Monti reconoce su "confusión" por el cambio de actitud de Berlusconi

Roma, EP
El primer ministro en funciones de Italia, Mario Monti, ha dicho que las críticas vertidas por su antecesor, Silvio Berlusconi, le "confunden", en la medida en que ha pasado de alabar la gestión de su Gobierno tecnócrata a convertirse en uno de sus principales detractores en cuestión de semanas.


"Espero que el electorado esté menos confundido que yo", ha declarado Monti en una larga entrevista radiofónica en la que ha dicho no entender, entre otras cosas, por qué Berlusconi pide ahora una comisión de investigación para esclarecer la supuesta "conspiración" internacional que terminó con su salida del poder en noviembre de 2011. Para Monti, se trata de una idea "extravagante" y "tardía", aunque acto seguido ha apostillado: "Que así sea".

El primer ministro saliente ha añadido que "parece que fue hace un siglo" cuando Berlusconi alababa las políticas del Ejecutivo que le sucedió en el poder e incluso le propuso como líder de una coalición de moderados. Ahora, en cambio, dice que el Gobierno tecnócrata "solo ha hecho desastres", ha reprochado Monti, según declaraciones recogidas por la prensa local.

Otro de los aspectos por los que Monti se ha confesado "confundido" es por el hecho de que Berlusconi le critique por no respetar los valores familiares, algo que "habla por sí mismo" en vista de la situación personal de 'Il Cavaliere'. En esta línea, ha recriminado que algunos miembros del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido de Berlusconi, utilicen los "valores éticos" como arma electoral.

Berlusconi ha contrarrestado la entrevista de Monti con otra a la cadena SkyTG24 en la que ha acusado a su sucesor de no resultar "creíble", toda vez que "incumplió su palabra" al entrar en la carrera electoral con una coalición de movimientos centristas.
EN CAMPAÑA

Monti, que había optado por el papel de mediador imparcial, anunció el viernes que respaldaría una coalición de partidos centristas de cara a los comicios parlamentarios del 24 y el 24 de febrero. Hasta este lunes, sin embargo, no había adoptado el discurso de un político en campaña ni había realizado promesas propias de un programa electoral.

Se ha confesado "optimista" ante la situación que atraviesa el país, --ve "la luz al final del tunel"-- y ha adelantado que si su coalición vence en las elecciones de febrero seguirá avanzando en la reducción de la presión impositiva, como ya comenzó a hacer con la Ley de Estabilidad.

Los principales objetivos en materia de impuestos del hipotético segundo Gobierno Monti serían "reducir la presión fiscal sobre el trabajo", tanto para los trabajadores como para las empresas, y avanzar hacia un sistema tributario que permita la "redistribución de los ingresos".

Estos cambios se desarrollarían de forma paralela a una revisión del gasto público, ha explicado Monti, que ha puesto de ejemplo la promoción de un sistema de salud que funcione "mejor" y "a menor coste".

El primer ministro saliente ha subrayado que, tras la "gravísima emergencia financiera" vivida, Italia debe intentar recuperar el "crecimiento" perdido. Para ello, ha reiterado que no plantea una política partidista sino en favor de Italia y ha apelado a la colaboración de distintas formaciones políticas.
ENCUESTAS

La coalición de Monti aspira a hacer frente a dos de sus antiguos aliados, el PDL y el Partido Democrático. Esta última formación, liderada por Pier Luigi Bersani, aparece como favorita en todas las encuestas, con una intención de voto superior al 40 por ciento.

Por su parte, el partido de Berlusconi obtendría el 16 por ciento de los sufragios, según un sondeo publicado este miércoles por el Instituto Piepoli y que prevé para el bloque de Monti un respaldo del 12 por ciento.

Si se cumplen las encuestas, el PD obtendría una amplia victoria en la Cámara de Diputados, pero podría necesitar de una alianza con otras formaciones en el Senado para lograr un mayoría estable en el Senado debido a la compleja ley electoral italiana

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