ONU eleva a 60.000 cifra de muertos en guerra de Siria

Amann, Reuters
Más de 60.000 personas han muerto en Siria desde que empezó la revuelta que desencadenó una guerra civil, dijo el miércoles Naciones Unidas, al elevar dramáticamente la cifra estimada de víctimas fatales en momentos en que no hay señales de tregua a la vista.


Decenas de personas murieron en un suburbio de Damasco cuando un ataque aéreo del Gobierno convirtió a una gasolinera en un infierno, incinerando a conductores que se habían apresurado para llegar al lugar buscando una inusual oportunidad de llenar sus tanques de combustible, dijeron activistas.

"Conté al menos 30 cuerpos. Estaban quemados o desmembrados", dijo Abu Saeed, un activista que llegó a la zona del suburbio de Muleiha, en las afueras de Damasco, una hora después de que se produjera el ataque a las 1100 GMT.

La comisaria de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, dijo en Ginebra que investigadores utilizaron siete fuentes referenciales durante cinco meses de análisis para elaborar una lista de 59.648 individuos reportados muertos en Siria entre el 15 de marzo del 2011 y el 30 de noviembre del 2012.

"Puesto que el conflicto no ha cesado desde fines de noviembre, podemos asumir que más de 60.0000 personas han perdido la vida para inicios del 2013", dijo Pillay.

"El número de víctimas fatales es mucho mayor a lo que esperábamos y resulta verdaderamente impactante", declaró.

El informe de la ONU no ofreció cifra de muertes por etnia ni bandos, ya sean rebeldes, soldados o civiles. Tampoco hubo estimaciones sobre el posible número final de muertos una vez que termine el conflicto.

Previamente, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una agrupación de seguimiento activista con sede en Londres, dijo que unas 45.000 personas habían sido confirmadas como fallecidas en episodios de violencia, pero indicó que era posible que la cifra real sea mucho más alta.

MORTAL ATAQUE EN GASOLINERA

Mulaiha, el blanco del ataque aéreo del miércoles, es una zona residencial e industrial situada en la región oriental de Ghouta de las afueras de Damasco, la cual aloja también una base de defensa de Siria.

Activistas dijeron que los proyectiles fueron disparados desde la base en dirección a la estación de combustible y a un área residencial.

"Antes de la redada, Muleiha estaba en calma, pero hemos estado sin petróleo por cuatro horas y la gente de la ciudad y del campo corrió hacia la estación cuando llegó un cargamento del Estado", dijo por teléfono Abu Fouad, otro activista en la escena.

Las fuerzas del presidente Bashar al-Assad controlan el centro de la capital, mientras que los rebeldes y sus simpatizantes mantienen un círculo de suburbios del este y el sur que a menudo sufre fuertes ataques aéreos.

Videos tomados por activistas mostraron el cuerpo de un hombre con su casco todavía puesto sobre una motocicleta mientras era envuelto por las llamas en la escena. Otro hombre fue mostrado cuando trasladaba un cuerpo desmembrado.

La autenticidad del video no pudo ser verificada. El Gobierno prohíbe el acceso de la mayoría de los medios internacionales a la zona de Damasco.

En tanto, la familia de un periodista estadounidense secuestrado por hombres armados no identificados hace seis semanas en el noroeste de Siria lanzó una campaña para su liberación.

Ningún grupo reivindicó el secuestro, ocurrido el 22 de noviembre en la provincia de Idlib cuando James Foley, de 39 años, se dirigía hacia la frontera con Turquía, de acuerdo a GlobalPost, un sitio de noticias para el que había trabajado el reportero.

Desde entonces, no se han tenido noticias de Foley, quien también trabajó en Afganistán y Libia. En abril del 2011, fue capturado por fuerzas del Gobierno libio y detenido durante 44 días.

LUCHA POR AEROPUERTO MILITAR

El Observatorio, que apoya a la oposición, dijo que un ataque aéreo por separado mató a 12 miembros de un familia, la mayoría niños, en Moadamiyeh, una zona del suroeste cerca del centro de Damasco donde los rebeldes han estado luchando.

El conflicto sirio comenzó en marzo del 2011 con protestas pacíficas contra las cuatro décadas en el poder de la familia Assad que se convirtieron en una revuelta armada luego de meses de una violenta represión del Gobierno.

Los insurgentes que intentan derrocar al presidente Bashar al-Assad consideran al poder aéreo del Gobierno como la mayor amenaza. Los rebeldes controlan grandes áreas de las provincias del norte y el este, además de una serie de suburbios alrededor de Damasco, pero no han podido proteger el territorio capturado de los ataques lanzados por helicópteros y aviones militares.

En el norte del país, rebeldes sirios, algunos pertenecientes a grupos radicales islamistas, dispararon armas automáticas y morteros contra helicópteros estacionados en una base y aeropuerto militar cerca de la principal carretera que conecta a Aleppo con Damasco, reportó un grupo activista.

El Frente al-Nusra -vinculado a Al Qaeda-, la Brigada Ahrar al-Sham y otras unidades de combatientes que operan en la provincia siria de Idlib, en el noroeste, lanzaron un ataque contra el aeropuerto militar Afis situado cerca de Taftanaz, dijo el Observatorio Sirio.

En los últimos meses, unidades rebeldes sitiaron numerosas instalaciones militares, especialmente a lo largo de la principal arteria vial que conecta al norte con el sur de Siria desde Aleppo, la ciudad más poblada del país, hacia Damasco.

El director del Observatorio, Rami Abdelrahman, dijo que el ataque del miércoles fue el último de una serie de intentos por capturar la base. Imágenes satelitales del aeropuerto muestran más de 40 plataformas para helicópteros, una pista de aterrizaje y almacenes para las naves militares.

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