Diyarbakir, EP
Miles de personas han llenado las calles de Diyarbakir, la principal ciudad kurda de Turquía, para asistir al funeral de las tres activistas kurdas asesinadas la semana pasada en París.


Las tres mujeres, entre las que estaba la cofundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), fueron asesinadas a tiros a modo de ejecución en la capital francesa en lo que muchos consideran un intento por hacer descarrilar los contactos que el Gobierno turco ha comenzado a mantener con los rebeldes kurdos.

La perspectiva del fin de tres décadas de enfrentamiento entre el Estado y el PKK parece más cercana en las últimas semanas, después de que el Gobierno reconociera que está manteniendo conversaciones con el líder del PKK, Abdulá Ocalan, que se encuentra encarcelado.

Miles de partidarios ya se habían dado cita anoche en el aeropuerto de Diyarbakir para recibir los cuerpos de Sakine Cansiz, miembro del PKK; y de las otras dos activistas, que llegaron en medio de fuertes medidas de seguridad.

Más de 10.000 personas se han concentrado esta mañana en el distrito de Baglar de la ciudad, un bastión del PKK, mientras los ataudes envueltos en tela verde recorrían las calles.

"El camino de los mártires es nuestro camino. El PKK es nuestro partido. Larga vida al líder Apo", han coreado, en referencia a Ocalan, encarcelado en una isla próxima a Estambul desde su captura en 1999.

Está prevista la celebración de un funeral antes de que los cuerpos de las tres fallecidas sean trasladados a sus lugares de origen para ser enterrados.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido calma durante el funeral y ha advertido de que las fuerzas de seguridad estarán "vigilantes" ante cualquier provocación o disturbio.

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