Australia combate centenares de incendios en plena ola de calor
Canberra, Reuters
Bomberos luchaban el martes contra centenares de incendios en Australia en medio de una ola de calor e intensos vientos que dificultan el trabajo, aunque se espera que el fuego no cause grandes daños ni muertos.
Centenares de personas se vieron forzadas a evacuar sus casas en el sudeste del país, mientras que algunos no tuvieron otra opción que refugiarse en sus hogares al verse rodeados por las llamas. Las temperaturas superaron los 45 grados centígrados.
Los equipos de bomberos esperan que la llegada de un frente más fresco por la costa este, que hizo caer las temperaturas 20 grados en cuestión de horas en algunas localidades costeras, alivie la situación.
La gravedad de los incendios hizo recordar a los de 2009, cuando un "sábado negro" murieron 173 personas en el estado de Victoria causando 4.400 millones de dólares (3.376 millones de euros) en pérdidas.
Tras una ola de calor que ya lleva una semana, se han registrado incendios en cinco de los seis estados del país, con más de 137 focos en el más poblado, Nueva Gales del Sur, y en zonas boscosas en torno a la capital, Canberra.
Un centenar de viviendas, la mayoría en la isla de Tasmania, han quedado destruidas por los fuegos de los últimos días y hay muchas personas aún desaparecidas.
Más de 40 incendios permanecían sin control el martes y miles de bomberos y más de 60 aeronaves luchaban contra los focos, algunos de los cuales se sospecha que fueron provocados.
Las autoridades declararon situación catastrófica en cinco áreas de Nueva Gales del Sur, lo que significa que son lugares que han quedado sin control, y recomendaron a la población evacuar la zona.
"Agarramos los álbumes de fotos, las maletas, la ropa y las joyas y salimos mientras pudimos", dijo Hallie Fernandez, que administra un motel en Brogo, Nueva Gales del Sur.
En Sídney, la principal ciudad de Australia donde las temperaturas alcanzaron los 41,8 grados centígrados, miles de personas abarrotaron las playas, mientras que en los zoológicos los cuidadores regaban con mangueras a los animales.
El sofocante calor originó un incendio en una planta de investigación nuclear en el sur de Sídney tras el calentamiento en una subestación eléctrica cercana, mientras miles de hogares del norte de la ciudad experimentaron cortes de energía ante la elevada demanda.
La ola de calor forzó a la Oficina Australiana de Meteorología a extender el límite de temperaturas extremas, añadiendo nuevos colores rosa y púrpura a los mapas para las temperaturas de más de 54 grados centígrados.
La oficina prevé temperaturas de 54 grados en el centro de Australia el próximo lunes.
El fenómemo climático, que comenzó en Australia Occidental el 27 de diciembre y se ha prolongado por ocho días, es el más crudo en más de 80 años en ese estado y se ha extendido hacia el este del país.
Las ráfagas de viento crearon una "cúpula de calor" que cubre buena parte del continente insular, según los expertos.
Australia, el continente habitado más seco del mundo, es particularmente vulnerable a los incendios, que se dan cada verano ante el calor extremo y por lo que los científicos dicen es un cambio climático que ocasiona temperaturas más cálidas a nivel global.
Bomberos luchaban el martes contra centenares de incendios en Australia en medio de una ola de calor e intensos vientos que dificultan el trabajo, aunque se espera que el fuego no cause grandes daños ni muertos.
Centenares de personas se vieron forzadas a evacuar sus casas en el sudeste del país, mientras que algunos no tuvieron otra opción que refugiarse en sus hogares al verse rodeados por las llamas. Las temperaturas superaron los 45 grados centígrados.
Los equipos de bomberos esperan que la llegada de un frente más fresco por la costa este, que hizo caer las temperaturas 20 grados en cuestión de horas en algunas localidades costeras, alivie la situación.
La gravedad de los incendios hizo recordar a los de 2009, cuando un "sábado negro" murieron 173 personas en el estado de Victoria causando 4.400 millones de dólares (3.376 millones de euros) en pérdidas.
Tras una ola de calor que ya lleva una semana, se han registrado incendios en cinco de los seis estados del país, con más de 137 focos en el más poblado, Nueva Gales del Sur, y en zonas boscosas en torno a la capital, Canberra.
Un centenar de viviendas, la mayoría en la isla de Tasmania, han quedado destruidas por los fuegos de los últimos días y hay muchas personas aún desaparecidas.
Más de 40 incendios permanecían sin control el martes y miles de bomberos y más de 60 aeronaves luchaban contra los focos, algunos de los cuales se sospecha que fueron provocados.
Las autoridades declararon situación catastrófica en cinco áreas de Nueva Gales del Sur, lo que significa que son lugares que han quedado sin control, y recomendaron a la población evacuar la zona.
"Agarramos los álbumes de fotos, las maletas, la ropa y las joyas y salimos mientras pudimos", dijo Hallie Fernandez, que administra un motel en Brogo, Nueva Gales del Sur.
En Sídney, la principal ciudad de Australia donde las temperaturas alcanzaron los 41,8 grados centígrados, miles de personas abarrotaron las playas, mientras que en los zoológicos los cuidadores regaban con mangueras a los animales.
El sofocante calor originó un incendio en una planta de investigación nuclear en el sur de Sídney tras el calentamiento en una subestación eléctrica cercana, mientras miles de hogares del norte de la ciudad experimentaron cortes de energía ante la elevada demanda.
La ola de calor forzó a la Oficina Australiana de Meteorología a extender el límite de temperaturas extremas, añadiendo nuevos colores rosa y púrpura a los mapas para las temperaturas de más de 54 grados centígrados.
La oficina prevé temperaturas de 54 grados en el centro de Australia el próximo lunes.
El fenómemo climático, que comenzó en Australia Occidental el 27 de diciembre y se ha prolongado por ocho días, es el más crudo en más de 80 años en ese estado y se ha extendido hacia el este del país.
Las ráfagas de viento crearon una "cúpula de calor" que cubre buena parte del continente insular, según los expertos.
Australia, el continente habitado más seco del mundo, es particularmente vulnerable a los incendios, que se dan cada verano ante el calor extremo y por lo que los científicos dicen es un cambio climático que ocasiona temperaturas más cálidas a nivel global.