Confiado Obama presenta prioridades al iniciar segundo mandato EEUU
Washington, Reuters
Un confiado presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició su segundo mandato el lunes con un llamado apasionado a favor de un país más inclusivo que rechace el rencor partidista y abrace la reforma migratoria, los derechos de los homosexuales y la lucha contra el cambio climático.
La ceremonia de toma de juramento en el Capitolio estuvo marcada por la tradicional pompa, pero fue de menor escala si se la compara con el histórico inicio de su presidencia en el 2009, cuando Obama llegó al poder envuelto en un manto de esperanza y cambio como el primer presidente negro de Estados Unidos.
Pese a las expectativas moderadas por la debilidad económica y la realidad política de un Washington dividido, Obama ofreció una revisión de las prioridades que pretende perseguir -esencialmente una reafirmación de los principales causas liberales demócratas- declarando que los estadounidenses "están hechos para este momento" y deben "aprovecharlo juntos".
Con su pelo visiblemente canoso después de cuatro años en el cargo, Obama llamó a poner fin a la división partidista que marcó gran parte de su primer período en la Casa Blanca con peleas amargas sobre la economía con los republicanos.
"No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable. Tenemos que actuar, sabiendo que nuestro trabajo será imperfecto", dijo Obama desde una plataforma en el Capitolio, en Washington.
Frente a un mar de banderas, el mandatario habló a una multitud de cerca de 700.000 personas, menos de la mitad del récord de 1,8 millones que presenciaron su llegada al cargo por primera vez hace cuatro años.
Hablando en términos más concretos de lo que es habitual en el discurso inaugural, prometió "decisiones difíciles" para reducir el déficit federal sin deshacer la red de seguridad social y pidió una reforma del código tributario y una refundación del Gobierno.
Obama llegó a su segundo discurso inaugural con pie firme, con los números de las encuestas en alza, con los republicanos a la defensiva y con una serie de logros durante su primer término, como la reforma del sistema sanitario estadounidense, el fin de la guerra en Irak y el asesinato de Osama bin Laden.
Pero las batallas en torno del presupuesto, el control de armas y la inmigración se están endureciendo, con los republicanos listos para oponerse casi en todos los casos y Obama aún aparentemente con dificultades para lograr incorporarlos en un acuerdo.
SEGUNDA TOMA DE POSESION
Cuando Obama levantó su mano derecha y el jefe de la Corte Suprema, John Roberts, le tomó juramento el lunes fue la segunda vez en 24 horas que el líder tomaba posesión de su segundo mandato, aunque esta vez con decenas de millones de personas mirándolo por televisión. El presidente sonrió ante los cánticos de "¡Obama, Obama!" que provenían de la multitud.
Obama realizó una toma del mando formal el domingo en la Casa Blanca, dado que por requerimiento constitucional el presidente debe asumir el 20 de enero. Y en lugar de efectuar la inauguración completa el domingo, los principales eventos públicos se pospusieron para el lunes.
Dos actos de toma de posesión marcaron otro hito en la vida política de Obama, un hawaiano afroamericano, hijo de padre negro proveniente de Kenia y madre blanca de Kansas.
Durante un desfile triunfal por la Avenida Pensilvania hacia la Casa Blanca, el presidente y la primera dama, Michelle Obama, emocionaron a los espectadores saliendo dos veces de su limusina blindada y caminando parte del camino a pie, como lo hicieron hace cuatro años. Agentes del Servicio Secreto vigilaban de cerca.
En la noche, la pareja visitó los dos bailes oficiales de la inauguración -a la baja desde 10 en el 2009- para celebrar con sus partidarios. En ambos, Obama y la primera dama bailaron con el tema de Al Green "Let's Stay Together", interpretado por la cantante Jennifer Hudson.
En su discurso inaugural de 20 minutos, Obama intentó tranquilizar a los estadounidenses en el punto medio de su presidencia e instarlos a que le ayuden a completar los asuntos pendientes. "Preservar nuestras libertades individuales, en última instancia, requiere una acción colectiva", dijo.
Tocando temas volátiles en el discurso, Obama enumeró una serie de políticas liberales que planea impulsar en su segundo mandato.
Lo más sorprendente fue una referencia relativamente larga a la necesidad de abordar el cambio climático, que no pudo hacer en sus primeros cuatro años. "Responderemos a la amenaza del cambio climático, sabiendo que no hacerlo sería traicionar a nuestros niños y a las futuras generaciones", dijo el presidente.
Respecto a los derechos de los homosexuales, insistió: "Nuestro camino no estará completo hasta que nuestros hermanos y hermanas homosexuales sean tratados igual que cualquier otra persona".
En tanto, en un gesto a la creciente población hispana que ayudó a que lograra la reelección en noviembre, Obama dijo que hay una necesidad de "encontrar una mejor manera de dar la bienvenida a los inmigrantes que siguen viendo a Estados Unidos como una tierra de oportunidades".
El líder de los republicano en el Senado Mitch McConnell, quien declaró en el 2010 que su meta principal era negar la reelección de Obama, felicitó al presidente y expresó la voluntad de trabajar juntos, diciendo que un segundo mandato "representa un nuevo comienzo".
Pero algunos republicanos respondieron con escepticismo. "Fue un discurso muy, muy progresista, para decirlo de la mejor manera posible", dijo el estratega republicano Rich Galen. "Él ya no está en la carrera electoral", agregó.
