musulmanes, un movimiento islamista que fue vetado por el Gobierno de Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes, a su vez, acusan a sus enemigos políticos de intentar derrocar al primer presidente democráticamente electo de Egipto.
Entre los asistentes a la reunión del jueves estaban Mahmoud Ezzat, segundo al mando de los Hermanos Musulmanes, y Saad el-Katatni, jefe del partido político vinculado al movimiento.
Material de televisión los mostró junto a los políticos liberales ElBaradei y Amr Moussa, además del izquierdista Hamdeen Sabahi, todas figuras prominentes en una alianza de agrupaciones que se opone a Mursi.
ElBaradei fue previamente jefe de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas (IAEA por sus siglas en inglés), mientras que Moussa estuvo a cargo de la Liga Arabe.
Las calles de las principales ciudades egipcias han estado más tranquilas en los últimos días y el miércoles las autoridades levantaron un toque de queda impuesto por Mursi en tres localidades volátiles junto al Canal de Suez, donde ocurrieron buena parte de las escaramuzas de la semana pasada.
Sin embargo, incluso mientras se realizaba la reunión del jueves, un comunicado emitido por partidos de oposición - incluyendo a la Corriente Popular de Sabahi - reiteró su llamado a realizar manifestaciones el viernes frente al palacio presidencial de El Cairo.
Los enemistados líderes políticos de Egipto finalmente se reunieron el jueves, luego de ser convocados por un influyente académico islamista que les pidió poner fin a la violencia tras una semana en que se produjeron las peores protestas desde que el presidente Mohamed Mursi asumió el poder.
Queda por ver si el consenso para poner fin a la confrontación detendrá una semana de fatales enfrentamientos en las calles que ha causado la muerte de casi 60 personas. Los grupos opositores no cancelaron unas manifestaciones anunciadas para el viernes.
Pero los asistentes al encuentro, entre los que se incluyen líderes de los Hermanos Musulmanes vinculados a Mursi y sus rivales seculares, describieron el compromiso como un paso importante para poner fin a la crisis, que parece haber dejado a la nación más poblada del mundo árabe como un país casi ingobernable tras la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak.
La reunión fue organizada por el jeque Ahmed al-Tayyeb, que encabeza la antigua mezquita y Universidad al-Azhar, una de las pocas instituciones consideradas neutrales en una sociedad cada vez más polarizada.
Tayyeb dijo a los políticos que el diálogo nacional, "en el que participan todos los elementos de la sociedad egipcia, sin excepciones, es la única herramienta para resolver cualquier problema o diferencia".
"El trabajo político no tiene nada que ver con la violencia o el sabotaje y el bienestar de todos y el destino de nuestra nación depende del respeto a las normas", declaró el jeque.
Los líderes de los principales partidos políticos firmaron un documento en el encuentro en el que renunciaban a la violencia y accedieron a establecer un comité para elaborar el marco de próximas negociaciones.
"Salimos de esta reunión con una suerte de optimismo", declaró el líder político liberal Mohamed ElBaradei a periodistas. "Cada uno de nosotros puede hacer lo posible, con buena voluntad, de generar confianza nuevamente entre las facciones de la nación egipcia", aseveró.
Saad el-Katatni, jefe del Partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes, dijo que se trataba de un "día histórico".
"Todos en la reunión expresaron la disposición a hacer concesiones para que este experimento tenga éxito", afirmó.
Al-Azhar, uno de los principales centros de enseñanza del Islamismo suní a nivel mundial, ha tendido a mantenerse al margen de las disputas políticas. Su extraordinaria intervención se produce luego de una advertencia del jefe de las fuerzas armadas el martes indicado que los enfrentamientos callejeros estaban llevando al Estado al borde del colapso.
EL ESPIRITU DE LA REVOLUCION
Casi 60 personas han muerto en los últimos días en la ola más reciente de violentas protestas, las que emergieron la semana pasada para marcar el segundo aniversario de la revuelta que derrocó al ex presidente Mubarak.
La oposición acusa a Mursi de traicionar el espíritu de la revolución al concentrar demasiado poder en sus manos y en las de los Hermanos Musulmanes, un movimiento islamista que fue vetado por el Gobierno de Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes, a su vez, acusan a sus enemigos políticos de intentar derrocar al primer presidente democráticamente electo de Egipto.
Entre los asistentes a la reunión del jueves estaban Mahmoud Ezzat, segundo al mando de los Hermanos Musulmanes, y Saad el-Katatni, jefe del partido político vinculado al movimiento.
Material de televisión los mostró junto a los políticos liberales ElBaradei y Amr Moussa, además del izquierdista Hamdeen Sabahi, todas figuras prominentes en una alianza de agrupaciones que se opone a Mursi.
ElBaradei fue previamente jefe de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas (IAEA por sus siglas en inglés), mientras que Moussa estuvo a cargo de la Liga Arabe.
Las calles de las principales ciudades egipcias han estado más tranquilas en los últimos días y el miércoles las autoridades levantaron un toque de queda impuesto por Mursi en tres localidades volátiles junto al Canal de Suez, donde ocurrieron buena parte de las escaramuzas de la semana pasada.
Sin embargo, incluso mientras se realizaba la reunión del jueves, un comunicado emitido por partidos de oposición - incluyendo a la Corriente Popular de Sabahi - reiteró su llamado a realizar manifestaciones el viernes frente al palacio presidencial de El Cairo.