Un confiado presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició su segundo mandato el lunes con un llamado apasionado a favor de un país más inclusivo que rechace el rencor partidista y abrace la reforma migratoria, los derechos de los homosexuales y la lucha contra el cambio climático.
La ceremonia de toma de juramento en el Capitolio estuvo marcada por la tradicional pompa, pero fue de menor escala si se la compara con el histórico inicio de su presidencia en el 2009, cuando Obama llegó al poder envuelto en un manto de esperanza y cambio como el primer presidente negro de Estados Unidos.
Pese a las expectativas moderadas por la debilidad económica y la realidad política de un Washington dividido, Obama ofreció una revisión de las prioridades que pretende perseguir -esencialmente una reafirmación de los principales causas liberales demócratas- declarando que los estadounidenses "están hechos para este momento" y deben "aprovecharlo juntos".
Con su pelo visiblemente canoso después de cuatro años en el cargo, Obama llamó a poner fin a la división partidista que marcó gran parte de su primer período en la Casa Blanca con peleas amargas sobre la economía con los republicanos.
"No podemos confundir absolutismo con principios, o sustituir espectáculo por política, o tratar los insultos como un debate razonable. Tenemos que actuar, sabiendo que nuestro trabajo será imperfecto", dijo Obama desde una plataforma en el Capitolio, en Washington.
Frente a un mar de banderas, el mandatario habló a una multitud de cerca de 700.000 personas, menos de la mitad del récord de 1,8 millones que presenciaron su llegada al cargo por primera vez hace cuatro años.
Hablando en términos más concretos de lo que es habitual en el discurso inaugural, prometió "decisiones difíciles" para reducir el déficit federal sin deshacer la red de seguridad social y pidió una reforma del código tributario y una refundación del Gobierno.
Obama llegó a su segundo discurso inaugural con pie firme, con los números de las encuestas en alza, con los republicanos a la defensiva y con una serie de logros durante su primer término, como la reforma del sistema sanitario estadounidense, el fin de la guerra en Irak y el asesinato de Osama bin Laden.
Pero las batallas en torno del presupuesto, el control de armas y la inmigración se están endureciendo, con los republicanos listos para oponerse casi en todos los casos y Obama aún aparentemente con dificultades para lograr incorporarlos en un acuerdo.
SEGUNDA TOMA DE POSESION
Cuando Obama levantó su mano derecha y el jefe de la Corte Suprema, John Roberts, le tomó juramento el lunes fue la segunda vez en 24 horas que el líder tomaba posesión de su segundo mandato, aunque esta vez con decenas de millones de personas mirándolo por televisión. El presidente sonrió ante los cánticos de "¡Obama, Obama!" que provenían de la multitud.
Obama realizó una toma del mando formal el domingo en la Casa Blanca, dado que por requerimiento constitucional el presidente debe asumir el 20 de enero. Y en lugar de efectuar la inauguración completa el domingo, los principales eventos públicos se pospusieron para el lunes.
Dos actos de toma de posesión marcaron otro hito en la vida política de Obama, un hawaiano afroamericano, hijo de padre negro proveniente de Kenia y madre blanca de Kansas.
Durante un desfile triunfal por la Avenida Pensilvania hacia la Casa Blanca, el presidente y la primera dama, Michelle Obama, emocionaron a los espectadores saliendo dos veces de su limusina blindada y caminando parte del camino a pie, como lo hicieron hace cuatro años. Agentes del Servicio Secreto vigilaban de cerca.
En la noche, la pareja visitó los dos bailes oficiales de la inauguración -a la baja desde 10 en el 2009- para celebrar con sus partidarios. En ambos, Obama y la primera dama bailaron con el tema de Al Green "Let's Stay Together", interpretado por la cantante Jennifer Hudson.
En su discurso inaugural de 20 minutos, Obama intentó tranquilizar a los estadounidenses en el punto medio de su presidencia e instarlos a que le ayuden a completar los asuntos pendientes. "Preservar nuestras libertades individuales, en última instancia, requiere una acción colectiva", dijo.
Tocando temas volátiles en el discurso, Obama enumeró una serie de políticas liberales que planea impulsar en su segundo mandato.
Lo más sorprendente fue una referencia relativamente larga a la necesidad de abordar el cambio climático, que no pudo hacer en sus primeros cuatro años. "Responderemos a la amenaza del cambio climático, sabiendo que no hacerlo sería traicionar a nuestros niños y a las futuras generaciones", dijo el presidente.
Respecto a los derechos de los homosexuales, insistió: "Nuestro camino no estará completo hasta que nuestros hermanos y hermanas homosexuales sean tratados igual que cualquier otra persona".
En tanto, en un gesto a la creciente población hispana que ayudó a que lograra la reelección en noviembre, Obama dijo que hay una necesidad de "encontrar una mejor manera de dar la bienvenida a los inmigrantes que siguen viendo a Estados Unidos como una tierra de oportunidades".
El líder de los republicano en el Senado Mitch McConnell, quien declaró en el 2010 que su meta principal era negar la reelección de Obama, felicitó al presidente y expresó la voluntad de trabajar juntos, diciendo que un segundo mandato "representa un nuevo comienzo".
Pero algunos republicanos respondieron con escepticismo. "Fue un discurso muy, muy progresista, para decirlo de la mejor manera posible", dijo el estratega republicano Rich Galen. "Él ya no está en la carrera electoral", agregó.